Es necesario que las denuncias que ha hecho la Contraloría de Neiva sobre las “deficiencias técnicas” que presenta el intercambiador vial de la Universidad Surcolombiana, Usco, sean atendidas no solo con seriedad sino con urgencia por parte de la administración municipal, la gerencia del Sistema Estratégico de Transporte Público, SETP, y las autoridades en general.
Los cuestionamientos son graves. Según quedó plasmado en un acta tras una visita de inspección hecha por el organismo de control fiscal, se hallaron anomalías como “asentamientos en las zonas que quedan cerca al puente, en sus dos calzadas; en la calzada con sentido sur-norte, hay fisura y deformación en el pavimento, causada por hundimiento en su estructura en un área de 335,80 metros cuadrados; en el extremo norte de la misma calzada, se encuentran asentamientos y fisuras en la capa de rodamiento en un área aproximada de 65,70 metros cuadrados, lo mismo pasa con la calzada que conduce desde la carrera Primera hasta la carrera Segunda en el sentido norte-sur, en el extremo sur de la salida del puente elevado, en este tramo, el área afectada es de 109,50 metros cuadrados”.
La Contraloría Municipal advierte que “estos daños representan un riesgo de accidentes vehiculares, por los asentamientos y deformaciones del pavimento ocasionados por las filtraciones de aguas lluvias, erosión y socavación de la base y subbase”.
Las autoridades están obligadas a atender diligentemente cualquier alerta que se haga, relacionada con el riesgo de la pérdida de vidas humanas, en este caso los accidentes de tránsito que se puedan originar por las fallas que está presentando el intercambiador vial de la Usco.
Es clave además que los demás organismos de control actúen para determinar las eventuales responsabilidades del contratista responsable de las obras de construcción del viaducto.