Diez años después de su secuestro, Ingrid Betancourt, reconstruye su nueva vida, alejada de la política y del país. Su plagio, cambió la estrategia de las Farc por la repercusión mundial que generó. Diez años después de su secuestro, Ingrid Betancourt, reconstruye su nueva vida, alejada de la política y del país. Su plagio, cambió la estrategia de las Farc por la repercusión mundial que generó. LA NACIÓN, AFP Ingrid Betancourt, secuestrada por las Farc el 23 de febrero de 2002 cuando hacía campaña para conquistar la presidencia de Colombia, reconstruye, en medio de la polémica, su nueva vida. La ex candidata presidencial, rescatada durante la ‘Operación Jaque’, junto con los tres contratistas norteamericanos y once miembros de la fuerza pública, entre ellos el capitán opita Juan Carlos Bermeo, se encuentra totalmente alejada de la política, de su país y de Juan Carlos Lecompte, quien fue su segundo marido y del que se divorció sin prácticamente volver a verlo. Actualmente estudia teología y griego antiguo en la Universidad de Oxford y, aunque divorciada, rechaza referirse a su vida sentimental. Diez años más tarde, las circunstancias de su secuestro siguen generando polémica en el país en el que decenas de personalidades políticas, militares, policías y simples ciudadanos han sufrido el cautiverio. Para la ex rehén, el Estado colombiano falló al no garantizar la seguridad de una candidata a la presidencia. “Si no me hubieran quitado los escoltas, no nos hubieran secuestrado”, afirmó Betancourt en una entrevista con la revista Bocas con motivo del décimo aniversario del plagio. En tanto, el gobierno colombiano asegura que intentó disuadirla de realizar ese viaje, e incluso sostiene que ella firmó un documento en el que reconocía que emprendía el recorrido a su propio riesgo. “Fue ella quien decidió seguir”, dijo el ex comisionado de paz Camilo Gómez, insistiendo en que fue advertida de los peligros “varias veces”, al igual que los demás candidatos. Pero Betancourt rechaza con dureza esa versión: “Que dejen de echar carreta que yo firmé un papel ¿Cuál papel? ¿Dónde está ese papel? Más bien ¿por qué me quitaron los escoltas? Nadie lo investigó nunca. Había un retén del Ejército … ¿Por qué no me paró el retén si era tan peligroso?”. Impacto mundial Hace diez años, el secuestro de Ingrid Betancourt colocó sobre la escena internacional el drama de los rehenes en Colombia y marcó un hito en la historia del país en la lucha contra las Farc. Su secuestro desató una conmoción mundial sin precedentes. “Nunca un secuestro en el país había tenido tal repercusión internacional”, subrayó Camilo González, presidente del Instituto para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), especializado en el conflicto colombiano. “Hubo una movilización increíble y la participación de varios mandatarios, lo que no ocurrió con los secuestros masivos en los años 80”, recordó este ex ministro de Salud. Pocos meses después del plagio de Betancourt, ex esposa de un diplomático francés del cual obtuvo la nacionalidad, la Unión Europea incluyó a las Farc en su lista de organizaciones terroristas. Al año siguiente, Francia envió en vano un avión para rescatarla en el Amazonas, acción que intentó de nuevo sin éxito en 2008. Incluso la guerrilla se entusiasmó con ese impacto no calculado. Nuevo giro Olga Gómez, directora de la fundación País Libre señaló que el secuestro de Betancourt marcó “un giro en la estrategia de las Farc, que empezaron a secuestrar más personas políticas”. Hasta entonces, la guerrilla realizaba sobre todo secuestros extorsivos de civiles que quedaban en libertad pocos días despúes tras el pago de un rescate. En el mismo tono, el politólogo Rubén Sánchez David afirmó que “Betancourt les quitó a las Farc esa imagen romántica de la guerilla campesina que defendía a los pobres”. “Betancourt fue el disolvente de la credibilidad de las Farc”, destacó de su lado Camilo González, para quien incluso “tuvo peso en la historia colombiana porque permitió justificar la política de firmeza” frente a las guerrillas, que siguió justo después. “Cada secuestrado es un drama”, aseveró Consuelo González, congresistra plagiada un año antes que Betancourt y la primera rehén liberada en enero de 2008, “pero lo de Ingrid despertó al mundo con un rechazo a la violencia”, dijo a la AFP. Ingrid en libertad Apenas liberada, Betancourt viajó a París con su madre Yolanda Pulecio y sus hijos Melanie y Lorenzo, nacidos de su primer matrimonio con el diplomático francés Fabrice Deloye. Comenzó entonces para ella una maratón de homenajes. El presidente Nicolas Sarkozy la recibió en el aeropuerto militar de Villacoublay, donde le dijo “Toda Francia está feliz. Toda Francia admira su dignidad”. Descolgó ella misma el afiche gigante con su foto que desde 2004 colgaba en la municipalidad de París, y pocos días después le fue concedida la Legión de Honor. Visitó al Papa Benedicto XVI, recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, y la entonces presidenta chilena Michelle Bachelet la postuló al Premio Nobel de la Paz, que finalmente ganó el finlandés Martti Ahtisaari. En diciembre de 2008 creó la Fundación Ingrid Betancourt, de defensa de los derechos humanos, pero volvió a Colombia en muy pocas ocasiones. Una de ellas fue para viajar de regreso a Francia con el guerrillero Wilson Bueno, alias ‘Isaza’, que había ayudado a escapar del cautiverio al ex congresista Oscar Lizcano. Otra fue en julio de 2010, para participar en una ceremonia de conmemoración del operativo de su rescate. Su demanda hecha por esos días al Estado colombiano de una indemnización de 15.000 millones de pesos (unos 8 millones de dólares) por su secuestro desató una agria polémica en su país, donde se le tachó de ingrata. Ingrid Betancourt retiró el reclamo y desde entonces no ha regresado a Colombia. “La gente en Colombia tiene el corazón duro”, explicó Betancourt. Para conjurar los recuerdos del secuestro escribió el libro “No hay silencio que no termine”, que salió a la venta a fines de 2010, y desde entonces se ha mantenido alejada de la vida pública. Betancourt fue plagiada cuatro días después de que fracasaron los últimos diálogos de paz entre las Farc y el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana en la misma zona que se mantuvo desmilitarizada para permitir ese proceso. El 22 de julio de 2008 fue rescatada en un operativo militar que también llevó a la libertad a tres estadounidenses y a once policías y militares colombianos. La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, con los miembros de la fuerza pública, rescatados durante la ‘Operación Jaque’. Ingrid, en cautiverio, una imagen que recorrió el mundo. Con su madre Yolanda Pulecio al regresar a la libertad. El entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos y el general Mario Montoya la recibieron en Catam. Ingrid con sus hijos Melanie y Lorenzo, nacidos de su primer matrimonio con el diplomático francés Fabrice Deloye.