En el mes de diciembre del año 2013, la señora YENI PATRICIA RIVERA VARGAS, quien actúa como representante legal de la FUNDACIÓN SOCIAL CRISTIANA DE NEIVA (N.I.T. 813004351-1) firmaba promesas de compraventa a personas de bajos recursos económicos, ofreciéndoles a través de la Fundación, la supuesta vinculación al programa de vivienda de interés social “Quintas de San Felipe”, que habría de construirse en la ciudad.
Cerca de un año antes, es decir, hacia finales de 2012, el arquitecto MANUEL FERNANDO JARAMILLO se paseaba por colegios, barrios y oficinas ofreciendo la vinculación al proyecto. Según se promocionó, la urbanización “Quintas de San Felipe” sería un condominio despampanante que se construiría al oriente de Neiva, con casas de dos pisos, áreas comunes, gimnasio, zonas verdes y piscina.
Cuando todo comenzó, la FUNDACIÓN SOCIAL CRISTIANA DE NEIVA atendía a los incautos inversores en una pequeña oficina del centro comercial “Los Comuneros” a la cual recurrir; en donde les indicaban, con maquetas y planos, las dimensiones, ubicación, distribución y diseño de los apartamentos. La señora RIVERA VARGAS siempre acudió como la cabeza visible del proyecto, recibía a los interesados, daba a conocer la propuesta e indicaba los requisitos para acceder al programa.
A los inversores se les propuso invertir un pequeño monto para iniciar. El desembolso debería ser de siete millones de pesos de cuota inicial, más el pago total del valor restante a la firma de las escrituras, o a diez años, si el pago se hiciera a través de un crédito hipotecario. Según promocionada RIVERA VARGAS, aquellas personas que consignaran a la fundación la cantidad mencionada antes de diciembre de ese año 2013, los apartamentos les resultarían con un valor final de setenta millones de pesos ($ 70´000.000), mientras que los que lo hiciera después de dicho mes, accederían a un total por apartamento de noventa y cinco millones ($ 95´000.000).
El número de la cuenta a la cual se hicieron las consignaciones fue al 00287097158, banco DAVIVIENDA.
Los siete millones de pesos fueron consignados y las promesas de compraventa firmadas. Pero luego, semanas más tarde comenzó para los inversores un verdadero calvario.
Primero, el lugar en donde sería construido el proyecto de vivienda fue cambiado. Ya no iba a ser edificado al oriente de la ciudad, sino por el contrario, se construiría al norte, en los predios cercanos al SENA industrial. Hoy en día sabemos que ahí se construye un proyecto de vivienda diferente, promovido por Bancolombia, y con una constructora distinta.
Segundo, las irregularidades fueron más. Los costos del proyecto se incrementaron, y muy a pesar de que las promesas de compraventa ya estaban firmadas, a los afectados se les dijo que el valor por apartamento finalmente sí sería de noventa y cinco millones, veinticinco más que lo ofrecido en un principio.
Una vez el proyecto comenzó a flaquear, algunos inversores angustiados solicitaron por escrito la desvinculación del mismo. La señora RIVERA VARGAS amablemente accedió a las pretensiones hechas por los aportantes y ofreció devolver el dinero inicialmente invertido.
Aseguró que a partir de noviembre pasado, a los afectados se les devolverían los siete millones, cosa que evidentemente aún hoy no ha pasado.
El mentado proyecto de vivienda nunca comenzó a ejecutarse, hoy, casi dos años después de que todo comenzara, no hay ni un solo ladrillo puesto. El grave problema es que RIVERA VARGAS, la líder del proyecto, representante legal de la FUNDACIÓN SOCIAL CRISTIANA DE NEIVA, ya no contesta el teléfono, la oficina de los comuneros fue cerrada, y en los cultos no se le volvió a ver. Las airadas reclamaciones por parte de varios de los afectados habrían provocado la apresurada desaparición de RIVERA VERGAS de la escena pública. Hoy nadie responde por el dinero, mucho menos por el proyecto.
MANUEL FERNANDO JARAMILLO, el arquitecto, asegura a los inversores no tener nada que ver con la problemática, pues según él, solo fue contratado por RIVERA VARGAS para un trabajo específico.
Cabe anotar que la gran mayoría de las personas afectadas con el presunto caso de estafa son ciudadanos de escasos recursos, algunos de ellos enfermos, que como ocurre comúnmente, se dejaron envolver por ofrecimientos mañosos e irresponsables de inescrupulosos que se aprovechan del anhelo inocente de las personas por finalmente poder contar con vivienda propia.
La invitación especial a la señora YENI PATRICIA RIVERA VARGAS, a los demás directivos, empleados y feligreses de la FUNDACIÓN SOCIAL CRISTIANA DE NEIVA, y al señor MANUEL FERNANDO JARAMILLO, es a que por favor ofrezcan una pronta y efectiva solución a los ya muy perjudicados inversores, que de buena fe, les entregaron dineros que con mucho trabajo consiguieron, incurriendo incluso en préstamos a elevadas tasas de interés.
Así también, se invita comedidamente a los perjudicados interesados, a que se acerquen ante la Fiscalía General de la Nación y manifiesten, eso sí con pruebas en mano, lo ocurrido. Probablemente así se puedan tomar cartas más radicales en el asunto.
Y por último, se invita muy respetuosamente a las autoridades del municipio de Neiva a que estén atentas a casos como estos, donde no solo se perjudican a ciudadanos comunes y corrientes, sino también a proyectos de vivienda serios y que empujan ostensiblemente el desarrollo económico de la región.
Casos como estos deben ser denunciados y recriminados públicamente. La picardía de unos no puede ser premiada con el padecimiento de otros. Las cosas justas, las cuentas claras y el chocolate espeso.