Lejos están los días en que Juan Manuel Santos juraba plasmar sobre la roca con un cincel que no subiría los impuestos, y lo hacía frente a la mirada sincera y el aplauso efusivo de quien fuera en su momento contendor hacia la carrera presidencial, Antanas Mockus.
Lo cierto es que por un tiempo cumplió, y de los impuestos existentes no aumentó ninguno, pero eso sí, creo otros.
El CREE, el IMAS el IMAN todos estos atractivos nombres que parecieran sacados de un comic de Marvel, son el resultado de una reforma tributaria que ha venido afectando seriamente el bolsillo de los colombianos.
Para el otro año la principal prioridad del Gobierno Nacional, será presentar un proyecto de ley al congreso con el que se busca nuevamente reformar los impuestos no para disminuirlos ni mucho menos desmontarlos sino para algo que raya con la aberración, fijar el IVA a productos de la canasta familiar.
El pollo y los huevos serían los tristes acreedores de tan práctico (para su recaudación) impuesto.
Para colmo de males, el IVA que actualmente es del 16 % aumentaría al 19% y por supuesto el gusto de comerse una tortilla o un pollo asado se vería truncado para el caso de muchas familias colombianas.
¿Qué estará pensando el Ministro de Hacienda? Hasta ahora lo que dejaba entrever la benevolencia del gobierno, al no gravar los productos de la canasta básica se ve seriamente comprometida si se llegara a aplicar dicha medida. Y es que, para casi cualquier colombiano, un huevo frito sobre el arroz o un sancocho de gallina, no es una opción, es una forma de vida.
Ante tal engendro, el Gobierno responde con chantajes y manifestaciones de urgencia con tal de que esta reforma pase, y es que al parecer tanto las recomendaciones de la OCDE, como el futuro del post-conflicto, son razones poderosísimas que deben ser atendidas por el poder central muy a pesar de que esto genere mayor inflación e inconformidad por parte del pueblo.
Este hecho inminente, parece no irritar ni afectar a la sociedad colombiana-al menos no tanto como el vierreinato de Ariadna Gutiérrez-y sin embargo a diferencia de Miss Universo, este si le cambiará la vida a muchos.
Y ante ello cabe una pregunta y a su vez una respuesta, ¿Quién podrá defendernos?, la respuesta por más insólita que parezca es: EL CONGRESO.
Es más, la razón de ser del parlamento como noción clásica surge del descontento por parte de los nobles ingleses del siglo XIII de aceptar impuestos dictados por el REY sin haber sido previamente consultados con estos.
Volviendo a nuestro presente, el CONGRESO es el único que podrá lograr que esta reforma carezca de las herramientas necesarias para damnificar a los supervivientes del salario mínimo.
El problema radica en que la bancada oficialista, es decir el partido de la U y compañía, parecieran estar tan metidos en el tema de la paz con las FARC, que les es indiferente el sufrimiento del pueblo.
A eso sumémosle la inminente adherencia del partido conservador a las toldas de la unidad nacional para completar la aprobación de dicha reforma.
Colombia poco a poco se convierte en uno de esos países donde la carga tributaria es inmensa (como en los países escandinavos), pero a diferencia de ellos, los bienes y servicios ofrecidos por el Estado son insuficientes y de mala calidad.
Mucho ojo, cuando este proyecto surta su trámite en el congreso, la ciudadanía en el ejercicio de su poder soberano podrá presionar para que la debacle no suceda y aunque no podamos devolverle la corona a Ariadna, al menos no estaremos llorando por culpa de la DIAN.
P.S: Ya con esta me despido por este año, augurándoles a los lectores de LA NACIÓN WEB un próspero año 2016 lleno de bendiciones, metas y anhelos por cumplir, a la espera de reencontrarnos en el nuevo año con una visión crítica e irreverente de lo que sucede diariamente en nuestro entorno.