Albeiro Castro Yépez
Al concluir el festejo opita correspondiente al año 2022, se observa que se desarrolló conforme a las tendencias trazadas por la OMT para la época pos Covid-19, una de ellas, se esperaba para el primer año pos pandemia la masiva movilización de viajeros por el mundo; en el caso colombiano la tendencia se cumplió a cabalidad, el Huila por supuesto fue un gran beneficiado con la llegada de turistas y visitantes a disfrutar de las tradicionales fiestas de San Juan y de San Pedro.
El imaginario de los creadores del festival opita, que para 1960 proyectaron convertirlo en atractivo turístico continúa siendo un propósito por cumplir, es necesario practicarle una reingeniería al evento, propuesta que no es nueva, pues, para el año del cincuentenario se promovió la idea, pero de ella, solo quedó una actualización de su historia; la pandemia resultó una buena oportunidad para el replanteamiento del propósito original, percibiendo tan solo una nueva denominación creada con la intención de captar mayor apoyo de la institucionalidad cultural para el financiamiento del evento.
En este sentido la tarea inicia con la elaboración de un programa básico antes de culminar el mes de septiembre, de forma tal que, las agencias de viajes lo puedan empaquetar y promover en los primeros meses del 2023 en los mercados emisores de turistas para el Huila, asumiendo la organización del evento el compromiso de reservar para los turistas canalizados por las agencias de viaje su espacio en los palcos y eventos abiertos al público, pues, las experiencias vividas han dejado frustraciones en los participantes, entre ellos don Iván Hoyos agente de viajes que lo hizo una vez y renunció a repetir la aventura, testimonio que bien vale la pena escuchar.
Igual importancia se le debe prestar al origen de las candidatas, lamentablemente cada año aflora un escándalo, pues se detecta la presencia de niñas residentes en Neiva que participan en representación de otras regiones, en este sentido, resulta importante que la organización del evento lo socialice con los Gobernadores a través de los canales institucionales o en una de las tantas reuniones de gobernadores que se realizan a lo largo del año, y si es necesario realizar el evento con un número menor de candidatas, pues que se haga, pero, que su representación sea genuina.
Otra tendencia promulgada por la OMT son las regiones multidestino, en esta dirección el país ha logrado integrar caribe con región andina y amazonia, para el caso del festejo opita, se sugiere fortalecer los festivales de los municipios de Pitalito, Garzón y particularmente el de La Plata, dado su reconocimiento como patrimonio cultural del Huila, protegiendo los componentes gastronómicos, música, danza y artesanía, observando que la institucionalidad plateña ha iniciado el empoderamiento en su comunidad del significado y valor de tan valioso reconocimiento, advirtiendo además, de su intención de mantener la actitud de doña Ana Julia de quien el maestro Jorge Villamil Cordovez en su emblemática composición musical titulada “Noches Plateñas”, destacó su condición de excelsa anfitriona.
Otra gran preocupación es la escasa asistencia de público a los eventos culturales, tema del que se ha comentado ampliamente, coincidiendo en el tipo de evento, en algún momento se migró de concurso a encuentro, si bien, los artistas son seleccionados en las rondas municipales, cuando llegan al evento departamental no gozan del acompañamiento de su paisanos, y de igual manera, los participantes sienten que la bolsa se distribuye de manera equitativa, creyendo los organizadores que así sostienen una paz cultural, otros piensan que, el concurso podrá reanimar la participación colectiva con el acompañamiento y estimulo de los paisanos.
Resulta oportuno traer al comentario las sugerencias que, en su momento manifestaron algunos compositores e intérpretes de música andina, como lo fue, programar el concurso de composición e interpretación musical para el día 15 de junio, coincidiendo con la conmemoración de la creación del departamento del Huila, aportando una alternativa para generar la llegada de turistas que viajan motivados por eventos culturales de extraordinaria factura.
En la época del cambio, bien vale la pena no solamente acudir a la reingeniería del festejo opita, sino además, adoptar los lineamientos de la economía naranja, incorporando a los diferentes actores, gestores culturales, artistas, productores de comunicación a través de canales electrónicos, un cambio que por supuesto demanda de oportuna y equilibrada asignación de recursos del presupuesto oficial, así como, un mesurado y cumplible plan de comercialización de espacios publicitarios.
Bienvenido el “festejo opita 2023”