Si había alguna duda respecto a lo centralizados que pueden llegar a ser algunos medios bogotanos, basta con ver los artículos del EL TIEMPO y EL ESPECTADOR de la semana pasada, dando golpes de pecho e indirectamente acusando a la Justicia de ahondar la crisis energética del país con la decisión de tumbar el decreto 1979 de 2015 mediante el cual, el gobierno Nacional daba vía libre al QUIMBO y su producción de energía contrariando así la decisión del máximo tribunal de lo contencioso administrativo en nuestro Departamento.
La tesis de la crisis como consecuencia del fenómeno de EL NIÑO que puede conllevar a un eventual racionamiento eléctrico en todo el territorio nacional, ha calado en la opinión Nacional y ha generado opiniones un poco hostiles respecto al reclamo justo y por demás necesario de la comunidad huilense frente a este proyecto.
Para Bogotá, la causa opita resulta mezquina, odiosa y hasta egoísta con el resto del país. El que el Tribunal Administrativo del Huila haya dictado unas medidas provisionales de suspensión de la producción de energía por parte de EL QUIMBO, decisión mantenida por la Corte Constitucional, es tan grave como ir en contra de los intereses de todo un país.
Vaya forma de congraciarse con EMGESA diría yo, quien como es obvio, ha salido a los medios a gritar a los cuatro vientos que de no seguir operando, la crisis se va a ahondar.
Y en todo esto los opitas obstinados y caprichosos tienen la culpa, a pesar de que según EL TIEMPO, al suspenderse las actividades de EL QUIMBO el Huila dejaría de percibir millonarias sumas como consecuencias de las regalías.
Mentira tras mentira, sea esta la oportunidad de felicitar no solo al Tribunal Administrativo del Huila sino a la Corte Constitucional, por defender una herramienta tan poderosa y tan necesaria como lo es la acción popular.
Para aumentar la presión se ha dicho que el país podría enfrentarse a una millonaria demanda por parte de EMGESA ya que su cuantiosa inversión se puede ver perjudicada por los fallos judiciales.
De todo lo anterior solo queda dejar en claro lo siguiente:
· El presidente Santos se inventa una cortina de Humo llamada El Quimbo para justificar el fracaso de las medidas de choque para afrontar el fenómeno de El niño.
· Como ha quedado en evidencia el Gobierno Nacional aboga por los intereses de las empresas en detrimento de las poblaciones vulnerables.
· Por más de que la generación de energía en EL QUIMBO llegue a su máxima capacidad, ante un inclemente fenómeno de El niño, ésta será insuficiente.
· Si EMGESA demanda, es claro que estamos en todo nuestro derecho de hacer lo propio, dice el referido decreto que la biomasa que se encontraba en el lecho del embalse fue removida en un 99%, a lo mejor a los habitantes de las veredas de Rio Loro y alrededores no se les preguntó sobre el particular, porque hasta donde ellos saben los olores fétidos y nauseabundos son latentes.
Tal vez, todo de un giro repentino, a lo mejor la decisión del Tribunal ratificada por la Corte se quede en el papel, y como hasta ahora se ha venido dando, las turbinas de EL QUIMBO sigan generando energía sin que como dijeran los medios, por ello se generen regalías-la definición de regalías está supeditada a la extracción de recursos del subsuelo-.
Para el resto del país quedamos reseñados como los culpables de un eventual razonamiento energético, cuando en verdad nuestro clamor siempre ha sido la protección del territorio, de sus habitantes, y el agua del río que no solo funge como arteria vital de un Departamento, sino de todo un país.