Durante la etapa del preescolar se desarrollan diferentes habilidades motoras, las cuales cumplen una función primordial
Diana Carolina Ledesma Arandia Especial LA NACION Durante la etapa del preescolar se desarrollan diferentes habilidades motoras, las cuales cumplen una función primordial en el proceso de adquisición de la escritura y la lectura. Durante este periodo, entre los cinco y seis años es cuando estos se afianzan y es deber del maestro ayudar al niño a desarrollar correctamente habilidades que le permitirán aprender a leer y escribir. Una de ellas es la Grafomotricidad, es decir, “el conjunto de procesos motoricos relacionados con la actividad grafica”. La Grafomotricidad tiene como objeto el análisis de los procesos que intervienen en la realización de las grafías. La grafía es el trazo resultante de un movimiento, si un individuo es capaz de repetir el trazo de manera idéntica es porque lo ha interiorizado. En la realización de las grafías nos encontramos con la incidencia de aspectos cognitivos, afectivos y psicomotores del propio sujeto en situación de escribir, estas se verán claramente reflejadas en el proceso de adquisición de esta habilidad. “La base de la educación grafomotora es la psicomotricidad fina, por lo que previamente deben realizarse actividades para desarrollar la destreza de las manos y de los dedos, así como la coordinación visomanual” La motricidad fina también influye en este proceso, ya que esta incluye movimientos controlados y deliberados que requieren el desarrollo muscular y la madurez del sistema nervioso central. EI desarrollo de la motricidad fina es decisivo para la habilidad de experimentación y aprendizaje sobre su entorno, consecuentemente, juega un papel central en el aumento de la inteligencia. Así como la motricidad gruesa, las habilidades de motricidad fina se desarrollan en un orden progresivo, pero a un paso desigual que se caracteriza por progresos acelerados y en otras ocasiones, frustrantes retrasos que son inofensivos. El objetivo de la Grafomotricidad es que el niño adquiera las habilidades necesarias para que llegue a expresarse por medio de signos escritos, mediante ejercicios que permitan el mayor dominio del antebrazo, la muñeca, la mano y, sobre todo, los dedos. Así, las actividades que se nos permiten realizar durante la práctica pedagógica que desarrollamos estudiantes de último semestre del programa Licenciatura en Pedagogía Infantil de la Universidad Surcolombiana en muchas instituciones de Neiva Huila han hecho que facilitemos y ayudemos a los niños para que puedan desarrollar esta habilidad; así como también están dirigidas a lograr un control grafomotriz de los trazos gráficos, para que el niño aprenda los movimientos básicos y evite movimientos inútiles. También ha permitido prevenir anomalías posteriores de la escritura como son los giros invertidos, la dirección, la presión del lápiz, etc. * Practicante Licenciatura en Pedagogía Infantil Universidad Surcolombiana