Joaquín Espinosa Macías, “El Capi Espinosa”, personificó a San Pedro durante 20 años en el marco de las festividades tradicionales en el Huila. Hace dos años por cuestiones de salud no ha podido hacerse presente. Desde Bogotá, en entrevista con LA NACIÓN, habló de su nostalgia por las fiestas y sobre la huella que dejó en su paso como protagonista en las mismas, pero también de la impronta imborrable que lleva en su corazón y en su alma.
Por quebrantos de salud, el capitán Joaquín Espinosa Macías, que este año cumplirá 80 años de edad, debió alejarse de las fiestas en las que fue protagonista durante 20 años, personificando a San Pedro. Desde su refugio en Bogotá habló una vez más de la nostalgia por no estar en esta edición 63 del Festival en San Juan y San Pedro. Estas sus respuestas.
¿Cuántos años alejados de las fiestas y por qué?
Llevo dos años sin poder participar debido a problemas de salud que tengo. Estoy atendido en el Hospital Militar Central en Bogotá.
¿Cuál es el recuerdo de su vinculación a las festividades? ¿Cómo surgió la idea de personificar San Pedro?
El mejor recuerdo es el cariño que me manifiestan las personas, grandes y niños, lo cual es manifestado en todo momento, en fiestas y tiempos, con o sin ellas. La idea surgió cuando en el año 2000 salí con el traje fiestero y me sugirieron la idea de hacer la representación del patrono de nuestras fiestas campesinas.
¿Recuerda en qué año fue y qué hacía para ese entonces?
Como lo dije anteriormente, fue en el año 2000 y era funcionario de la Contraloría General del Departamento del Huila.
¿Cuántos años alcanzó a estar caracterizando al personaje y desde cuándo comenzaba la preparación?
Durante 20 años, mi preparación psicológica empezaba al día siguiente de participar en el desfile folclórico y físico desde el 1 de enero del año siguiente, y consistía en caminatas largas y dejarme crecer el cabello y la barba.
¿En algún momento recibió algún recurso económico por hacer de San Pedro?
Solamente cuando, con el apoyo de Guillermo González, siendo funcionario del Instituto Departamental del Huila, me apoyó para que me dieran un auxilio. Igualmente, el año posterior la Industria Licorera del Huila me dio un apoyo por hacerle propaganda a su producto insigne Doble Anís. De resto, en ninguna otra ocasión he recibido recurso económico ni de la Gobernación del Hulla, ni de la Alcaldía de Neiva.
¿A qué atribuye que no haya surgido un personaje que lo haga olvidar?
Como personaje sí hay 4 o 5 personas que se visten de San Pedro, pero mi caracterización es la barba natural. Yo creo, modestia aparte, que ni los paisanos huilenses, ni los foráneos que nos visitan, me olvidan gracias a ese cariño que me manifiestan tanto en las fiestas como en el transcurso del resto del año.
¿Qué es lo que más añora de las fiestas?
Desde que estaba en el Instituto Bolívar del profesor Guillermo Vargas Cabrera y en donde mi tío por parte de padre, Arturo Espinosa Celis era el rector. Lo que más añoro de las fiestas es el amor, de los huilenses y foráneos, que manifiestan en la realización de las fiestas tradicionales.
¿Cree que las nuevas generaciones están olvidando nuestras tradiciones?
Sí, los niños participan porque sus mayores los llevan a los diferentes actos culturales y fiesteros, pero no porque en las instituciones educativas del departamento les fomenten esa cultura.
¿Cómo vive usted el San Pedro en la distancia? ¿Para usted quién fue San Pedro?
Las fiestas tradicionales huilenses, las vivo con mucha nostalgia, pues me hace falta recibir la admiración y el cariño de paisanos y visitantes. San Pedro, según la historia católica, fue el primer jefe supremo de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
¿Recuerda alguna anécdota o hecho especial?
Una de las anécdotas inolvidables fue cuando, frente a la Asamblea Departamental del Huila, una madre con su pequeño hijo de unos tres o cuatro años, me saludaron y me desearon que el Todopoderoso me diera muchos años de vida para que colmara de alegría a los huilenses. Como anécdota especial, es que ese día no estaba con el traje ni con la barba. Me reconocieron instintivamente, por ser la imagen de San Pedro.
El año pasado lo dieron por muerto, ¿Cómo fue ese episodio en su vida?
Desafortunadamente, un colega suyo, por inexperiencia o por imprevisión, soltó la noticia sin confirmarla, lo que causó revuelo entre la familia. Los amigos y conocidos inmediatamente trataron de confirmar la noticia desafortunada.
Finalmente, ¿Cómo le gustaría que lo recordaran?
Que me recuerden con esa o mayor admiración con que lo han hecho hasta hoy. Les pido no solo a los huilenses, sino a todos los colombianos y extranjeros a que recuerden ese legado que nos dejó el periodista Luis Alberto Osorio: “Péguese la rodadita, que todo el que visita nuestro departamento es un huilense más”.