Kaapiya’jsa’ wala zxiçxwe’ (El profesor es bonito)

Aprender matemáticas nos ha costado dolores de cabeza. El maestro Edgar Eduardo Victoria Segura encontró en el arte la estrategia pedagógica que enamora los aprendizajes. La guerra en Cauca persiste en sus ecuaciones de muerte. En El Agrado (Huila), un cuadro inconcluso elogia la vida.

Olmedo Polanco

 En un segundo alguien apretó el gatillo. En el pasado quedó la explosión y la bala obediente atravesó los vientos fríos venidos de los relieves de Coconucos y Puracé. El proyectil impactó violentamente el cráneo del profesor Edgar Eduardo. El maestro se desplomó sin vida. Avanzaba la tarde del viernes 2 de agosto de 2024.

El Agrado (Huila), 7 de mayo de 1997. El médico Uriel Alveiro Falla Casanova advirtió a Rosalba Segura Silva que su hijo recién nacido y con apenas ocho meses de gestación, tendría problemas para sobrevivir. Durante el trabajo de parto, la madre recibió apoyo de Mery Ortíz, enfermera en el Hospital San Antonio.

En 1994, Rosalba se había embarazado de mellizos y, según me ha contado desde El Agrado, “A los cinco meses tuve una infección en el líquido amniótico y perdí las dos criaturas. Lloré mucho”. El médico le alertó que no podía volver a quedar encinta. Sin embargo, a los tres años ‘volvió a encargar familia’. Pablo Miller es su primer hijo y Gabriela la última. Su esposo también se llama Pablo.

“Con Edgar Eduardo me la pasaba más en el hospital que en la casa”, me ha confiado. El recién nacido sobrevivió gracias a los cuidados y los saberes ancestrales heredados por el profesor Edgar Polanco Ramírez en El Agrado. Como el prematuro sobrevivió, Rosalba rindió homenaje al maestro asignando el nombre a su hijo: “Lo bautizamos Edgar Eduardo. El segundo nombre por su tío”. El profesor Polanco era aficionado a la fotografía. Lo asesinaron cuando iba en camino hacia Garzón (Huila). Llevaba a revelar varios rollos de películas que habían registrado las memorias de los ritos antropológicos en el municipio; sobre todo, bautizos, primeras comuniones y fiestas de grado.

“Paradójicamente, varios de los maestros asesinados en los últimos años eran líderes defensores de los derechos humanos” (Revista Educación y Cultura. Federación Colombiana de Educadores. Centro de estudios e investigaciones docentes. No. 24. Bogotá, octubre de 1991, pág. 4). “La respuesta ingenua de las autoridades, de algunos violentólogos y de la opinión pública frente a este hecho es la misma: la causa es la violencia” (Op. Cit). Esta respuesta nos plantea un círculo vicioso, un callejón sin salida, afirma en su editorial el sindicato nacional de las maestras y los maestros.

Hierbas machacadas contra los golpes y las flores del jardín

El profesor Jorge Luis Chala Muñetón enseña música en la Institución Educativa Técnico Empresarial de Montecruz, del resguardo Vitoncó, en Belalcázar (Cauca). Viaja en su motocicleta Honda cada fin de semana entre el territorio nasa y Pitalito (Sur de Huila). Su colega Edgar Eduardo solía acompañarlo como parrillero. Cuando se hacía tarde, Jorge Luis dormía en El Agrado, en casa de la familia Victoria Segura. En la madrugada del día siguiente retomaba camino hacia Laboyos. El viernes 2 de agosto, Jorge Luis no pudo viajar porque se reponía de los golpes y las laceraciones provocadas a mitad de semana por el derrape de su motocicleta. Una abuela ‘sobandera’ le curaba las torceduras y había aplicado emplastos sobre los golpes y las raspaduras.

Después del mediodía, Edgar Eduardo se detuvo en el jardín del colegio para trozar un tallo de la flor de la paloma, una especie de planta parásita de la familia de las orquídeas y que tiene figura de ave. “No te va a prender, la llevás a clima caliente”, le advirtió una de las profesoras. Ella misma arrancó con especial cariño una planta y la envolvió para que no se marchitara durante el trayecto. A Rosalba le encanta el jardín. Edgar (‘El Flaco’), debía estar en el cumpleaños de su madre el domingo 4 de agosto. Además, estaba comprometido a entregar antes del 22 de agosto la obra encargada por Marcela Álvarez Núñez, una joven emprendedora que hacía un año inauguró la tienda ‘Con alma. Café’. El lienzo, que incluye un amanecer, también fue pintado por el ‘profe’.

Edgar Eduardo nació el 7 de mayo de 1997, antes de los nueve meses de gestación. El maestro Edgar Polanco Ramírez cuidó de él con saberes ancestrales que fortalecieron su humanidad. Fotografía: Archivo familiar.

Los oficios de madre que sustentan a los hijos 

Rosalba es modista. “Hago trajes de sanjuanero para las niñas; tomo dobladillos y arreglo ropa por encargos”. Esa tarde del viernes estaba concentrada en el oficio de ajustar los pantalones al médico del pueblo. No alcanzó a contestar las llamadas insistentes que realizaba el profesor Jorge Luis Chala, desde el Cauca. No era conocido el teléfono que originaba la llamada. La costurera estaba ocupada llamando a su hijo que acostumbraba reportarse desde el camino. No la había llamado desde Belalcázar; tampoco desde El Pital.

Faltaba poco para las cinco de la tarde. “Insistí hasta que me contestó”, me ha dicho el profesor Chala. “Doña Rosalba, ¿Dónde está?, ¿Con quién está?, preguntó. “Estoy en Belalcázar. Su hijo no viajó conmigo; se fue en una camioneta y los atacaron. Está herido y lo llevaron hacia La Plata”.

