Es totalmente inaceptable la incertidumbre por la que están hoy pasando más de 200 mil jóvenes a lo largo y ancho del territorio colombiano que cursan alguna carrera en la educación superior debido a la demora del Gobierno de Gustavo Petro a la hora de girar los dineros para el Icetex.
Como muchos recordarán, miles de jóvenes, alentados por el actual presidente Petro, salieron a las calles a marchar en 2019 y 2020 contra el entonces Gobierno de Iván Duque. Petro, en la oposición, capitalizó muy bien la expresión popular juvenil y prometió mejorar las posibilidades de ingreso a la educación superior a través de créditos, becas y financiación sin límite para ir a las universidades públicas y privadas.
Increíblemente, dos años y cuatro meses después de la llegada de Petro al poder, los jóvenes que han ingresado a las universidades por cuenta de créditos del Icetex, corren el riesgo de quedarse sin estudiar en el año nuevo, ya que la entidad no ha girado a las casas de estudio los dineros para pagar el semestre que está terminando ni tiene confirmados los recursos económicos para el que empieza. No se sabe realmente si entre las razones para esa demora están la ineficiencia administrativa o la falta de recursos de parte del Gobierno Nacional.
Sin disculparse ni comprometerse de manera clara a resolver el problema de los giros de dineros, el presidente Petro ha aprovechado el momento para proponer la transformación del Icetex: “El Icetex, como entidad crediticia, debe ser banca de primer piso, con tasa de interés barata”.
Aunque tal parece que apenas es una idea sin ningún soporte técnico, expertos ya han salido a advertir que la iniciativa presidencial no tiene mucho sentido, ya que el Icetex no tiene la infraestructura para ofrecer servicios bancarios y competir con los bancos tradicionales. Incluso, muchos de los jóvenes que votaron por Petro no piden acabar con el Icetex; lo que reclaman es “acceso, permanencia y empleabilidad”.