Luego que los medios de comunicación denunciaran delicados procesos de contratación efectuados por Empitalito a humildes mujeres laboyanas, la Oficina de Trabajo abrió investigación a la entidad y a las empresas intermediarias. Luego que los medios de comunicación denunciaran delicados procesos de contratación efectuados por Empitalito a humildes mujeres laboyanas, la Oficina de Trabajo abrió investigación a la entidad y a las empresas intermediarias. LA NACIÓN, PITALITO La Oficina de Trabajo inició investigación preliminar por la contratación de las empleadas de aseo en Pitalito, comúnmente conocidas como ‘escobitas’. Las pesquisas comenzaron a finales del año pasado, por solicitud de la abogada Dassier Del Castillo, inspectora local. La dependencia ya emitió la notificación resolutiva a Guillermo Vargas Trillera, representante legal de la Empresa de Servicios Públicos de Pitalito (Empitalito), para que explique el proceso de contratación de las funcionarias. Según conoció LA NACIÓN, la delegada del Ministerio de Trabajo indaga sobre la figura empleada por Empitalito, la intermediación que realizó a través de las empresas contratistas y las razones por las que escogió esta modalidad. El representante de la empresa efectuaría su exposición sobre el tema después del próximo 10 de enero, cuando la funcionaria retome sus labores luego del receso de fin de año. Denuncia Los medios de comunicación denunciaron el año pasado, que a 55 escobitas que fueron contratadas en el 2011 se les cancelaba 109.000 pesos por trabajar hasta altas horas de la noche, recogiendo basura y barriendo las calles de Pitalito. Ese dinero que equivalía a su salario mensual, no alcanzaba a ser ni la cuarta parte de un salario mínimo. Las mujeres contratadas en su mayoría tenían entre 22 y 58 años, “no usan guantes, botas, ni mucho menos overol, porque no se los suministran; solo les entregan un tapabocas, un chaleco reflectivo y claro, una escoba y un carrito de hierro en el que transportan una caneca para recoger desperdicios, denunció el periodista John Montaño del diario El Tiempo.” En la denuncia periodística se señaló además que con esa dotación, las mujeres cubrían los turnos de trabajo, en los que barrían 12 cuadras por noche y llenaban en promedio 10 bolsas plásticas con todo tipo de residuos. El agravante de la situación es que en teoría, las escobitas eran empleadas públicas porque las contrató Empitalito, una entidad con un presupuesto superior a los 11 mil millones de pesos. Irregularidades Las vinculaciones laborales se hicieron a través de tres cooperativas de trabajo: Compartir del Surcolombiano, cuya representante legal es Gretel Giovana Hoyos; La Cúspide del Sur, que tiene a Nubia Claros a la cabeza y Servicios López Nuevo Compartir, a cargo de Ageda López. Las tres empresas recibieron más de 17 millones de pesos al mes para remunerar el trabajo de estas mujeres, a las que en total les pagaron 5.995.000 pesos, por media jornada laboral. El pago de salud según las cooperativas fueron de tres millones y medio de pesos, lo que les generaría con estos contratos millonarios excedentes a los patronos, mientras las Empresas Públicas se libraron de la carga laboral. A dar la cara Las tres representantes legales de las empresas contratistas deberán presentarse ante la Oficina del Ministerio de Trabajo, para dar sus respectivas declaraciones y entregar la información pertinente. Luego, la Inspectora de Trabajo determinará si queda en firme o no, una sanción contra Empitalito por adelantar este modelo de contratación. Las mujeres fueron contratadas para asear el municipio por un salario irrisorio, con largas horas de trabajo. Los carros de hierro hacían parte de la dotación entregadas a las escobitas.