El director ejecutivo de Asoexport, Gustavo Gómez, habla con LA NACIÓN y llama a los cafeteros a aprovechar la alta demanda de café en China. “Los chinos están dejando el té a un lado; las exportaciones han crecido este año más del 190%”, advierte. También hace un llamado a promover la protección de los bosques en las zonas cafeteras.
Jesús Antonio Rojas Serrano
“Los chinos están comenzando a tomar café, están dejando el té a un lado, y esto es una oportunidad que el café colombiano debe aprovechar”. Este es el mensaje claro que entrega el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia, Asoexport, Gustavo Gómez Montero, en esta charla con LA NACIÓN, en momentos en que la caficultura vive un período de ‘vacas gordas’ debido al crecimiento de la producción del grano y los buenos precios internacionales.
¿Cuál es el panorama hoy del café?
El panorama es muy bueno. La producción se viene recuperando; tenemos un fenómeno de El Niño que ha ayudado a que la producción se recupere. La Federación Nacional de Cafeteros ha reportado un incremento del 20% en la producción del grano y una expectativa mayor a los 13 millones de sacos. En exportaciones, tenemos un crecimiento importante con respecto al año cafetero anterior; pasamos de 10,3 millones de sacos de 60 kilogramos a 11,9 millones de sacos. Y lo otro positivo es que los precios están en buenos niveles. La libra está por encima de los 2 dólares y eso se traslada a un precio de carga por encima de los 2.200.000 pesos. Por fin, nos toca el panorama de buena producción y buenos precios. Esto es una buena noticia para el país y todos los productores de café en Colombia.
Detalladamente hablando, ¿cómo le va al café colombiano a la hora de exportarlo?
En los últimos 12 meses, lo que hemos visto es un incremento del 15% en las exportaciones. Pero, además en el mes de agosto registramos exportaciones de 987 mil sacos, que es 17% superior al mismo periodo del año pasado. Jesús Antonio, eso muestra que tenemos un incremento tanto en la producción como en las exportaciones. Y vemos que es una tendencia que se va a mantener hacia finales del año.
¿Hacia dónde se va nuestro café?
El principal destino es Estados Unidos; sin lugar a dudas, es un destino que hay que cuidar, hay que mantener y que es muy importante para nosotros; más del 40% de las exportaciones van a Norte América. La Unión Europea, como región, es el segundo destino; el 27% de las exportaciones de café colombiano están hacia allá. Vemos que en ese mercado se están generando algunas restricciones y retos relacionados con temas de sostenibilidad. No sé si por eso, pero paralelamente está sucediendo que se está diversificando y creciendo mucho el mercado de Asia. China ha venido creciendo a doble digito en los últimos 6 años. El año anterior creció un 130%, y en lo que llevamos de este año, ha crecido más del 190% en las exportaciones. Eso lo ubica ya como uno de los principales mercados. Los chinos están comenzando a tomar café, están dejando el té a un lado, y esto es una oportunidad que el café colombiano debe aprovechar.
¿Hay alguna explicación para que los chinos estén dejando el té y prefiriendo el café?
Jesús Antonio, lo que dicen los estudios de mercado y los expertos es que el té es considerado una bebida para las personas mayores. En cambio, las personas jóvenes están tomando café. El café se está volviendo la bebida de moda en China, y con el tamaño de población que tienen ellos, cualquier incremento del 1% en el consumo genera una demanda bastante grande. Esto es algo que estamos monitoreando permanentemente, ya que consideramos que puede ser un mercado potencial muy grande.
¿Y el café huilense qué tan protagonista es hoy en las exportaciones colombianas?
El Huila es el mayor productor de café en Colombia; el Huila exporta 1,7 millones de sacos. Y para la región, el café es muy importante, ya que el 91% de las exportaciones del Huila representan el café, con un valor de 500 millones de dólares. Se trata de 500 millones de dólares que se transfieren directamente a los productores porque a diferencia de otros sectores, en donde los intermediarios se quedan con gran parte del ingreso, el café tiene una cadena transparente; uno sabe cuál es el precio de referencia, hay un proceso de garantía de compra, y los recurso van a las zonas productoras del país. El Huila es hoy en día el protagonista del café en Colombia.
Para quienes no sabemos qué hay detrás de la exportación de una carga de café, ¿nos puede explicar cómo es el paso a paso de ese proceso?
Jesús Antonio, el proceso se divide en dos: uno, es el proceso operativo, y dos, el proceso de mercado o financiero. En el tema operativo, uno compra el café pergamino en puntos de compra; hace el proceso de trilla, después viene el ensacado en sacos de 70 kilogramos, aunque en la estadística se lleva en sacos de 60, la cantidad real de los sacos en Colombia es de 70 kilogramos. Eso se transporta desde las trilladoras hasta los puertos del país; el principal puerto de exportación en Colombia es Buenaventura; entre el 62% y el 65% de las exportaciones van por este puerto; y es porque tiene una cercanía muy importante a las zonas cafeteras del país. Una vez ahí, el café se embala en contenedores de 20 pies. Antes de esto, se tiene que hacer una inspección por parte de Almacafé para el control de calidad. Una vez cumple los requisitos, el café se va en un buque para los mercados internacionales, Estados Unidos, Europa y Asia. Este el proceso logístico normal. Y desde el punto de vista de mercado, hay que hacer una negociación con el cliente internacional y cubrirse en el Contrato C para que la fluctuación del café no afecte la variabilidad del precio ni afecte la negociación entre el cliente internacional y el exportador colombiano.
