FERNANDO POLO /LN
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Enclavada en las estribaciones de la Cordillera Central se encuentra la vereda El Oso, a 15 minutos en carro del corregimiento de Gaitania, municipio de Planadas, en el departamento del Tolima. Cuna de las Farc y territorio dominado por esta insurgencia durante muchos años. Allí en los límites de los departamentos de Huila, Tolima y Valle, se encuentra unas de las 23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización, donde esperan 150 guerrilleros para entregar las armas e incorporarse a la vida civil.
Hasta el lugar que está a seis horas en ‘chiva’ de Neiva, por una inhóspita carretera, llegó LA NACIÓN para comprobar las condiciones en que están los insurgentes y conocer en detalle lo que piensan del proceso de paz.
Al sitio fueron trasladados los miembros del frente 21 Cacica Gaitana, que operaban en el centro del departamento del Valle y sur del Tolima, además de guerrilleros del Huila, Meta y Caquetá, que conformaron este frente luego de ser reagrupados.
En el lugar hay guerrilleros de la talla de ‘Richard’, ingratamente recordado por sembrar el terror en la zona de San Luis, corregimiento de Neiva. Están vigilados por la ONU, y varios kilómetros alrededor no se observa presencia de la fuerza pública.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA ZONA
En la Zona de Normalización Transitoria de El Oso, al igual que en las otras 22 apenas está la maquinaria de los ingenieros contratistas haciendo trabajos de excavación para construir las casas, el acueducto y todo lo que los miembros de las Farc necesitan para pasar los seis meses de transición y dejación de armas.
En El Oso, el ruido incesante de una retroexcavadora y el ir y venir de las volquetas que trabajan a toda marcha y dejan una nube de polvo a su paso contrasta con el verde de la cordillera. Precisamente esa situación es la que tiene desconcertados a los guerrilleros.
Aunque reconocen que no son mayores las exigencias que hacen y que están acostumbrados a vivir en situaciones adversas, se sienten desconcertados porque el Gobierno les aceleró el traslado a las zonas de normalización sin estar listas.
“Gracias a que estos días no ha llovido no hay tanto barro, porque aquí uno vive es con el barro hasta los tobillos. Las condiciones son dramáticas, esto no se puede considerar una Zona de Normalización y Transición, no están las adecuaciones como dice el protocolo. Lo que hemos encontrado es un terreno en donde la maquinaria apenas está comenzando a adecuar el espacio, pero sin ningún tipo de logística ni construcciones”, expresó Donald Ferreira, uno de los integrantes del comando del frente 21 de las Farc.
Agregó que “las condiciones son ínfimas teniendo en cuenta que con el grupo de guerrilleros hay niños, hijos de los insurgentes. Nos encontramos frente a una situación preocupante porque las Farc EP hemos venido aquí a este punto a cumplir la palabra, tal como está en el acuerdo y a cumplirle al pueblo colombiano nuestra voluntad de paz, pero vemos que ha faltado mucha voluntad del Gobierno para tener listas las zonas veredales”.
Destacó el cumplimiento que han tenido las Farc y recalcó que llegaron con la voluntad de colaborar en la construcción de las casas pero no encontraron nada. Asegura que el incumplimiento no es en los acuerdos como tal, sino en el cronograma de las obras.
“No estamos hablando de un incumplimiento del acuerdo sino de los atrasos de las obras, que tienen que ver con el mismo acuerdo, sin embargo, nuestra voluntad continúa porque nosotros siempre tenemos el carácter de buscar una salida al conflicto y la voluntad de paz está dada, como lo dimos a conocer en la conferencia nacional de guerrilleros”, aclaró.
DE LOS CAMBUCHES A LAS ZONAS
Al ser interrogado sobre las exigencias que están haciendo, cuando ellos vienen de vivir en unas condiciones muy inhóspitas, el comandante Donald advirtió que una cosa es vivir en guerra y otra muy distinta dar el paso hacia la paz, en medio de una negociación donde los guerrilleros precisamente lo que buscan es mejorar sus condiciones de vida.
“En el monte teníamos enfrentamientos, un día estamos aquí, el otro, allí, y por eso es que reclamamos porque queremos un cambio y no están dadas las condiciones para vivir dignamente. Por ejemplo, aquí no tenemos agua potable permanentemente, hay un carrotanque que la suministra y el conductor tiene la voluntad de traerla pero uno o dos viajes no alcanzan para los 150 guerrilleros. Hay baños pero sin agua, una cosa es en el monte y otra cuando uno se sienta y necesita unas condiciones dignas, mínimas e higiénicas por la concentración de personas y el cambio de clima, eso es lo que reclamamos”, anotó.
PROCESO POLÍTICO
Dentro del proceso político que tienen las Farc, que es la razón de ser por lo cual dejan las armas, están confiados que con la pedagogía que han empezado a realizar con la ciudadanía, dando a conocer los verdaderos alcances de los acuerdos de La Habana y de las oportunidades que hay para los campesinos y las personas más necesitadas, van a cambiar la imagen negativa que tienen y se van a ganar un espacio entre los colombianos.
“Estamos convencidos de que esa imagen va a cambiar porque gran parte de tener mala imagen en algunos sectores de la sociedad colombiana es culpa de los medios masivos de comunicación, que nos han querido mostrar siempre como personas que no tenemos ningún carácter humano o ninguna razón social por la cual hemos luchado nosotros. Nuestro gran carácter humanista como revolucionarios es hablar mucho con la gente y darles a conocer la verdad, creo que eso va a ser otra realidad para Colombia”, aseguró Donald Ferreira.
Ferreira, a pesar de las condiciones por las que están atravesando debido a las demoras en la construcción de la zona de normalización, se mostró optimista de los avances que han alcanzado para lograr la paz, contó con orgullo que en el recorrido del Valle a Gaitania, la gente salía a saludarlos ondeando banderas blancas y fueron muy bien recibidos, por eso están optimistas de que esta vez la sociedad sí va a apoyarlos en el proceso de reincorporación a la vida civil.
Los guerrilleros se quejaron porque el Gobierno los trasladó pero no tenía listas las condiciones mínimas para vivir, el terreno apenas lo están adecuando.
Una delegación de líderes llegó hasta la zona de normalización y les llevo víveres a los guerrilleros.
Los guerrilleros están viviendo en cambuches mientras les construyen las casas.
Donald Ferreira, integrante del comando del frente 21 Cacica Gaitana.
LA NACIÓN estuvo en la zona de normalización ubicada en la vereda El Oso, jurisdicción del municipio de Planadas-Tolima, frontera con el departamento del Huila.