Luis Enrique Bonilla practica artes marciales mixtas y representa al Huila a nivel nacional. Sueña con llegar a las grandes ligas, competir profesionalmente por el mundo, llevando con orgullo la bandera opita.
Carol Medina Soto
“Ver a mi mamá siendo golpeada y sin poder defenderse, me hizo buscar la manera de defenderla, a ella y a toda mi familia”, así, mientras sus ojos se llenan de lágrimas y se quiebra su voz, relató Luis Enrique Bonilla cómo comenzó su pasión por las artes marciales mixtas, que, aunque mucha gente piense que es un deporte ‘salvaje’ donde todo vale, se trata de una mezcla de estilos y habilidades. Se puede decir que las MMA son: un deporte de contacto donde se usan diversas disciplinas; como jiu jitsu brasileño, boxeo, muay thai, taekwondo, judo, karate y kickboxing.
“Todo empezó cuando yo tenía 11 años y mi primer arte marcial fue el taekwondo, gracias a un proyecto de la Alcaldía, yo inicié porque quería defender a mi mamá, ella sufrió muchos abusos, viví violencia intrafamiliar y yo quería tener la capacidad de defenderla a ella y a mi familia y desde ahí empecé a entrenar”, comentó el luchador huilense.
“Luego de conocer el taekwondo, conocí el boxeo y cuatro años después conocí el jiu jitsu brasilero y el entrenador me dijo que luego combatiera en la jaula para que yo tuviera más probabilidades de ganar dinero y mi primera experiencia fue una pelea en MMA, artes marciales mixtas amateur en Cali y derroté en el tercer round a un australiano y desde ahí empezó mi carrera. Conocí el Mua Thai y comencé a competir y soy tres veces campeón nacional amateur, tengo tres peleas profesionales, una ganaba, una perdida y otra empatada”.
Y aunque la vida le ha dado golpes, nunca lo ha noqueado, se levanta y sigue peleando por sus sueños. “Uno de los logros más importantes fue cuando fui seleccionado para representar al país, elegido por la Organización Colombiana de Artes Marciales Mixtas, para ir a Las Vegas, Estados Unidos para competir en el evento de la Federación Mundial de Artes Marciales Mixtas, pero solo me dieron el cupo y debía buscar el apoyo económico para ir, lo intenté y golpee puertas, pero nadie me ayudó y perdí la oportunidad”.
“En el 2019 volví a quedar seleccionado para representar al país, pero debía conseguir $15 millones para ir y perdí de nuevo la oportunidad, pero siempre he sido pionero y di a conocer las artes marciales de Neiva a nivel nacional, aunque era el único que lo practicaba”, comentó.
“Mi historia representa años de superación, de sudor y lágrimas. Tal vez a nivel mundial mis logros no valgan mucho, pero cada medalla que tengo representa una historia y un logro muy importante, son años de esfuerzo, manos rotas, días sin comer y hasta en los que me he desmayado. Una vez, yo trabajaba en construcción, y mientras mi contendor, al que le gané, llegó en avión y tuvo hotel, yo tuve que irme y devolverme en moto luego de pelear ese mismo día y sufrí un accidente, se me atravesó un perro, salí volando, pero me salvé, seguí hasta llegar a Neiva, eso me marcó”, afirmó el opita de 25 años de edad.
‘La Bestia’
En el 2016 se ganó ese apodo, ‘La Bestia’, todo porque se ensaña con su rival y no para hasta que el árbitro lo ordena.
“Ese apodo me lo pusieron cuando estaba peleando contra ‘El Dragón’ Castillo y no paraba y todo el mundo empezó a gritar ¡La bestia! ¡La bestia! Y desde ahí me quedé con ese sobrenombre. Yo soy muy técnico para pelear, pero cuando tengo la oportunidad ataco hasta que el árbitro me pare y ahora todos me llaman así, incluso por eso mi academia se llama así The Beast, la bestia”, dijo.
La UFC: el sueño
Los luchadores no nacen, se hacen y eso lo tiene claro ‘La Bestia’, quien ha dedicado muchos años de esfuerzo y sacrificio para convertirse en un peleador profesional, sabe que el camino es largo, pero a punta de nocauts lo está logrando porque su sueño es llegar al santo grial de las organizaciones deportivas de MMA: la Ultimate Fighting Championship, UFC.
Entrena muchas horas a la semana en su academia en Neiva, lo que provoca que sea un trabajo a tiempo completo y entre sus ejercicios cabe destacar los entrenamientos con los sparrings para preparar una estrategia específica dependiendo del combate que le toque.
“Este mes competí contra un peleador de Cundinamarca que venía invicto, en un nacional que se realizó en Florencia, lo vencí al minuto y treinta segundos por nocaut y ahora, mi meta es poder llegar a las grandes ligas y ser uno de los mejores del mundo, me he preparado para eso, y voy a empezar mi carrera como profesional. Tengo una pelea en Bogotá el 10 de diciembre contra Esteban, ‘El Demoledor’ quien ha representado al país en eventos internacionales, entonces será un gran reto para mí”, finalizó.
