La Nación
La gran mentira 1 14 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La gran mentira

A los colombianos les vienen mintiendo de manera descarada y peligrosa. En esta escabrosa opereta, una parte de la población sostiene y promueve la grotesca farsa, la otra parte no tiene la menor idea de lo que está pasando, pero con su aquiescencia ayudan al sainete.

Ambos escenarios son alarmantes. El primer segmento porque saben que legitiman el terror, el narcotráfico, la barbaridad, el crimen, la brutalidad, el vandalismo, la corrupción a gran escala, la ineptitud y demás como armas políticamente legítimas (según ellos) a nombre de la combinación de todas las formas de lucha para lograr “la paz”, “el cambio”, en otras palabras, “el vivir sabroso”;  el otro segmento porque no se informa en temas de Estado y de manera irresponsable ha ido a las urnas sin tener la menor duda de lo que está haciendo, aun cuando la tasa de analfabetismo es de 4.9% (para 2023 según el DANE) y muchos de estos siempre recuerdan que son profesionales.

La gran mentira a la que me refiero y que están alimentando propagandistas a través de sus milicianos digitales, o bodegueros, es que Petro (el hombre del M-19) tiene una popularidad altísima a dos años de iniciar su mandato -incluso superior a la de Uribe Vélez al término de 8 de años de gobierno- y, por lo tanto, toca reelegirlo. Lo grave no es que mientan porque sin la mentira la izquierda no es nada, el problema es que millones de ingenuos e ignorantes (todos muy profesionales) creen la mentira y terminan por legitimarla en las urnas atentando directamente contra la democracia.

He aquí tres recientes números del vodevil: primero, la ex esposa de Petro dijo hace unos días a Revista Semana que “aunque él no quiere reelegirse, el pueblo colombiano sí quiere”; segundo, el ex-Fiscal Eduardo Montealgre confirmó que ya están listos para darle el zarpazo jurídico al ordenamiento constitucional a fin de que Petro no se vaya el 07 de agosto de 2026 tal como se establece en la constitución; y tercero, farsa de farsas, se ratifica cuando el fin de semana, en San Basilio de Palenque, el mismo hombre del M-19 salió a decir que el pueblo bramaba: ¡¡¡ reelección, reelección !!!

El sainete de la supuesta popularidad de Petro descansa sobre la maquinaria propagandística que lo ha vendido, con cierto éxito, como todo lo contrario a lo que verdaderamente es gracias a que sus milicianos digitales, pagos por el régimen, agitan las mentiras por todas las redes sociales con el objetivo de dar la apariencia y/o sensación de estar ante un fenómeno político sin precedentes en toda la historia del país. Vulgar propaganda que se cae de su peso si los colombianos recordaran el legado de verdaderos estadistas como Mosquera, Murillo Toro, Núñez, Restrepo Restrepo, Ospina Vásquez, Lleras Camargo o Lleras Restrepo.

Más allá de lo poco divertido que sea todo el montaje, creo que el país serio y genuinamente democrático no puede subestimar la mojiganga porque Petro está repitiendo hasta las palabras de Maduro y por esa vía están muy cerca de darle un golpe a toda la arquitectura democrática.

Acá lo único cierto de todo esto es que Petro ganó con un margen muy estrecho de apenas 50.4% y que en dos años se ha desgastado políticamente muy rápido. Pero, como ya expliqué hace años en este mismo espacio, la guerra subversiva pretende, precisamente, subvertir la realidad y hacer pasar por verdad lo que es mentira, lo malo por bueno, a través de la propaganda.