La mala hora de Neyla Triviño

Un carpintero, un agricultor, un maestro de construcción, una dueña de un supermercado y una ama de casa están detrás de la revocatoria del mandato de la alcaldesa de Campoalegre. Un carpintero, un agricultor, un maestro de construcción, una dueña de un supermercado y una ama de casa están detrás de la revocatoria del mandato de la alcaldesa de Campoalegre. Aunque recolectaron 4.513 firmas, 1.138 no sirven porque hasta los muertos firmaron. El esposo de Neyla Triviño, el florero de Llorente. Habrá elecciones. FRANCISCO ARGÜELLO LA NACIÓN, Neiva

Neyla Triviño Rojas

Neyla

En junio de 2012, Neyla Triviño Rojas, alcaldesa de Campoalegre, se echó la soga al cuello, como se dice popularmente. Presentó al Concejo Municipal un polémico contrato de concesión de alumbrado público a 20 años que fue aprobado por 8 de los 13  cabildantes de su localidad. Los otros cinco se opusieron por múltiples razones. La principal: comprometía vigencias futuras- recursos de otros gobiernos municipales-, comportamiento criticado y polemizado por los organismos de control. La mandataria avanzó en su intento por mejorar el alumbrado público en su localidad, según dice, y llevó el proyecto de acuerdo sancionado por los concejales a revisión de la Oficina Jurídica del Departamento. El resultado: negativo. No lo vieron viable y lo enviaron a examen al Tribunal Administrativo del Huila. El 26 de octubre de 2012, el magistrado Ramiro Aponte Pinto también “declaró sin validez el acuerdo 012 de 19 de junio de 2012 por medio del cual se faculta a la alcaldesa comprometer vigencias futuras excepcionales y ceder en concesión el alumbrado público”. Es decir, la mandataria no tenía otra alternativa que engavetarlo y echarlo al olvido. Sin embargo, sorpresivamente el 31 de octubre de 2012 (cinco días después de fallar el Tribunal), la licitación pública de concesión de alumbrado público apareció colgada en la página web de la Alcaldía de Campoalegre. La Administración pagó a Dorían Yuri Duque 8 millones de pesos para el acompañamiento a dicho proceso de licitación que pretendía concesionar el alumbrado público. ¿Pretendía la alcaldesa saltarse el fallo del Tribunal Administrativo del Huila y la Oficina Jurídica de la Gobernación? Neyla Triviño Rojas, responde que no. “Lo hice solo para que los campoalegrunos se enteraran en qué consistía la concesión de alumbrado, no para adjudicarla”, aclara. No obstante, Consuelo Ramírez Cortés (dueña de una fundación de perros), Esperanza Ramírez Cortés (viajera), Virgelina Lemus Quiroz (ama de casa), Camenza Bocanegra Guzmán (dueña de un supermercado),  Jaime Lozada Gaitán (obrero de construcción),  Jorge Eyder Carvajal (contador), Jairo Quintero Barreiro (concejal de La U), Víctor Hugo Vargas (agricultor) e Isaac Caballero Jojoa (carpintero), se enfurecieron con la Alcaldesa y emprendieron su revocatoria de mandato el 7 de marzo de 2013 en carta enviada al Registrador Municipal de Campoalegre, William Escobar Betancourt. Sin embargo, los inconformes no están solos. Detrás se esconde el cerebro que promueve la caída de Neyla Triviño: Esaín Calderón, un joven médico, abogado de la Universidad Surcolombiana, especialista en gerencia de la organización de la salud, docente universitario, candidato a magister, y quien se convirtió en una piedra en el zapato  para los anteriores mandatarios, entre ellos, César Alberto Polania. Con perifoneo, de casa en casa, en esquinas, bares, colegios y demás consiguieron 5.513 firmas de supuestos campoalegrunos molestos con el gobierno de Triviño y las presentaron a la Registraduría Nacional del Estado Civil que aprobó la solicitud de revocatoria el 8 de abril de 2013. En la resolución 04 que tiene en su poder LA NACIÓN se descartaron 1.138 firmas de las 4.513 presentadas. Es decir, solo sirvieron 3.375, suficientes para la revocatoria (se necesitaban 2.146). 