MILÁN, Italia (AFP) – La familia tradicional sigue siendo más que nunca un modelo en un momento en el que “la solidez del tejido social” está en peligro, estimó el Papa en Milán ante 850.000 fieles de 154 países, en la misa de clausura del VII Encuentro Mundial de las Familias. MILÁN, Italia (AFP) – La familia tradicional sigue siendo más que nunca un modelo en un momento en el que “la solidez del tejido social” está en peligro, estimó el Papa en Milán ante 850.000 fieles de 154 países, en la misa de clausura del VII Encuentro Mundial de las Familias. Al terminar la misa, el Papa anunció que el VIII Encuentro Mundial de las Familias tendrá lugar en 2015 en Estados Unidos, en Filadelfia, una diócesis muy marcada por el escándalo de pedofilia que afectó a la iglesia católica estadounidense. En su homilía, ante el jefe del gobierno italiano Mario Monti, el Papa atacó “en las teorías económicas modernas, el predominio de una concepción utilitaria del trabajo, de la producción y del mercado”. “El proyecto de Dios y la propia experiencia muestran que no es la lógica unilateral del beneficio personal y del beneficio máximo las que pueden contribuir a un desarrollo armonioso, al bien de la familia y a la edificación de una sociedad más justa, pues esta lógica significa una competencia exasperada, fuertes desigualdades, la degradación del medio ambiente, la carrera a los bienes de consumo, el malestar en las familias”, dijo el Papa. “No sólo eso sino que la mentalidad utilitaria tiende a extenderse también a las relaciones entre las personas y sus familiares, reduciéndolas a precarias convergencias de intereses individuales y erosionando la solidez del tejido social”, denunció. Benedicto XVI también defendió enérgicamente el domingo como día de fiesta en este VI Encuentro Mundial de las Familias, una iniciativa lanzada en 1994 por Juan Pablo II que tuvo este año por tema “Familia, trabajo y fiesta”. El domingo no debe convertirse en un día de trabajo, sino seguir siendo “el día del hombre y de sus valores: convivialidad, amistad, solidaridad, cultura, contacto con la naturaleza, juego, deporte”, dijo el Papa. Benedicto XVI evocó también el tema, muy polémico dentro de la Iglesia, de los divorciados que se casan de nuevo y que por el hecho de haber roto la promesa contraída en el rito católico del matrimonio indisoluble ya no pueden participar en otros rituales católicos, como el de la comunión. A los “fieles que, compartiendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, están marcados por experiencias dolorosas de fracaso y de separación, el Papa y la Iglesia los apoyan en su pena”, exclamó. “Los aliento a permanecer unidos a nuestras comunidades, deseando que las diócesis tomen iniciativas de acogida y de proximidad adecuadas”, les dijo. También deseó concretamente que “las diócesis tomen iniciativas de acogida y de proximidad adecuadas” para ellos. El Papa repitió las posiciones de la Iglesia sobre “el matrimonio entre el hombre y la mujer”, que tienen “características propias y complementarias”, en una alusión al debate sobre el matrimonio homosexual que él no apoya. Benedicto XVI también defendió enérgicamente el domingo como día de fiesta en este VI Encuentro Mundial de las Familias.