Como estaba previsto el Papa Francisco realizó la beatificación del sacerdote oriundo del municipio de La Plata, Pedro María Ramírez Ramos, conocido como ‘El Mártir de Armero’, quien junto al padre Jesús Emilio Jaramillo Monsalve fueron víctimas de la violencia en Colombia y están más cerca de ser santificados.
En un acto especial en la ciudad de Villavicencio, el Sumo Pontífice realizó la ceremonia litúrgica que permitió que el sacerdote opita fuera reconocido como un beato por su martirio, milagros y entrega a su vida religiosa que fue certificada por el Vaticano.
Este hecho histórico estuvo acompañado por una nutrida delegación huilense que se desplazó desde el municipio de La Plata, Neiva y demás municipios para ser testigos de este acontecimiento que marcará un derrotero religioso para el departamento.
Esta beatificación se logró con mucho esfuerzo, después de un estudio a fondo hecho por el Vaticano, se encontraron los méritos suficientes para la beatificación de estos sacerdotes colombianos, uno de ellos Pedro María, oriundo del municipio de La Plata, en el occidente del Huila.
Los dos religiosos murieron en momentos diferentes de la historia reciente de Colombia, marcada por más de 50 años de conflicto interno. La Iglesia de Colombia y los padres javerianos impulsaron este proceso ante el Vaticano y allegaron toda la documentación necesaria para poder realizar este proceso con éxito. Según las normas de la Iglesia Católica, al ser declarados “mártires” el paso sucesivo es la beatificación, ya que no es necesario demostrar que intercedieron en un milagro.
Una excelente noticia
Con especial regocijo y optimismo ha recibido la comunidad del occidente y centro del departamento del Huila la buena noticia que el sacerdote huilense, Pedro María Ramírez, conocido como el Mártir de Armero, sería canonizado como nuevo santo para los altares católicos. La beatificación se haría efectiva durante la visita de su santidad, el Papa Francisco, en el mes de septiembre al territorio colombiano.
Aunque la Iglesia Católica en Garzón y fuente cercanas a la Diócesis guardaban especial hermetismo sobre el tema, se ha conocido que el mismo obispo, monseñor Fabio Duque Jaramillo, se desplazó a Roma hace unos meses para conocer de cerca cuál es la realidad sobre el estado del proceso de canonización que se ha tenido con el jerarca nacido en La Plata, Huila.
Desde que se conoció su muerte, provocada por una multitud en el parque principal de Armero, Tolima, el 9 de abril de 1948, y por la forma en que fue masacrado el religioso, se inició un clamor amplio de quienes lo conocieron en vida y por lo que él defendió en sus principios de Dios y por los beneficios que hizo a los demás, para que fuera declarado por el Comité de Teólogos, en Roma, para que fuera desarrollado el proceso de canonización para ser beatificado como santo colombiano. El proceso lleva más de 40 años y ahora comienza a causar los primeros beneplácitos.
Un mártir
El sacerdote Pedro María Ramírez Ramos nació en La Plata, Huila, el 23 de octubre de 1899 en el seno de una familia conservadora. Hijo de Ramón Ramírez e Isabel Ramos, nacida en la población de La Jagua (Garzón Huila) quienes gozaban de un gran aprecio de la comunidad por sus buenas acciones y obras de amor a la comunidad a la que le servían de forma decidida y con especial vocación.
Sus estudios primarios los hizo en su pueblo natal y luego fue enviado junto con su hermano al Seminario Menor de La Mesa de Elías, jurisdicción de la Diócesis de Garzón, en donde se caracterizó por su buen comportamiento y su amor por las cosas positivas y de gran significado para la iglesia y la gente.
El 4 de octubre de 1915 pasó al Seminario Mayor María Inmaculada de Garzón, donde dos años más tarde recibió las órdenes menores, con lo que fueron las primeras bases para su apostolado en la búsqueda del sacerdocio y el servicio por los demás. Llegado 1920, el Mártir de Armero es saltado por sendas dudas sobre su vocación sacerdotal y se retira temporalmente, dedicándose al magisterio, cumpliendo esta labor en Garzón y Colombia, así como Alpujarra, Tolima.
Al cabo del año 1928 reingresa al seminario, esta vez en Ibagué, y prosigue su formación sacerdotal sin dejar de lado las sanas y buenas costumbres de convivencia y apostolado jerárquico. El 14 de noviembre de 1930 recibe el subdiaconado y en 1931 fue ungido con los óleos sacerdotales, asumiendo de inmediato su tarea evangelizadora y de orientación como hombre de Dios.
El joven sacerdote Ramírez Ramos fue nombrado inicialmente sacerdote en Chaparral, Tolima, por el obispo Pedro María Martínez, el primero de julio de 1931. Allí encaminó su tarea como miembro ya de la curia en el Tolima Grande. El 6 de julio de 1934 fue nombrado como cura párroco de Cunday, donde se posesionó el 3 de agosto del mismo año. En Cunday, la propaganda protestante había logrado relativo éxito y con este sector tuvo sendos enfrentamientos en Andalucía y en el casco urbano, hasta el punto de temer por su vida.
Su muerte
Durante su vicariato se compraron los terrenos donde hoy se erige la casa cural; asimismo fue el directo responsable de la erección de la torre de la iglesia. El 23 de julio de 1943 es trasladado a Fresno. El 10 de julio de 1946 se marchó a la parroquia de Armero; uno de sus grandes proyectos era levantar un gran templo en plena revoltura política de la nación.
El 9 de abril de 1948 el mártir venía de visitar unos enfermos cuando percibió alboroto en las calles, llegando a la casa cural se entera de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán.
Las turbas llegan efectivamente hasta su puerta, apedreándola. Luego de las cinco de la tarde, las masas ebrias rompen a machete la puerta, piden a las monjas del convento y al sacerdote que entreguen las armas que tienen ocultas. En tanto, buscan destrozar el lugar y atacan con machete al sacerdote, su cuerpo fue arrastrado por el pueblo.
El 10 de abril de 1948, en Armero, es asesinado a machetazo limpio por alias ‘Manoñeque’ y sus secuaces, desatando una incertidumbre, e incluso, se habla que por este hecho se habría declarado una especie de maldición contra el pueblo de Armero, lo que nunca se ha podido demostrar que haya sido así.
El Mártir de Armero, la vida y sacrificio del padre Pedro María Ramírez Ramos, una víctima de la revolución del 9 de abril de 1948, que en el Huila esperan esperanzados su santificación, en medio de una serie de valores que han sido bien evaluados por la Iglesia Católica.
Reliquias
En La Plata reposan sus restos en el mausoleo de la familia del cementerio local. Se cuenta con el Instituto Pedro María Ramírez, cerca de la parroquia San Sebastián ubicada en el parque principal y cerca está el museo en donde reposan sus elementos como la piedra ara, las sotanas que el utilizó, el bonete que tenía el día de su muerte, con la marca del machetazo que recibió sobre su cabeza, y otros elementos que son conservados por la iglesia y que son visitados por cientos de feligreses, seguidores de la doctrina del religioso huilense, a quien le obedecen muchos favores recibidos.