102 firmas estaban ilegibles, había 71 firmas repetidas, 22 incompletas, 469 no eran de pobladores de Campoalegre, 49 firmantes no podían hacerlo porque son sentenciados por delitos políticos, 97 no figuran en el censo, 71 firmas no fueron validas por grafología. Y lo peor: aparecieron 10 firmas de muertos. “Hasta los difuntos quieren la salida de la alcaldesa”, apunta Esaín Calderón a LA NACIÓN. “Muchas personas no sabían lo que firmaban, se aprovecharon de gente ebria, les hacían firmar hojas en blanco, les decían que era para tramitar obras, proyectos y era mentira”,  refuta la alcaldesa Triviño. Por los barrios, la mandataria corrobora la veracidad de las firmas. En la Notaría Única de Campoalegre se recepcionan las declaraciones juramentadas de ciudadanos que se están retractando de las firmas. Algunos, al parecer presionados por Triviño, denuncian los promotores de la revocatoria. Interrogante ¿Qué hay detrás de la revocatoria? Sencillo: el disgusto que despierta entre algunas personas Antonio Gutiérrez, esposo de la Alcaldesa, ex alcalde de Campoalegre, el mismo que Carlos Eduardo Trujillo, ex secretario de Hacienda del Huila, personificó en un muñeco de año viejo, lo paseó en carretilla por el pueblo y lo quemó en el cementerio del pueblo hace cuatro años. Los opositores de Neyla Triviño creen que su esposo manda en Campoalegre. Y hasta se atreven a decir que gran parte de la contratación es dirigida por él. “En mi casa mando yo”, dice Neyla. “Y en el trabajo, también. Yo soy la alcaldesa”, aclara. Y es que tienen de dónde molestarse los contradictores. Finalizado el período de Gutiérrez en la Alcaldía de Campoalegre y ante la necesidad de no abandonar su poder burocrático se separó legalmente con su esposa, Neyla Triviño. Era la forma de no inhabilitar a su esposa, lanzarla a la Alcaldía y sostener la dinastía Gutiérrez Triviño en Campoalegre. Sin embargo, los electores le pasaron su cuenta de cobro y el médico César Alberto Polanía la derrotó en las urnas. “Hay gente que se molesta, yo hasta los entiendo, dirán primero el esposo de alcalde, luego la esposa, vendrá después la hija, es normal que las personas piensen así”, dice Neyla. Hoy se especula que Antonio Gutiérrez es quien media en la revocatoria de su esposa. No es inepta No es inepta, menos mediocre, como le tildan en panfletos que se riegan por las calles de Campoalegre. “Llegué a la Alcaldía por mis propios méritos, fui 18 años gerente del Banco Agrario…”, cuenta Triviño. Resalta que Antonio Gutiérrez, su esposo, sí la aconseja. Es normal, añade. “Soy su esposa, le consulto temas de administración pública, es el hombre que duerme a mi lado, el hombre de mi confianza, estuvo cuatro años de Alcalde”, expresa. Pero, ¿en qué más le ha ayudado su esposo? “Ha sido un apoyo incondicional, me escucha”, responde. “Por ejemplo: a reorganizar la administración cuando empecé, me dio ideas…”. Curiosamente hoy los opositores de Antonio Gutiérrez eran ayer sus grandes amigos. El contador José Eyder Carvajal trabajó en la Alcaldía en Control Interno. Lo mismo que Esaín Calderón, coordinador del programa IAMI, juntos líderes de la revocatoria. “Los dos excelentes profesionales”, destaca la mandataria. Pero, ¿por qué se enfurecieron? Ella no sabe. Piensa para responder y concluye que no es por dinero. “Nunca me han pedido plata”. Lo que sí tiene claro es que no se apartará de su esposo. Y menos por el descontento de cinco personas. “Antonio, a quien le han querido dañar su imagen, su reputación personal, solo colabora como Gestor Social en labores de atención de niños, abuelos. Últimamente ni va a la Alcaldía”, resume. Pueblo dividido