Sólo tiene 7 años de edad y está a punto de terminar su primaria. Juega, habla y se comporta como cualquier niño, pero su prodigiosa mente y capacidad de análisis, interpretación y habilidades asombran a todos los adultos. Julián Yesid, genialidad a toda prueba. Sólo tiene 7 años de edad y está a punto de terminar su primaria. Juega, habla y se comporta como cualquier niño, pero su prodigiosa mente y capacidad de análisis, interpretación y habilidades asombran a todos los adultos. Julián Yesid, genialidad a toda prueba. Heber Zabaleta Parra LA NACION, Neiva ¡Es un niño! Son las tres palabras suficientes para definir en su integridad a Julián Yesid Vargas Ordóñez, 7 años de edad, quien cursa quinto
Julián
de primaria en el Colegio Ceinar de Neiva, acaba de ser exaltado como el mejor estudiante de Kumon y tiene un coeficiente intelectual que despierta admiración y respeto. Y es que con un comportamiento normal de cualquier niño de su edad, juega, ríe, se divierte, pregunta, corrige y nunca se está quieto, regalando siempre una sonrisa inocente a sus interlocutores que buscan saber y conocer más sobre este prodigio que ha empezado a escribir una maravillosa historia en el Huila. Historia que no fuera posible sin la constancia, amor, entrega y humildad de Armando Ordóñez Martínez, abuelo de Julián Yesid, quien acompaña al menor en este recorrido, pues fue la primera persona de la familia que detectó las capacidades de su nieto cuando apenas tenía dos años y ya identificaba las palabras y avisos que veía en las calles. Lo anterior llevó a que le regalara juegos didácticos, en especial rompecabezas de Colombia, de los presidentes, con los cuales Julián Yesid recibió un gran estímulo para su inteligencia y destrezas innatas, que le permitió a los tres años de edad aprender a leer y escribir, e ingresar a la escuela Isaac Newton. Don Armando, un trabajador informal de toda la vida, residenciado en el barrio ‘Víctor Félix Díaz’ y hoy dedicado al mototaxismo, descubrió el talento del menor cuando lo sacaba pasear y él con una especie de ‘memoria fotográfica’ recordaba todo, “por lo cual empecé a estimularlos y a darle las condiciones para su desarrollo, pese a la escasez de recursos económicos que padecemos”. Cuenta a LA NACION Jr como en busca de esa ayuda lo presentó a varios maestros, quienes a pese de sorprenderse de su capacidad, decían que no podían recibirlo en las escuelas públicas, ya que no tenían las condiciones para atender a sus necesidades. “Reconocían que no hay una educación precisa para los niños con este tipo de talentos, por lo cual hemos agradecido mucho el apoyo del Colegio Ceinar para que mi nieto estudie allí y pueda hoy estar a punto de culminar su primaria”, dijo don Armando. ‘Salto a la fama’ Sin embargo, pese los reconocimientos y cariño, el nombre de Julián Yesid Vargas salto recientemente a la ‘fama’ gracias a una publicación de LA NACION, donde se destacaba la exaltación recibida por Kumon, un método de enseñanza de las matemáticas, siendo el menor de los estudiantes. Y es que la beca obtenida, gracias a Corhuila y el apoyo a la población de escasos recursos, la ha sabido aprovechar y hoy día ha logrado cumplir con 15 de los 21 niveles con apenas 7 años, siendo un record en Latinoamérica por sus logros académicos. Pesos a esos aplausos, no sacan de la infancia a Julián Yesid, quien se levanta a las siete de la mañana, alas 10:00 am está en Kumon, regresa a casa a almorzar y luego parte al colegio Ceinar. A las 6:00pm vuelve al hogar, a compartir con sus abuelitos, mamita, amigos, a jugar Xbox y carreras con sus amigos Sebastián, William y Santiago, a ver ‘El man es German’, ayudar en los oficios, entre otras actividades que lo mantienen ocupado. Pero no se queda ahí, hace parte de la Infancia Misionera de la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes que dirige el padre Alberto Aragonés, le gusta escuchar los vallenatos de Silvestre Dangond, saborear las gelatinas que le prepara su abuelita Sonia, comer las ensaladas de papa y beber jugo de lulo. ¿…Y el futuro? La preocupación hoy de ‘Gordis’, como Julián Yesid llama a su abuelo Armando, es que su nieto, ahora que enfrenta la secundaria, requiere de un respaldo de entidades públicas o privadas para desarrollar todo su potencial intelectual y por ello ha hecho un llamado para que este menor tenga la oportunidad de crecer en mejores condiciones de vida y de estudios.
