En el colectivo social y también en el colectivo imaginario, la aristocracia es el gobierno de los terratenientes. Concepto absolutamente erróneo. Esto ha perjudicado la calidad de la democracia. Si tuviéramos gobiernos aristócratas, este país hubiese cambiado hace décadas. Mire, amigo lector. El gran filósofo griego, Platón, entre sus obras escribió una que se llama La República. En ella plasma el ideal de un buen gobierno. Nos dice nuestro filósofo en el mencionado libro, que la aristocracia es el mejor sistema de gobierno dentro de la democracia. A veces, mentalidades llenas de resentimiento social y de complejos académicos, han metido en el colectivo social que la aristocracia es el gobierno de los ricos. Pues no es así. La aristocracia es el gobierno de los mejores, de los excelentes en todo. La palabra aristocracia, viene de dos raíces griegas: aristos= el mejor; krátos = autoridad-gobierno. De manera que cuando gobiernan los más capaces y los excelentes en todo, los pueblos se van a sentir bien gobernados. ¿Cuáles son los criterios de la excelencia? Se mide en primer lugar en la conducta ciudadana. ¿Cómo es esa persona en su hogar? El libro Santo nos dice, que quien no sabe gobernar su propia casa, no podrá gobernar la ciudad. En los cargos que ha desempeñado, ¿ha sido honesto?, ¿ha sido eficiente en la gestión? La conducta diaria es el reflejo visible de la calidad de una persona. Quien ha sido ordenador del gasto público, tiene que haber sido trasparente y además, haber tenido la inteligencia de optimizar los recursos y haber ejecutado los proyectos prioritarios y de mayor incidencia social. ¿Qué otra medida debe tenerse en cuenta para para elegir a los gobernantes? Su hoja de vida académica. ¿Sí se ha preparado en la universidad, al menos con pregrado? Ojalá tuviera maestría y doctorado. El estudioso es la persona más acuciosa e inteligente para resolver los problemas. ¿Cuál es el gobierno de los más ricos? Se llama plutocracia. Palabra que viene de dos raíces griegas: ploutós = rico y; krátos = autoridad-gobierno. No siempre los más ricos, son los más inteligentes. Aunque aquél rico que ha sido capaz de generar empleo y ha logrado a base de esfuerzo, su patrimonio económico, tiene que tener una buena dosis de inteligencia. El dinero conseguido con honestidad, requiere inteligencia. Pero también, con mucha frecuencia se encuentran ricos con un enorme vacío académico o que han amasado dinero a base de trampas y engaños. Pues ese tal será un ladrón como gobernante. Hay pueblos tan ilusos, por qué no decir ignorantes, que eligen a sus propios verdugos. La pobreza genera un voto estomacal. No se vota con inteligencia, sino por la “necesidad” de satisfacer el hambre. Entonces el elector es corrupto, pues condiciona su voto a una dádiva del elegido y el elegido se siente condicionado por el elector para lograr un reparto de la torta del poder, nombrando a ves, a los más ineptos y los más llenos de la voracidad del poder. Quienes llegan con hambre atrasada a la mesa del poder, saquean todo lo que encuentren por delante. Se forma un círculo vicioso difícilmente manejable. Recuerde, la aristocracia es el gobierno de los mejores, sean hombres o mujeres, pertenezcan a la etnia que sea. Dejemos de buscar “igualdad de género”. Compita y sea excelente para que sus electores lo elijan. *Obispo de Neiva