Al conmemorarse 5 años de su fallecimiento, sirvan estas reflexiones para recordar a uno de los mayores exponentes del periodismo político colombiano Al conmemorarse 5 años de su fallecimiento, sirvan estas reflexiones para recordar a uno de los mayores exponentes del periodismo político colombiano, como fue Carlos Murcia Cadena. El mejor homenaje que podemos hacer a su memoria es cultivar un periodismo honesto con el país. Juan Manuel Santos He dicho siempre que soy un convencido de la necesidad de contar con una prensa libre. Repito mucho lo que dijo Thomas Jefferson cuando introdujo la Primera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América: “sin una absoluta libertad de prensa no hay posibilidad de un buen gobierno”. Al finalizar su mandato Jefferson cambió de opinión y acabó afirmando que con absoluta libertad de prensa era imposible hacer un buen gobierno –algo que espero no me pase a mí–, pero yo quisiera basarme en su primera frase para reiterar mi compromiso con esa libertad. En mis tiempos de periodista, estuve al frente de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa –SIP–, y reconozco la importancia de este derecho fundamental. Por eso los periodistas pueden estar seguros de que, desde nuestro gobierno, promovemos y protegemos –a capa y espada– la libertad e independencia en el desarrollo de su labor, sin excepciones de ningún tipo. Las críticas que vengan desde las redacciones, lejos de enemistarnos, nos sirven siempre para evaluarnos, para repensarnos y ser cada día un mejor gobierno. Son como la “ducha fría” que mantiene alerta y despiertos a los gobernantes para que no se duerman en los laureles y escuchen la voz y las inquietudes de los ciudadanos. Recientemente, en un foro convocado para debatir el futuro del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, ratifiqué ese compromiso inalienable de nuestro gobierno con los derechos fundamentales, y muy especialmente con la libertad de expresión. Resalté en esa oportunidad los avances en la protección de derechos humanos en el continente que ha logrado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a través de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, una labor en la que consideramos no se puede retroceder. Con toda claridad dije –y lo ratifico hoy en esta columna– que el Gobierno colombiano no comparte ninguna tentativa de combatir los importantes esfuerzos de dicho Sistema en la defensa de la libertad de expresión, ni ninguna medida que conduzca a la reducción del presupuesto, el ablandamiento o la disminución de las instituciones encargadas de velar por ella. En lo que a Colombia se refiere, nuestra postura de defensa y protección de la libertad de expresión no tiene ni tendrá fisuras, y por eso hicimos un llamado para que su respeto sea el denominador común que comprometa a todos los pueblos de nuestro hemisferio. Nuevo desafío Ahora la prensa en nuestro país se enfrenta a un nuevo desafío como es el cubrimiento de las conversaciones que el Gobierno nacional y las Farc comenzarán el próximo mes en Oslo, y continuarán en La Habana, sobre una agenda escueta y precisa, para buscar la terminación del conflicto armado. Experiencias desafortunadas del pasado nos muestran que la continua exposición pública de este tipo de procesos suscita ruidos e interferencias, expectativas y equívocos, que acaban deteriorando el ambiente e incluso generando retrocesos en avances alcanzados. No podemos pedir –ni más faltaba– a los periodistas nacionales y extranjeros que se abstengan de informar sobre una situación tan relevante para el país como son estas conversaciones, pero sí podemos pedir, y me atrevo a hacerlo, que no sacrifiquen los intereses nacionales, el fin supremo de la paz, por sucumbir al síndrome de la chiva o al sensacionalismo. Una prensa inteligente, una prensa prudente y responsable, una prensa con capacidad de discernimiento, que informe con objetividad y serenidad los avances que se logren en este proceso, puede ser uno de los mayores aportes al éxito de este empeño, que no es un empeño del Gobierno sino de la nación toda. Comienza en octubre no sólo una fase muy importante de las conversaciones que pueden llevar al fin del conflicto interno armado, sino también una prueba de fuego para la prensa en nuestro país, que mostrará –estoy seguro– su seriedad y profesionalismo, y su capacidad para ser un factor positivo y constructivo en la búsqueda de un objetivo común, tal vez el más esencial, de todos los colombianos. Bien decía George Bernard Shaw: “la libertad significa responsabilidad; por eso, la mayoría de los hombres le tiene tanto miedo”. Una prensa valiente y experimentada como la colombiana –estoy seguro– no tiene miedo a la responsabilidad que implica la libertad, y así lo demostrará. Al conmemorarse 5 años de su fallecimiento, sirvan estas reflexiones para recordar a uno de los mayores exponentes del periodismo político colombiano, como fue Carlos Murcia Cadena. El mejor homenaje que podemos hacer a su memoria es cultivar un periodismo honesto con el país y ajustado a los principios del buen criterio, como el que él ejerció por 36 años. *Presidente de la República ‘Una prensa inteligente, una prensa prudente y responsable, una prensa con capacidad de discernimiento, que informe con objetividad y serenidad los avances que se logren en este proceso, puede ser uno de los mayores aportes al éxito de este empeño, que no es un empeño del Gobierno sino de la nación toda’.