Inseguridad reina en Calixto Leiva

Alarmados se encuentran los vecinos del barrio Calixto Leiva de Neiva, tras la inseguridad que se presenta desde hace años Alarmados se encuentran los vecinos del barrio Calixto Leiva de Neiva, tras la inseguridad que se presenta desde hace años en el sector, pero que en los últimos meses ha tomado mayor fuerza. MARIO PORTILLO LA NACIÓN, NEIVA Los raponazos, hurtos con arma blanca y con arma de fuego, así como el enfrentamiento entre los delincuentes y la comunidad, se han vuelto el pan de cada día en el barrio Calixto Leiva de Neiva. Según los vecinos del sector, los consumidores de sustancias psicoactivas y los amigos de lo ajeno tienen azotado el sector, y ante ello señalan una baja capacidad de reacción de las autoridades. De acuerdo a lo expresado por los residentes del barrio, la problemática de inseguridad se ha agudizado en los últimos años debido a la gran confluencia comercial que se ha presentado en el sector. “Antes este era uno de los barrios más tranquilos de la Comuna Siete, ahora estos corredores de la Calle Séptima con Carreras 17, 18 y 19, son un robadero constante y un peligro para toda la comunidad”. “Lo que pasa es que de unos años para acá esto se volvió una zona muy comercial, con locales de todo tipo, y la delincuencia ha aprovechado todo eso y se han volcado hacia este sector”, expuso Marlio Trujillo, presidente JAC del barrio. Según lo expresado por la comunidad, a cualquier hora del día por las calles de Calixto se puede ser presa de los amigos de lo ajeno, quienes mediante cualquier técnica se encargan de despojar a los vecinos de sus pertenencias. “Tenemos el peligro constante las 24 horas del día. En la mañana o en la tarde, por estas calles roban a la gente, le rapan el bolso, la arrastran por una cadena, o le desenfundan un arma para llevarse lo que sea”. “Ahora en la noche, esto es un peligro, no se puede salir por ahí como desprevenido porque los ladrones están pendientes de quién se descuida y cualquier cosa se roban”,  comentó Rafael Posada, residente del sector. Pandillas Una de las preocupaciones más marcadas, según la comunidad, es que en Calixto Leiva es ahora muy común observar grupos de muchachos que a cualquier hora se instalan en el polideportivo del barrio para consumir sustancias como marihuana y luego delinquen en la zona. “Hemos tenido problemas con ellos. Por lo general son pandillas de 10 o 12 muchachos que consumen en el polideportivo y salen por acá por las calles del barrio y se roban lo que haya mal puesto o atracan a la comunidad”. “Hace unos días hubo un problema con ellos porque iban a robar una muchacha, unos vecinos se metieron y los tipos volvieron a las horas, rompieron los vidrios y apuñalaron a un muchacho del barrio. Hemos identificado que son grupitos de los barrios Obrero, San Martín y Ventilador”, expresó Marlio Trujillo. Aparte de los vecinos del barrio, quienes tienen negocios en el sector ya se han visto afectados por la delincuencia. “Tengo una panadería acá en el barrio y la verdad la delincuencia me tiene muy afectado. Las personas ya no se pueden sentar a tomar un tinto o una gaseosa porque les rapan los bolsos, los celulares o cualquier cosa. A mí me han hecho intentos de robo ahí en el local”, indicó Pablo Gutiérrez, comerciante de la zona. Autoridades Según expresó la comunidad, los efectivos asignados al CAI de la Policía Nacional del barrio Ipanema son insuficientes para cubrir todas las necesidades en seguridad de la Comuna Siete. “En el CAI de Ipanema hay solo una patrulla con dos policías por turno para atender todas las necesidades de la Comuna Siete, que consta de 13 barrios incluyendo el nuestro”. “Entendemos eso, pero la verdad, la preocupación es lo que nos lleva a reclamar más seguridad en nuestro barrio y en la comuna en general, porque dos policías por turno son insuficientes para todo lo que ocurre en estos sectores”, explicó Marlio Trujillo. Responde la Policía LA NACIÓN dialogó con el capitán Héctor Betancourt, comandante de la Estación de Policía Neiva y respecto a lo expuesto el uniformado explicó sus apreciaciones. “Lo primero es decirle a la comunidad que para tener una mejor seguridad en los barrios, hay que entender que esto es compromiso de todos, Policía y comunidad. Hace unos días estuve en una reunión con una comunidad, donde se hicieron compromisos en conjunto pero cuando ya les correspondió a ellos organizarse como vecinos, nadie quiso”. “No podemos acceder a tener un policía en cada esquina, pero la idea es que mas allá la misma comunidad se ponga en contacto con el líder del cuadrante, para que en una reunión se puedan empezar procesos de escuela de seguridad ciudadana, alarma comunitaria, red de cooperantes y otros compromisos de la gente”. “Se les puede poner un CAI móvil, dos días a la semana o incluso 15 días y después de que se vaya el CAI regresan los problemas, y la idea es que la gente se empodere de sus procesos de seguridad y fortalezcan su participación en pro del bienestar”, finalizó. Fotos Óscar Roldán La Carrera 17 que atraviesa el barrio es un corredor donde los delincuentes hacen de las suyas a cualquier hora del día. Según la comunidad, este polideportivo es refugio de consumidores de sustancias psicoactivas que también delinquen en el barrio. LA NACIÓN oye a la gente Marlio Trujillo, presidente JAC del barrio: “Estamos preocupados por nuestra seguridad y porque esto antes era un barrio tranquilo. Entonces el llamado que hacemos a las autoridades es a que nos ayuden a encontrar salidas, pero que sea con compromisos reales y duraderos”. Rafael Posada, residente del sector: “La situación acá se salió de las manos, porque los jóvenes que delinquen la Policía los coge y los deja libres al rato, y acá los volvemos a tener causando daños, es un círculo vicioso”. Pablo Gutiérrez, comerciante de la zona: “Nos sentimos solos y la verdad nos estamos viendo afectados los que tenemos locales por acá, porque los ladrones y los viciosos andan a sus anchas robando y perjudicando a la gente, a los clientes”.