Lo cierto es que Campoalegre está dividido. Neyla Triviño llegó al poder con 5.380 votos por el Partido ASI Verde. Muchos de sus electores la rodean, la apoyan y la invitan a seguir luchando por sostenerse en el cargo. Especialmente las madres comunitarias y las líderes que la impulsaron a llevar las riendas de Campoalegre. Otros hacen su vida un martirio. En el parque regaron volantes donde invitaban a su revocatoria, en el hospital, Tránsito y hasta en el cementerio pedían firmas. Por esto, hasta los muertos firmaron. Por las calles, un carro con perifoneo hablaba de su regular gestión. Y hasta le colocaban al frente a la Alcaldía una canción  que hoy recuerda con tristeza: “La vamo a tumba, esta noche me amanezco, esta noche bebo y bailo, esta noche estoy contento… la vamo a tumba”. La Policía intervino y hasta decomisó los equipos de perifoneo hace un mes. Los cinco ciudadanos que lideran la revocatoria se taparon la boca y empezaron a recolectar más firmas. ¿Peligro? El tema ya pasó de castaño a oscuro. Hace una semana Campoalegre amaneció inundado de panfletos. Cartas firmadas por una supuesta Sociedad de Amigos de Campoalegre anunciaba que el municipio sería bañado con la sangre de los corruptos. Y nombran personalidades de la localidad que, según el documento, serían ajusticiadas, entre ellas, la Alcaldesa. Las autoridades no dan credibilidad al panfleto y en el municipio se habla en voz baja de los posibles autores. Nadie responde, ni se denuncia. Insatisfechos En realidad, Campoalegre tiene mil necesidades. Y aunque Neyla Triviño quisiera atenderlas no cuenta con el recurso económico para hacerlo. El presupuesto anual del municipio es de 14 mil millones de pesos, de los cuales 9 mil millones están destinados a la salud. “Solo tengo cinco mil millones para atender 37 barrios y 49 veredas, es muy difícil suplir todas las necesidades”, explica. No obstante, el comité de revocatoria no ve con buenos ojos que más de 200 millones del presupuesto del Municipio se hayan destinado a capacitación. Y que el Plan de Desarrollo Municipal se haya cambiado tres veces. Ulpiano Jovel recibió de la Alcaldía 42 millones de pesos de la Alcaldía para realizar la carta de navegación de la Administración. Se presentó al Concejo en mayo de 2012 y fue aprobado. En noviembre, la alcaldesa Neyla Triviño pidió modificación del Plan al Concejo. Y en enero de 2013 lo  modificó por tercera vez. Aunque Neyla Triviño se ve fortalecida, es débil. Es mujer, se siente perseguida, atropellada y hasta ha tenido que sortear una familia que teme por su seguridad y le pide que se ausente del poder. Y sabe que en el fondo la revocatoria va para adelante, que sus enemigos no se bajarán del bus y que seguirá luchando, gobernando y gestionando hasta donde le alcance su resistencia. Lo que viene De momento, Triviño no se ha notificado de la resolución de la Registraduría Nacional, según Silvio Gómez, delegado de la Registraduría en el Huila. Presentará su recurso de apelación en diez días hábiles después de notificada por edicto. Y en dos meses la Registraduría estaría programando nuevas elecciones o referendo que definirían su continuidad. Para tumbar el actual gobierno se requiere en las urnas la mitad de los votos válidos (14.457) registrados en las elecciones de 2011, es decir, 7.758. Y que el 55 por ciento de la última cifra apoye la revocatoria, algo más de 4.266 votos. De momento, todo es incierto para Neyla Triviño, aunque en Campoalegre creen que podría correr con suerte. Tiene el apoyo del gobernador, Carlos Mauricio Iriarte; el senador Rodrigo Villalba,  los parlamentarios Consuelo González de Perdomo y Luis Enrique Dusán y decenas de mujeres y amigos que la respaldan.

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