Cuando un grupo de empresarios liderados por Jesús Oviedo Pérez fundaba en 1994 LA NACIÓN jamás imaginó que estaban poniendo los cimientos de uno de los diarios más importantes del país y haciendo de este, 30 años después, una vitrina para mostrar la realidad del Huila y del sur de Colombia.
En una sociedad como la nuestra, es clave que los temas de las regiones no pasen desapercibidos en el contexto nacional. Y LA NACIÓN ha conseguido no sólo mantener informados a sus lectores y seguidores sino que ha contribuido a defender la democracia y promover el desarrollo regional. Expresidentes de la República han coincidido en varias oportunidades en señalar que las páginas y las redes sociales de LA NACIÓN “han representado y defendido la pluralidad de ideas necesarias para el ejercicio democrático”.
Tres décadas después, LA NACIÓN es sinónimo de ciudadanos informados. En esta casa periodística, se exaltan los valores humanos, se difunden al máximo las expresiones culturales y artísticas y hay una gran exigencia a las administraciones públicas para que cumplan sus compromisos con los neivanos y los huilenses.
LA NACIÓN ha logrado construir un edificio visible desde cualquier distancia en el mundo de los medios de comunicación serios y rigurosos que, en medio de la avalancha de información en redes sociales y la proliferación de portales digitales, se mantienen firmes a la hora de analizar con profundidad los acontecimientos. Quienes trabajan para LA NACIÓN tienen un gran sentido ético de la labor periodística.
A lo largo de estos 30 años, LA NACIÓN ha mantenido su compromiso con la verdad, a pesar de las amenazas, el acoso y las intimidaciones de los violentos, de los corruptos y de los funcionarios públicos que desvarían con el poder.
En estos momentos difíciles que vive el país en materia económica, de agitación social y del deterioro del orden público, LA NACIÓN se erige vigorosamente para seguir informando con responsabilidad y mantener vigente el espíritu democrático de los pueblos.