El discurso del nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, generó una nueva ‘tormenta’ política en el país. Mientras algunos respaldan la propuesta de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, otros sectores políticos señalan que la intención del presidente Petro quiere quedarse en el poder.
La Asamblea Nacional Constituyente propuesta por el Gobierno del presidente Gustavo Petro generó una nueva ‘tormenta’ política en el país.
El comienzo de la ‘tormenta’
Todo comenzó con las declaraciones que hizo el recién nombrado ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. El funcionario confirmó que el Gobierno Petro buscará en el Congreso un acuerdo nacional para convocar una Asamblea Nacional Constituyente.
“Uno de nuestros objetivos será buscar un acuerdo nacional de verdad que permita explorar hacia el futuro la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente bajo los parámetros de la constitución de 1991, es decir, una Asamblea Nacional Constituyente que sea fruto de un acuerdo nacional y no de la imposición de alguien”, expresó el nuevo ministro.
Ayer en charla con distintos medios nacionales, el ministro Cristo fue enfático en afirmar que sin acuerdo nacional, es imposible convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. “Una Constituyente no es posible en Colombia sin un acuerdo nacional, y menos aún durante el periodo del presidente Petro”, dijo el funcionario.
“No hay ninguna posibilidad en Colombia de convocar una constituyente si ella no es fruto de un acuerdo nacional, que es el que vamos a buscar, a ver hasta dónde somos capaces de llegar”, insistió el ministro.
Apoyó la idea
Luego de las declaraciones del ministro, diferentes sectores políticos reaccionaron. Uno de los que opinó fue el líder del partido Cambio Radical y exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien apoyó la idea de convocar a una Constituyente.
“Yo supongo que Juan Fernando Cristo y el presidente Gustavo Petro llegaron a un acuerdo. A mí me gusta la declaración que escuchamos ayer, me gusta la afirmación de convocar una constituyente, pero de no romper el orden constitucional y de convocarla bajo un acuerdo nacional, pero bajo las reglas de la Constitución del 91″, expresó.
“Si logramos ese acuerdo político podríamos acelerar ese proceso para ya mediante un acuerdo político con todos los sectores, una ley aprobatoria en el Congreso podría tramitarse en el Congreso en un par de semanas. Mediante un acuerdo político estoy seguro de que la Corte Constitucional se pronunciaría en poco tiempo. Si hay ese interés del Gobierno de poner en marcha un proceso pongámoslo ya, no sigamos estos dos años debatiendo sobre esa posibilidad porque eso sí sería una discusión estéril”, finalizó Vargas Lleras.
Críticas
Sin embargo, a diferencia de Germán Vargas Lleras, otros sectores políticos criticaron la iniciativa del Gobierno Petro, asegurando que la única intención que tiene el mandatario es quedarse en el poder. “Una Asamblea Nacional Constituyente tiene como objetivo perpetuar en el poder al actual gobierno y al Pacto Histórico. El tal “Acuerdo Nacional” es una fachada para provocar una ruptura institucional”, escribió el expresidente Iván Duque.
“No hay razón para que Colombia tenga más retrasos y lustros perdidos con la incertidumbre Constitucional”, señaló por su parte el expresidente Álvaro Uribe.
El excandidato presidencial, Sergio Fajardo, también opinó y a la vez criticó la propuesta del Gobierno Petro. “Se equivocan rotundamente el Presidente Petro y su recién nombrado Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, al avanzar hacia una Asamblea Constituyente que contribuye al desorden y la radicalización del país”, indicó.
Rotundo rechazo
A los diferentes sectores políticos se sumó el presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes, quien rechazó de manera contundente la propuesta del Gobierno.
“Me pregunto cómo seguir hablando de nuevos proyectos constitucionales, si es que no hemos sido capaces de desarrollar y hacer cumplir el pacto que nos forjamos en 1991, la Constitución no puede ser una masa deforme gelatinosa y banal cambiable a placer, sino al revés un texto rígido fue muy relativas flexibilidades que precisa de muy meticulosos y exigentes requisitos de variación y cambio”, afirmó.