Una de las épocas más esperadas por propios y turistas es mitad del año, en donde se desarrolla el Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro. La vestimenta es uno de los elementos con los que se representa el folclor y se enaltece la cultura autóctona. José Alberto Sánchez Gómez es un hijo adoptivo del Huila, que se dedica a pintar a mano cualquier tipo de prenda de vestir y desde hace más de 20 años, el cómplice de quienes desean lucir piezas únicas y exclusivas.
En el Huila se respira arte, tradición y cultura, elementos fundamentales en la ejecución del Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro. Esta época es aprovechada por diversos artistas que ponen a disposición su talento para embellecer y exaltar la idiosincrasia.
José Alberto Sánchez Gómez es un artista que plasma sus ‘pinceladas’ en camisas, faldas sanjuaneras, pantalones, sombreros y cualquier accesorio o prenda de vestir que se quieren enaltecer con la cultura opita. Este hombre vallecaucano de nacimiento, pero huilense de corazón, llegó al departamento hace más de 40 años y, desde entonces, ha consolidado un camino empírico en esta área.
Su mayor inspiración es la tradición tan arraigada que por estos días se hace más fuerte, además, del entusiasmo de sus clientes que desde mediados de febrero empiezan a hacer sus pedidos que trascienden cualquier delimitación geográfica, pues sus obras de arte no solamente son exhibidas con orgullo en Neiva o el Huila, sino que, con ellas ha llegado a otros continentes. Esta labor se extiende hasta mediados de junio y, lo que faltan, “son manos para pintar”, dijo.
Cada diseño suyo está concebido desde las majestuosidades que brinda el Huila y su gente, de allí que, su intención más allá de satisfacer a los clientes, es realizar un tributo a la tierra de promoción que le brindó todo lo que es hoy y, desde luego, a uno de los festivales más imponentes y anhelados del país. Esto no es de gratis, pues en sus obras de arte se expresan historias, ideas, estilos y autenticidad.
El fuerte de este año
Según explicó Sánchez Gómez, las obras de arte varían de acuerdo a las tendencias. Es decir, aunque los elementos de los diseños son los mismos, anualmente cambian algunas reglas. Para este año las camisas pintadas a mano siguen marcando la pauta. “Cada año es relativo. Son creaciones propias con elementos autóctonos de la región, pero diferente tipo de elementos”, sostuvo el pintor.
Este trabajo para él se ha convertido en una terapia diaria que le permite sentir satisfacción al aportar un ‘grano de arena’ al Festival del Bambuco y, esa felicidad aumenta cada vez que en los diversos eventos, los ciudadanos portan con orgullo las más de mil creaciones que realiza durante la temporada.
El disfrute está en hacer gozar al otro
Su mayor ‘premio’ está en ver a los demás gozar con sus diseños, pues mientras que todos disfrutan de las festividades, él está dedicado a pintar, apelando a la creatividad e inspiración generada por el ambiente bambuquero que navega en la atmósfera.
“En el momento que pinto estoy enfocado en el trabajo que estoy haciendo, pensando que lo que deseo entregar y en que la satisfacción no solamente va a ser económica, sino que anímica tras ver a los clientes felices. Yo trato de enfocarme, inspirarme e ir cuadrando, para que todos tengan diseños diferentes”, agregó el artista, de 64 años de edad.
LA NACIÓN fue el ‘puente’
Pese a que su talento ha sido empírico y lo ha desarrollado desde muy temprana edad, su historia en el embellecimiento de indumentaria para vestir se dio tras un clasificado que observó mientras revisaba hace 20 años el periódico LA NACIÓN. Allí se dio cuenta que necesitaban una persona para pintar en tela y arrancó pintando faldas sanjuaneras.
Contó además que, “Yo siempre he pintado, eso nació conmigo. Yo soy empírico, he hecho cursos muy puntuales de estilos de pintura para cada vez pulirme más. Empecé con una empresaria que me dio la oportunidad y aquí estoy, llevo más de 20 años. LA NACIÓN fue el ‘puente’ de inicio para arrancar de manera más profesional”.
Su inspiración
Él es un claro ejemplo de que los sueños se cumplen dado que tuvo la oportunidad y el orgullo de conocer a ‘Pina’ de Vanegas, quien es considerada como una de las mujeres que siguió el legado de la confección del traje típico del Sanjuanero Huilense. “Cuando yo la conocí, me quedaba mirando y me parecía chévere porque quería pintar. Y como dice el cuento, muchas veces uno atrae las cosas y las cosas se dieron”, afirmó.
En el momento continúa dejando ‘volar’ su imaginación con los cientos de diseños que tendrá que entregar por estos días y espera que los huilenses sigan disfrutando de las tradiciones que pueden llevar plasmadas en sus vestimentas como símbolo de autenticidad.