¿Cuáles son las perspectivas para 2025?
Nosotros vamos a hacer un evento el 7 y 8 de noviembre en la ciudad de Cartagena, es nuestra cumbre cafetera, el encuentro de productores, exportadores, clientes internacionales, tostadores, y uno de los temas que vamos a abordar es cómo se va a comportar la producción y el consumo de café en Colombia y el mundo. Ahora, por ejemplo, estamos muy a la expectativa de cómo la falta de lluvias en Brasil puede afectar la producción para el próximo año, y cómo el problema que tuvo Vietnam pueda hacer que haya un desbalance en donde haya más demanda que oferta de café. Eso nos va a ayudar, de alguna manera, a mantener unos niveles de precios que cubran los costos de producción y generen un incentivo para los productores. Jesús Antonio, el mundo del café es muy dinámico y cualquier cosa puede pasar que termine afectando tanto la producción como los precios internacionales. Es algo que hay que estar continuamente monitoreando.
¿Está lista Colombia para cumplir con el Pacto Verde Europeo del que tanto se ha venido hablando?
El Pacto Verde Europeo es una política de la Unión Europea que lo que busca es volvernos climáticamente neutros, es decir, que no haya emisión de carbono a la atmósfera en 2050. Jesús Antonio, el Pacto Verde tiene varias estrategias y una de ellas es la ‘Granja a la mesa’, que está relacionado con el cuidado y uso de insecticidas, pesticidas y agroquímicos; es muy importante y ya está vigente. Y hay otra estrategia que es la de ‘Cero deforestación’, que va a entrar en vigencia en enero de 2025, obligando a que el café que se exporta a la Unión Europea tenga trazabilidad, desde la finca hasta el puerto, y que el predio esté georreferenciado y se demuestre que no está asociado a deforestación. El llamado es a generar un buen proceso de sostenibilidad y convivencia con los bosques en las zonas cafeteras. Sabemos que en Colombia el café no está asociado a la deforestación, pero es importante que de aquí en adelante se tomen medidas para que no se inhabiliten las fincas porque creemos que esto comenzó en Europa, pero que probablemente se vaya a extender a otros mercados como Estados Unidos.
¿Los productores de café son conscientes de que esa exigencia se puede generalizar alrededor del planeta?
Es una tarea que estamos haciendo entre todos, pero que hay que seguir haciendo. Nosotros hemos venido trabajando en conjunto con la Federación Nacional de Cafeteros, con el Ministerio de Agricultura, para fortalecer el proceso de trazabilidad, para georreferenciar los predios por medio del sistema de información cafetero. Pero, todo ese trabajo relacionado con capacitaciones, asistencia técnica, de promover la protección de nuestros bosques para seguir exportando nuestro café, es una tarea que hay que seguir haciendo entre todos.
¿Es muy difícil que un huilense se convierta en exportador de café?
No. Lo que se ha visto ahora es que se han sacado herramientas nuevas de exportación de café en pequeñas cantidades. Lo que uno tiene que hacer bien es entender el producto de su propiedad, conocer sus características y comprender el mercado. Cuando uno conoce o conecta con alguien que está dispuesto a pagar más por el café que uno tiene para dar, esa es la clave. A nivel nacional, con Almacafé y todos los actores, se está revisando cómo hacer mucho más flexible esa cadena de exportación y volviendo mucho más ágiles los costos logísticos de enviar libras de café, ya sea procesado o sacos de café verde, a mercados como Estados Unidos y Europa. Yo siento que eso es algo que está cambiando y que cada vez se va a volver mucho más abierto y accesible para todas las empresas que quieran exportar. Insisto: lo responsable ahí es conocer muy bien el mercado y ofrecer el mayor valor agregado posible.
¿Cuánto cuesta enviar hoy café al exterior?
Eso depende mucho de las cantidades, de la presentación. Generalmente, lo que se hace es enviar contenedores vía marítima; este es el proceso más eficiente y en el que el costo es menor. Como exportadores de café verde, negociamos pactando la entrega del café al cliente en el puerto en Colombia.
Desde Asoexport, ¿cuál es el mensaje para los cafeteros huilenses?
Jesús Antonio, la sostenibilidad llegó para quedarse. Es importante que entendamos que las reglamentaciones internacionales de respeto al medioambiente se van a mantener en el tiempo. Hay que prepararnos. Estamos en un momento bueno, con precios y producción buena, pero hay que enfocarnos en ser más competitivos para que podamos ser resilientes en momentos en que los precios internacionales no nos favorezcan. Hay que ser muy creativos y agregar el mayor valor posible a nuestro café para que de alguna manera, no sólo la sostenibilidad ambiental sea importante, sino la sostenibilidad económica de nuestros productores para seguir produciendo y exportando café a más de 110 países en todo el mundo.