Más arrugados no pueden amanecer los corazones de los neivanos por el caso del pequeño Aslan Santiago Pastrana Chala, de tres años de edad, asesinado en medio de un ataque a bala contra una vivienda del barrio Manzanares I etapa, en el sur de la capital del Huila.
De acuerdo con las informaciones que manejan las autoridades, dos sujetos a bordo de una motocicleta llegaron hasta la casa de los Pastrana Chala e hicieron un disparo contra la habitación principal. Ese impacto con arma de fuego se coló e impactó en el pecho al niño Aslan Santiago. El menor fue auxiliado de inmediato y trasladado a un centro asistencial, en donde dejó de existir por la gravedad de la lesión.
Sobre este hecho, la Policía Metropolitana de Neiva ya tiene identificados a los dos individuos que estuvieron en el lugar y posee sus nombres completos, sus alias y lugares de habitación. La rápida investigación ha permitido identificar además quién fue el hombre que accionó el arma.
¡Qué dolor que un niño inocente muera en este tipo de circunstancias! Se trata de episodios que no pueden pasar inadvertidos a los ojos y oídos de la sociedad, ya que dejan en evidencia la desenfrenada violencia que se ensaña contra nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
De entrada, se hacía necesario que la Policía y la Fiscalía intensificaran sus labores para capturar a los responsables, en especial del individuo que disparó y mató al menor Aslan Santiago. Ya se entregaron y deberán ser puestos a buen recaudo de la Justicia para que reciban una pena ejemplarizante.
Hoy más que nunca es urgente que se ponga en marcha un plan de desarme en la ciudad. La Policía está llamada, con sus redes de inteligencia y de investigación, a sacar de las calles neivanas las armas de fuego y traumáticas que están apagando vidas.