Jhonatan Parra Paniagua es un suboficial tercero de la Armada Nacional que está orgulloso de pertenecer a esta fuerza naval que está ligada a la historia de Colombia desde los tiempos de la Independencia. Parra Paniagua es hijo de una huilense y un chocoano. En 2016, ingresó a la escuela de grumetes y ahora, después de ocho años en la Armada, anima a otros jóvenes a ingresar a esta institución emblemática del país.
Hernán Galindo
Jhonatan Parra Paniagua es un joven huilense que, en el año 2016, emprendió la aventura de ingresar a la Armada Nacional, animado por su padre, que perteneció al Ejército de Colombia en calidad de suboficial.
“En el transcurso del año 2016 me animé a presentarme a la Armada Nacional. Impulsado por mi papá, ingresé a la Escuela Naval de Suboficiales en Barranquilla, de donde dos años después me gradué como suboficial”.
A sus 28 años de edad, Jhonatan relata que ingresó a la Armada a los 18 años. “Papá, me apoyó, mi mamá también. Mi mamá es de Garzón y mi papá de Quibdó. Ellos me animaron a emprender esta gran aventura de la cual estoy muy orgulloso”.
Su primer viaje en el buque insignia “Gloria” de la Armada fue por dos meses como parte del pénsum para graduarse, y lo llevó a Centroamérica, en donde tuvo la oportunidad de conocer Honduras y Costa Rica.
Después de esta experiencia es asignado al buque ARC Medardo Monzón Coronado como artillero y duró 5 años en esa unidad. Se encargaba del armamento de la unidad y el cañón.
Jhonatan explicó que, como suboficiales navales participan en diversas operaciones de intervención marítima, están altamente preparados para cuando se tenga que utilizar las armas. Pero resaltó que las armas como un cañón que tiene la unidad se utilizan en caso de conflicto con otro país.
“Yo ascendí este año, entonces, tengo que ascender nuevamente en tres años, al grado de segundo. “El rango más alto que tenemos en los suboficiales navales es de Jefe Técnico de Comando Conjunto”, explicó.
Como integrantes de la Armada, trabajan en operativos de intersección marítima, en temas de pesca ilegal, fauna y flora de contrabando en la frontera con Ecuador, en el sector de Pasacaballos, que está cerca de Tumaco, Nariño.
Una gran experiencia
Su trabajo en la Armada Nacional, para el suboficial Jhonatan Parra Paniagua, es una gran experiencia, porque ha conocido, según él, muy buenas personas, muy buenos comandantes y conoce geográficamente diferentes lugares de nuestro país, muchos de ellos inhóspitos como la Isla Gorgona donde antes había una cárcel o en la isla Malpelo a 270 millas retirada desde Málaga en el Pacífico colombiano.
“Lo que uno realmente está haciendo en el mar es defender la soberanía de nuestro país y contrarrestar el narcotráfico; he estado en varias operaciones donde hemos tenido buenos resultados en los cuales se ha incautado droga como marihuana o cocaína”, afirmó.
Uno de esos operativos lo realizaron en el Pacífico colombiano, en el año 2020, en un sector retirado de las costas del Naya. “Eso es más abajo de Buenaventura, de ahí sale una lancha con un cargamento con destino a Estados Unidos. Recibimos la información y pudimos contrarrestar esa lancha, la pudimos interceptar y resultó que iban cargados con cocaína”.
En su labor actual en tierra, este opita, guía a jóvenes, les explica qué hace la Armada Nacional, para prestar el servicio militar o si quieren ser suboficiales navales o de infantería u oficiales navales o de infantería.
La historia de la Armada Nacional
La Armada Nacional nació con la Independencia, siendo presidente de la Junta Suprema de Cartagena, don José María García de Toledo, quien mediante decreto del 17 de septiembre de 1810, creó la Comandancia General de Marina, bajo el mando del señor Capitán de Navío Juan Nepomuceno Eslava, hijo del Virrey Sebastián Eslava.
El 28 de junio de 1822, el general Santander creó la Escuela Náutica, la cual desapareció tiempo después junto con sus buques de guerra y sus marinos. En 1907, el general Rafael Reyes Prieto creó la Escuela Naval a través del decreto 783 del 6 de julio, la cual fue clausurada por el general Ramón González Valencia el 28 de diciembre de 1909.
El conflicto con el Perú en 1932 hizo reaparecer la marina. Se adquieren buques y se fundó la Escuela de Grumetes en 1934 y la Escuela de Cadetes en 1935, las cuales hoy continúan su labor de formar a los hombres y mujeres de mar al servicio de la Patria.