A la mujer, compositores y poetas le han regalado las estrellas, robado los aretes a la luna. A la mujer, compositores y poetas le han regalado las estrellas, robado los aretes a la luna. Es el centro de la inspiración, la que hace desgranar arpegios a tiples y guitarras frente al marco de ventanas; la que espera del amado un ramo de rosas, un te quiero, o mil palabras de amor en serenata. Jairo Beltrán Tovar Especial LA NACION Siendo la música en la historia de la humanidad la parte bella y sublime de la creación por la cual navegan instrumentistas, compositores, poetas y cantores dentro del círculo cromático del alfa y el omega de las artes acústicas, la mujer es en ella el alma que aviva con sonidos y silencios la flama de la inspiración que habita el universo. De ahí que las aguas canten sus quimeras para enamorar el eco que se quiebra entre las rocas, y que las aves lancen sus trinos en amalgamas de arpegios para despertar las mañanas en el florecer de cada día; que el follaje de samanes, cámbulos y gualandayes en el paraíso verde del planeta, acaricie las estancias con suave rumor de serenatas al estilo de Cortés, Osorio, Córdoba, Álvarez y Villamil. A la mujer, compositores y poetas le han regalado las estrellas, robado los aretes a la luna y, creado metáforas tan bellas como: “Esas perlas que tu guardas con cuidado, en tan lindo estuche de peluche rojo, me provoca negra linda en loco antojo, de contarlas beso a beso enamorado”. Es el centro de la inspiración, la que hace desgranar arpegios a tiples y guitarras frente al marco de ventanas; la que espera del amado un ramo de rosas, un te quiero, o mil palabras de amor en serenata. Vibración mágica En la tierra de Rivera, de Timanco y la Gaitana, vibra en la garganta de Gloria Yolanda Herrera, las cuerdas de un mágico violín que llena de ternura el sentimiento cuando su voz dibuja las zarzuelas acompañada de la gran orquesta, o le arranca a la flauta camándulas de notas sincopadas. Fina estampa Niyered Alarcón, fina estampa de la mujer latina, convierte los bambucos en poemas y el folklore en oración. Manjar de la picaresca Rosalba Montilla e Isabel Cuenca, con su dueto “Cantar Popular” hacen del rajaleña el manjar de la picaresca campesina, y la crítica sana de José Dolores Opita. Acarician y enamoran Luisa Fernanda Repizo acaricia con su voz el pentagrama, dándole a cada compás de cuadratura americana, cadencias de acuarelas. Violet Vega, digna representante del talento colombiano, enamora las canciones con su voz fina y delicada: boleros, pasillos, bambucos, salsas y guarachas, con el estilo y arrogancia propia de la artista, tal y como lo hiciera en su momento Matilde Díaz. Novia del tiple Enerith Núñez Pardo, la novia del tiple, concertista y maestra por cuya didáctica y metodología pasó Víctor Hugo Reyna, virtuoso instrumentista nacional. Y mientras esto sucede en el valle del Magdalena, Claudia Marcela Ordóñez, acuna en su garganta tímbrica de campanas baccarat, con cadencia de Andes y Macizo Colombiano. Virtuosos líricos Y qué decir de las escuelas de ópera dirigidas por los maestros, Juan Javier Polanía y Rodolfo Lozada, virtuosos del pentagrama lírico en cuyas filas se forman desde la edad temprana sopranos y contraltos. En la agrupación “Talentos Huilenses” que orienta Ricardo Castro Silva, igualmente la canción latinoamericana encuentra en sus damas vocalistas la fiel interpretación del cancionero nacional e internacional. Desde la academia, la escuela “Semillitas” de la Institución Educativa “Ceinar” bajo la dirección de Jaime Ricardo Guio, se forman las voces femeninas del futuro. Igual, semillero de mujeres instrumentistas y arreglistas se forman en las aulas del Conservatorio, en la Corporación Banda Sinfónica “Abel Valderrama Yusti”, Corporación “Batuta”, y en todas y cada una de las agrupaciones musicales del departamento, está su presencia frente a las maderas, los cobres y metales.