Hay un silencio que parece eterno. Rosalba está en casa y en el fondo se escuchan los cacareos de los gallos finos que cría su hermano Néstor. Ella hace una pausa, toma una bocanada de valor y pide un vaso con agua. “Cuando iba llegando a El Pital con mi hijo Pablo, me llamó nuevamente el profesor Chala para preguntarme dónde iba. Enseguida me dio la pésima noticia”.

En urgencias del Hospital ‘San Antonio de Pádua’, en el municipio de La Plata, María Irene Vargas Sarria le prestó su hombro solidario; la misma ‘comadre’ que vino hasta Neiva el día en que Edgar Eduardo se graduó de licenciado en Matemáticas. “Eran las siete pasaditas de la noche. Mi hijo estaba muy frío sobre una camilla”. Al lado de su morral una planta con forma de paloma blanca, teñida de rojo intenso y brillante. “En su carita tenía un moretón”, me ha expresado Rosalba con intenso dolor de madre.

Los imaginarios docentes en la USCO

La maestra Martha Cecilia Mosquera Urrutia acompañó al estudiante Edgar Eduardo durante su formación pedagógica en la Universidad Surcolombiana; lo hizo a través del semillero de investigación ‘Temas de investigación para niñ@s y jóvenes. “Como era artista, incorporó elementos del dibujo a su formación académica”, le contó a los reporteros Yimmer Stiven Celis y Néstor Eduardo Losada. De las asignaturas del primer semestre de 2022 en la licenciatura en matemática, tomó el taller de ‘Dibujo artístico. Figura humana’; orientado por la profesora Stefanía Torres Amaya. “Matizaba el rigor y la austeridad de la matemática con la sensibilidad espiritual que inspiran la pintura y el dibujo”, me expresó el profesor Hernando Gutiérrez Hoyos, su maestro de cálculo diferencial.

La profesora Martha Cecilia recuerda la práctica académica extramuros sobre la importancia de los petroglifos conservados en jurisdicción del municipio de Oporapa (Sur de Huila). La experiencia pedagógica y la participación de Edgar Eduardo hicieron que la licenciatura en matemáticas incluyera en su plan de estudios un curso sobre arte y desarrollo del pensamiento visual. Un refuerzo curricular en la implementación y evaluación del modelo de mediación pedagógica para el desarrollo del pensamiento matemático.

Edgar Eduardo no era apasionado por el inglés como segunda lengua. En parte lo explica su progenitora. “En familia hemos sido buenos para las matemáticas, no tanto para el inglés”. Rosalba no ha olvidado los castigos que imponía el sacerdote que buscaba formar sus competencias en el idioma extranjero. “En el Colegio La Merced, el padre Correa era muy estricto y nos daba Inglés.” En una distracción de Rosalba como estudiante respondió ‘Yes’, cuando el sacerdote le preguntó si tenía piscina en su casa. ¿Do you have a swimming pool at your house? El curso rió a mandíbula suelta. “Esa materia la vi obligada”, precisa la señora.

El profesor Edgar Eduardo Victoria Segura, aprovechó el arte para enseñar las matemáticas en la comunidad Nasa. Fotografía: Archivo familiar.

“Cuando se lee poco, se dispara mucho” (René Pérez. Residente)

Kaapiya’jsa’ wala zxiçxwe’. “El profesor es bonito”, decían en Nasa yuwe, las niñas del colegio. Edgar Eduardo apenas llevaba una semana trabajando en la Institución Educativa Técnico Empresarial de Montecruz, del resguardo Vitoncó, en Páez (Cauca). Las maestras nacidas en el territorio le estaban enseñando la lengua nativa para que pudiera comprender la cultura que lo había acogido.

La guerra ha impuesto las ecuaciones con valores desconocidos. El exponente mayor de la incógnita está en boca de Rosalba: ¿Será que he ofrendado un hijo más y tengo que llorarlo hasta mis últimos días para que seamos sensibles frente a esta horrible guerra? En el café del pueblo estará colgada una obra inconclusa que empezó a pintarse de arriba a abajo con los tonos de la noche.

Incertidumbre por cierre de otra EPS en el Huila

En zozobra se encuentran afiliados en el Huila de la EPS Asociación Indígena del Cauca, AIC, tras la resolución...

¿Cómo afecta al Huila la crisis que vive Venezuela?

Los representantes a la Cámara por el Huila, así como el senador, sentaron su posición acerca de la posesión...

Sujeto vinculado con toma guerrillera en Gigante, fue capturado en Algeciras

El Departamento de Policía Huila capturó en la despensa agrícola del Huila a un hombre de 76 años de...

Síguenos en:

Artículo Relacionado

Motociclista murió por presunta negligencia médica y no por accidente con taxi

El motociclista Argemiro Trujillo Castañeda sufrió fracturas en pierna izquierda y dedos del pie derecho, cuando colisionó con...

“No era mi voluntad firmar renuncias anticipadas sin empezar a laborar”

El exalcalde del municipio de Guadalupe, Charles Barrera Zúñiga, fue llamado a juicio disciplinario por desvincular de su...

Tambalea investigación por supuesta comercialización de aceite quemado

Un giro podría dar la investigación contra Fabián Fernando Losada Gómez y Carolina Salazar Betancourt, en Neiva, quienes,...

Domiciliario condenado por andar con arma traumática

El joven Cristian Camilo Zapata Hernández fue condenado por portar una pistola traumática que tenía para defenderse de...