Se acerca el día en que los huilenses y los colombianos elegirán a sus gobernantes locales y regionales: son los ediles, concejales, diputados, alcaldes y gobernadores quienes representan el poder en los territorios. Por eso, es urgente que las autoridades redoblen esfuerzos para que las elecciones este 29 de octubre se lleven a cabo de manera tranquila y en normalidad.
En el Huila, hay una razonable preocupación en torno al desarrollo de los comicios debido a dos episodios importantes: el acecho de grupos ilegalmente armados y la corrupción electoral.
Para nadie es un secreto que disidentes de las Farc han venido asediando a varios municipios del departamento e intimidando a la población civil con homicidios selectivos, ‘carnetización’, extorsiones, desplazamientos y otros hechos delictivos. Y en algunas de estas regiones, los candidatos se han abstenido de hacer proselitismo por temor a atentados o secuestros.
En materia de corrupción electoral, el escándalo destapado alrededor del suspendido alcalde de Neiva, Gorky Muñoz, y la “inversión” que se le escucha decir en unos audios en favor de una campaña, también representa una alerta que debe ser tenida en cuenta por las autoridades.
En ese orden de ideas, es importante que se desplieguen todas las medidas necesarias para que la Policía, el Ejército, la Fiscalía, la Procuraduría y demás órganos de control garanticen el normal desarrollo de las elecciones de este domingo.
Son las instituciones legalmente constituidas y bajo el amparo de la Constitución Política Colombiana las únicas que están llamadas a proteger la realización de los comicios. Debe quedar absolutamente claro además que no puede existir ninguna región vedada para que las autoridades vigilen el desarrollo de la jornada electoral y que los votantes acudan libremente a las urnas.
Es el poder local y regional el que está en juego.