Con gran expectativa se conmemoró ayer en Pitalito el Día del Artesano y los 40 años de la famosa chiva, sin embargo no hubo ninguna celebración ya que, según indican los pocos trabajadores de arcilla que quedan, tristemente el oficio que se había convertido en profesión de cientos, hoy es cuestión de una minoría a la que le cuesta mucho vivir de la comercialización de los productos, que con mucho esfuerzo fabrican con sus manos.
Pitalito era el municipio que tenía un mercado posicionado en Europa y Norteamérica con sus productos artesanales, sin embargo este renglón económico se ha venido perdiendo en los últimos años. De esto da fe José Lizardo Cerón Lizcano, quien hace 30 años se dedica al negocio y quien es prácticamente el único exportador de artesanías que queda en este municipio.
“Cuando yo empecé no había quien exportara, sólo la familia Vargas Muñoz; no fue fácil pero lo logré, hoy ese sistema comercial está casi desaparecido, al menos para las artesanías. Antes la gente apetecía nuestro producto, sin embargo la competencia de los chinos, que imitan todo, lo están haciendo más barato y en materiales que no se rompen, sin embargo no es un proceso artesanal, pero sí nos han quitado mercado”, aseguró el artesano laboyano.
De acuerdo con comerciantes de artesanías, este mercado se acabó, ya que anteriormente exportaban a muchos países y hoy en día sólo lo hacen a República Dominicana, Costa Rica y Curaçao. “Ya la gente no vive de esto porque es un producto que se vende a muy bajo precio y los que compraban ya no lo hacen. Para buscar mercado hay que buscar la productividad y para que la gente produzca hay que incentivarlos, y quien lo incentiva pues no es el comprador sino el Estado y no lo tenemos en este momento”.
Cerón Lizcano afirma que la producción es tan baja en Pitalito, que para cumplir con los pedidos debe adquirir artesanías en Nariño y Cundinamarca. “Si anteriormente sacábamos siete u ocho contenedores, ahora en cuántas nos vemos para exportar uno, si vendíamos en un contenedor 100 mil chivas de Pitalito, ahora escasamente nos piden 1.000 o 2.000. Lamentablemente los artesanos de Pitalito se han ido acabando, hay que decirlo así, no porque hayan querido o no sirva fabricar, sino porque no hay respaldo, no tenemos apoyo del Municipio, del Departamento y mucho menos de la Nación. Estamos totalmente olvidados, lo único que nos queda es la Casa del Artesano, gestión de José Ader Castro, quien ni siquiera es de aquí. Qué lástima que tengamos que decirlo, pero así es, la tradición artesanal está muriendo aquí”, puntualizó el exportador.
Situación difícil
Para Carlos Humberto Medina, artesano de tradición, quien asegura que aún vive del comercio de las artesanías, la situación es muy difícil. Actualmente tiene un contrato con el Aeropuerto Internacional El Dorado, empresa para la cual está fabricando avioncitos de barro pintados a mano; sin embargo, dice que los clientes son cada vez más escasos, por lo que muchos colegas suyos han abandonado el oficio para dedicarse a otras labores más rentables que les permitan sostener a sus familias.
De acuerdo con Clara Inés Triviño, directora de la Cámara de Comercio de Neiva seccional Pitalito, el sector artesanal de este municipio se ha visto diezmado en el sentido que la población que se dedicaba a esta profesión ya no es la misma. “Ya no estamos hablando de los 1.000 artesanos que manejábamos en las estadísticas, no hay un censo actualizado en Pitalito, salvo el que hizo Artesanías de Colombia en 1988. Pero si hoy vamos a ver familias que vivan de esto, pues ya son muy pocas, incuso hay núcleos donde los padres aún trabajan la arcilla, pero sus hijos ya no siguen sus pasos, en ese sentido la artesanía como sector económico ha venido de más a menos, hasta quedar en una pequeña minoría”, expresó Triviño.
“Hoy que estamos celebrando los 40 años de la chiva como patrimonio regional, valdría la pena reflexionar sobre él porqué ha decaído el sector, claro que si lo vemos desde una perspectiva cultural, este sigue siendo un renglón importante y una expresión de la parte costumbrista, donde a través de estas figuras reflejamos nuestra razón de ser, nuestra identidad, eso sigue vivo, pero también hay que partir de la base que la artesanía es un producto suntuoso, que no le aporta a un usuario, por lo que ha perdido mercado”, agregó la funcionaria.
Clara Inés Triviño dijo que la artesanía se sigue produciendo, hay gente que trabaja por pedidos más que por temporadas. “La artesanía no debe producirse en serie, debe conservar su esencia, las materias primas tradicionales, nos hace falta es apuntarle a un mercado más especializado, un mercado más selecto que pague realmente lo que vale, no se puede comparar un producto plástico con uno en arcilla, ya que este último tiene un valor cultural”, puntualizó.
José Lizardo Cerón Lizcano, exportador de artesanías.
Carlos Humberto Medina, artesano de tradición.
Clara Inés Triviño, directora de la Cámara de Comercio de Neiva seccional Pitalito.