De la noche a la mañana, el Gobierno propuso transformar el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior, conocido como Icetex, en un banco comercial.
Es cierto que el Icetex, según su marco normativo (Ley 1002 de 2005 – Decreto 1075 de 2015), es una institución financiera de naturaleza especial. Su modelo operativo explica, en gran medida, su especialidad. Pues, como cualquier entidad financiera coloca recursos financieros en el mercado en forma de créditos.
Sin embargo, presta dinero a personas naturales exclusivamente para educación superior y desembolsa directamente a las instituciones de educación. Como en cualquier operación de fondeo, el acreedor debe pagar periódicamente una porción del principal más los intereses periódicos, so pena de los efectos pactados por incumplimiento de la obligación. La normatividad considera que, para las familias de menores ingresos, el Estado subsidia el pago de los intereses del crédito, quedando obligadas a cancelar solamente el principal en un lapso razonable.
Ahora bien, debemos hacer énfasis en que, del Icetex dependen los sueños de muchas familias que anhelan mejorar sus niveles de vida gracias a la educación. Además, debe aclararse que el cobro de intereses no sólo es lógico, sino necesario ya que la inflación existe. De otra manera, el Icetex no tendría posibilidad de continuar prestando dinero a lo largo del tiempo, ya que con el pago de intereses se cubre el costo del capital, el cual incluye el riesgo de no pago y la pérdida de valor.
Empero, en épocas de campaña presidencial, la buena fe del elector colombiano fue asaltada por la promesa irresponsable que hicieron Petro-Márquez de condonar los créditos del Icetex, ignorando el colosal efecto económico, es decir, social. Del incumplimiento de esta, pasamos en un poco más de dos años a que el ejecutivo propone “una solución mágica” para resolver un problema causado por su pobre gestión. No es un juego de palabras, simplemente, el Gobierno no gobierna, y sólo asigna responsabilidades a terceros sin asumir su culpa.
Aclaremos que, de prosperar esta ventolera, el crédito educativo se pondrá tan costoso, como cualquier otro tipo de crédito vigente en Colombia. Con esto queda claro que no sólo se está marchitando el Icetex sino todo el país, con la corresponsabilidad de los electores del error histórico.