La aparición del reciente video de Gustavo Bolívar ratifica lo que ya se sabía desde los tiempos de campaña, y es que la Administración por Sobresaltos es un peligro para la democracia colombiana.
Los Petro-videos ratificaron la doctrina de “correr la línea ética” -en palabras del embajador Guanumen-; es decir, planear y ejecutar por redes sociales un juego sucio de difamación para desprestigiar y destruir la reputación y el buen nombre de los que no comulgan con las ideas subversivas.
Correr la línea ética es algo que bien define a Petro y a su Administración por Sobresaltos porque refleja que la combinación de todas las formas de lucha, les ha resultado tan legítimo como apartarse de la legalidad a fin de autoproclamarse como verdugos de sus opositores y triturarlos través de los operadores de la justicia penal.
El vídeo de Bolívar deja en claro que Petro, apelando a su experiencia en la guerrilla, montó una serie de milicianos digitales llamados “influenciadores” para ejecutar la operación y desacreditar, en el mejor de los casos, a todos sus opositores.
Algo que el país debe saber es el origen de los recursos con los que pagaron sus milicias en el reciente pasado, mientras buscaban desestabilizar y tumbar al presidente Duque. También sería bueno saber si hoy se están pagando estas milicias con dineros del presupuesto nacional.
Para destruir a los demócratas, y a la democracia, no solo han recurrido a difamar y denigrar a sus objetivos, sino a la propagación de noticias falsas, es decir, a campañas de desinformación que amenazan directamente la democracia y fortalecen hoy la propaganda a favor del régimen. Para tales efectos, léase el artículo de El Colombiano titulado “Revelan cómo Petro y Morris convirtieron a RTVC en una máquina de propaganda oficial”.
Con jueces adeptos a la guerra subversiva, y con aparatos de propaganda bien sean oficiales y/o alternativos, la guerrilla viene pulverizando a todos aquellos que no coinciden con sus métodos violentos y criminales.
Lo más grave para la democracia es que ahora que son Gobierno se han dedicado a hostigar a periodistas y medios de comunicación que no se han arrodillado a los referidos métodos.
Intimidación, penalización y desprestigio son palabras que hacen parte de la estrategia que tiene la Administración por Sobresaltos para eliminar a la oposición y atomizar la democracia.