Desempleo se define como la situación laboral de personas en edad de trabajar (mayores de 16 años) que hoy no tienen empleo pero que están disponibles para emplearse, no tienen limitaciones físicas y/o mentales, y han buscado trabajo durante determinados periodos. Para los economistas existen varios tipos de desempleo. Veamos: Cíclico: Se presenta sólo por 1 determinado tiempo. Es muy común. Estructural: Desequilibrio entre oferta y demanda, esto es que el mercado laboral no puede responder en corto y mediano plazo a necesidades productivas del país o la región. Sucede frecuentemente. Estacional: Con relación a cambios de clima (cosechas o temporadas ya establecidas) en agricultura, por ejemplo. Friccional: Los trabajadores van de un empleo a otro buscando mejorar. Es temporal y no implica problema económico serio. Desempleo tecnológico: Cambios tecnológicos introducidos en las empresas hacen que los actuales trabajadores no estén capacitados (sean obsoletos) para cumplir con nuevas labores y serán despedidos. Desempleo legal: Las instituciones no estimulan la contratación de trabajadores, o limitan esta contratación. Por edad, nacionalidad, capacitación, idioma, etc. Colombia ha presentado tasas de desempleo promedio superiores a las observadas en América Latina en los últimos 30 años, solo superadas por México a comienzos de los 80s, y por Argentina a finales de los 90s. En las 7 grandes ciudades llegó al 20% en 1999, desde entonces ha descendido “muy lentamente” y es causal de pobreza. La tasa de informalidad en Colombia está calculada en 60.8% y contribuye apenas con una cuarta parte del PIB. P.D. Neiva debe darse un “merecido regalo” en sus “400 Años” (irremediablemente), creando y/o reorientando su institucionalidad (pública y privada) al servicio del eficaz desempeño del mercado laboral y de trabajo, formal e informal, y enfrentar definitivamente el creciente desempleo.