Muy ingenuos quienes creen que Petro y sus secuaces están pensando en una Asamblea Constituyente. No la van a convocar, no tienen gobernabilidad para hacerlo, pero si la presentarán como principal propuesta de campaña en el 2026.
Es evidente que están sintiendo el sol a sus espaldas, transcurrieron dos años y no tienen mucho para mostrar, solo ideas de un “que” que nunca tuvo el “como”, sustentadas en un sinnúmero de ideas delirantes, y no hay razón para pensar que algo va a mejorar en el tiempo que falta.
Asegurarán que el cambio propuesto no se hizo porque no los dejaron, culparán a la oligarquía, a los ricos, a los gringos, a la burocracia, en fin, todos serán responsables de sus deplorables resultados, menos el propio Gobierno. Se mostrarán magnánimos teniendo en cuenta que el tiempo no alcanza para convocar dicha asamblea en su periodo constitucional, entonces dirán que la muestra de su interés por el país es que se la dejarán lista al próximo Gobierno que debe ser de ellos mismos y se comprometerán a instalarla para que de esa manera llegue el cambio que fueron incapaces de hacer, construyendo así su principal bandera de campaña en 2026.
Le van a dar maraca hasta donde puedan. Pondrán a botar corriente al país político, a analizar a los pensadores y los medios gastarán tiempo en análisis, para terminar convirtiendo en una entelequia el denominado poder constituyente, que sin duda existe pero no puede ejercerse de cualquier manera porque para eso existe un procedimiento establecido en la Constitución Política del 91.
Se beneficiarán de la falta de ideas y liderazgo de la oposición. Si este Gobierno nunca estuvo preparado para administrar el Estado, la oposición jamás lo estuvo para hacerle contrapeso. Se quedaron en los lamentos y el agotado fantasma del comunismo y castrochavismo, que sumado al desgaste por la cantidad de miembros con prontuario criminal que hoy tienen, los deja con muy pocas probabilidades de ser alternativa de poder.
Nos queda confiar que el centro despierte, que construya un verdadero programa de gobierno como posibilidad real de una tercera vía. Esa sería la única alternativa que nos queda, porque lo que hay no sirvió y los que nos gobernaron antes tampoco.
En el 2026 veremos, por ahora el tema de la Asamblea Constituyente será la bandera perfecta para la caquistocracia que nos gobierna, una parte de los colombianos se comerá el cuento, esperemos que la gran mayoría entienda que en realidad no resuelve nada y decidan votar para que en las próximas elecciones tomemos otro camino.