El año 2025 comenzó con una tragedia en el municipio de Garzón, Huila, con el homicidio de William Alvarado Guzmán, un excombatiente de las Farc-EP. Este suceso se suma a la larga lista de 18 firmantes del acuerdo de paz que han sido asesinados en los últimos años en este departamento. La ONU ha lanzado una seria advertencia sobre la persistente inseguridad en la región, indicando que garantizar la seguridad sigue siendo el mayor desafío en el proceso de construcción de paz en Colombia.
Desde la firma del Acuerdo Final de Paz en 2016, un total de 448 excombatientes han sido asesinados en Colombia, una cifra alarmante que refleja la fragilidad del proceso de paz. Estos homicidios no ocurren en un solo contexto; se distribuyen entre riñas, fleteos y ataques por parte de grupos armados al margen de la ley, entre otros. Esta violencia persistente pone en relieve las dificultades para garantizar la seguridad y protección de los excombatientes, a pesar de los compromisos asumidos en el proceso de paz.
La situación en Huila es un espejo de los desafíos más amplios que enfrenta Colombia en su camino hacia una paz duradera. La violencia contra los excombatientes no solo amenaza sus vidas, sino que también mina la confianza en el proceso de paz y en las instituciones encargadas de su protección. Es imperativo que el gobierno colombiano, junto con el apoyo de la comunidad internacional, intensifique sus esfuerzos para proteger a los firmantes del acuerdo y cumplir con las promesas de seguridad y reintegración hechas durante las negociaciones de paz.
La ONU ha subrayado la necesidad de abordar las causas subyacentes de la violencia y de implementar medidas de protección más efectivas para los excombatientes. Esto incluye un enfoque integral que no solo garantice la seguridad física, sino también la integración económica y social de los excombatientes. Sin estas garantías, el riesgo de recaída en la violencia y la inseguridad sigue siendo elevado.
Además, la comunidad internacional debe redoblar su apoyo a Colombia en este proceso, proporcionando recursos y monitoreo para asegurar que se cumplan los compromisos de paz. La cooperación internacional es crucial para fortalecer las capacidades locales y garantizar que los esfuerzos por la paz sean sostenibles a largo plazo.
El homicidio de William Alvarado Guzmán es un recordatorio doloroso de los retos que enfrenta Colombia en su búsqueda de paz. La seguridad de los excombatientes debe ser una prioridad urgente para el gobierno y la comunidad internacional.