Tras la firma del acuerdo de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc hace 7 años, dos hombres fuertes de esta guerrilla decidieron continuar en la clandestinidad y liderar el empleo del uso de las armas no solo contra el Estado sino para proteger sus negocios ilícitos: ‘Iván Márquez’ e ‘Iván Mordisco’. Ambos, cada uno por su lado, han consolidado estructuraras armadas con capacidad para cometer homicidios, extorsiones, traficar con droga, propiciar confinamientos, paros armados y desplazamientos forzados. ‘Márquez’ está al frente de la ‘Segunda Marquetalia’ y ‘Mordisco’ es el máximo cabecilla del ‘Estado Mayor Central’.
Para nadie es un secreto que ambas estructuras ilegalmente armadas se han consolidado, particularmente, desde finales del año pasado, cuando el gobierno de Gustavo Petro les tendió su generosa mano de la ‘Paz total’. De hecho, el ‘Estado Mayor Central’ incursionó en el Huila con varios grupos mientras adelantaba una mesa exploratoria de diálogos. Se dieron incluso el ‘lujo’ de perpetrar la masacre de 7 policías en San Luis, zona rural de Neiva, para mostrar fortaleza en esa fase de acercamientos.
Y en medio de la disputa por el control y dominio territorial, ‘Iván Márquez’ e ‘Iván Mordisco’ han chocado, desatándose fuertes enfrentamientos a sangre y fuego. Un informe de una organización privada corroboró hace poco que la disputa entre grupos ilegalmente armados se ‘disparó’ en lo que va del gobierno Petro y que las autoridades prácticamente se han hecho las de la ‘vista gorda’ frente a esta guerra.
Esto parece ser lo que hay detrás de la masacre de tres hombres y una mujer ocurrida esta semana en la vereda El Silencio, zona rural del municipio de Algeciras. El homicidio múltiple habría sido obra de hombres de la ‘Segunda Marquetalia’ contra supuestos integrantes de los ‘mordiscos’.
La masacre no se va a quedar ahí y muy seguramente vendrán retaliaciones.
El gran interrogante es si el gobierno de Petro, la Novena Brigada del Ejército, la Policía, la Fiscalía y demás autoridades van a terminar de simples espectadores en la guerra que se avecinaría en el Huila entre la ‘Segunda Marquetalia’ y el ‘Estado Mayor Central’.