La Nación
COLUMNISTAS

La ciudad que soñamos..

Recuperar el centro de la ciudad de Neiva, que genere beneficios a corto plazo, que prevalezca el interés general y que perdure en el tiempo, deben ser las aristas de una política pública que no se puede seguir aplazando, toda vez que efecto negativo de la invasión del espacio público está alcanzando proporciones mayores.

El llamado es para que con carácter y decisión se dé una salida a la problemática que en su conjunto ha causado la abusiva apropiación de aceras, calles peatonales y andenes en distintos puntos geográficos de la capital.

El nuevo Gobierno tiene las herramientas jurídicas para actuar y proceder al rescate de las zonas que por derecho le pertenecen a todos los habitantes de nuestra urbe y no a unas pocas personas que si bien tienen por principio constitucional el derecho al trabajo, no es menos cierto que ello no les da facultad para apropiarse de lo que es un bien colectivo y convertirlo en medio de usufructo particular.

Ejemplos los hay en varias ciudades colombianas de que ello se puede hacer. Basta dar una mirada a nuestro vecindario y seguir el ejemplo de nuestros amigos de Ibagué .No hay que irse tan lejos y menos al exterior. Las plazoletas de la Gobernación y la Alcaldía no tienen vendedores ambulantes, ni puestos de ventas informales. Por qué esos gobierno lo han logrado y los nuestros han sido incapaces, es la pregunta elemental que nace de esta comparación.

La acción que demandamos es que se trabaje una solución enfocada en criterios de ordenamiento urbano, sobre la base de un Plan Maestro de Espacio Público, que contemple las zonas azules, que sea amigable con el medio ambiente, buscando la protección de las diversas áreas de tránsito peatonal, que tengan armonía con lo estético y que sea agradable visualmente. Lo anterior, desde luego, debe estar acompañado de unas campañas sostenidas de educación ciudadana para hacer que vayamos pareciéndonos a un buen ciudadano que no arroje desperdicios a la calle, que respete las señales de tránsito, tanto conductores como peatones, que no se haga uso indebido de los pitos y sirenas de los automotores y, claro, que la seguridad policial garantice la movilidad.

A los trabajadores informales hay que reubicarlos en condiciones adecuadas y como resultado de una concertación. Nuestro interés es que haya una Neiva organizada para disfrute de propios y visitantes.