Tras ser diagnosticado con esclerosis múltiple, Gabriel Cubillos se ve obligado a utilizar una silla de ruedas, lo que, según cuenta, le ha dificultado el acceso al transporte público, especialmente a los taxis, pues muchas veces, al percibir su condición los conductores le niegan el servicio. En respuesta a esta problemática, José Luis Chacón, representante del gremio de taxistas en Neiva, señala que se están implementando actividades pedagógicas y de concientización.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
Gabriel Cubillos, un neivano de 56 años de edad, enfrenta diariamente una lucha que va más allá de su condición de salud. Diagnosticado con esclerosis múltiple, una enfermedad que afecta el sistema nervioso central, Gabriel se moviliza permanentemente en silla de ruedas. Este desafío, aunque considerable, se ve agravado por un problema que muchos en su situación enfrentan: la dificultad para acceder al transporte público. Su experiencia con el servicio de taxis en Neiva, la capital del Huila revela una realidad dolorosa que viven las personas en estado de discapacidad.
“Hay una cuestión con respecto a las personas que usamos silla de ruedas y es cuando necesitamos el transporte público, en el caso de los taxistas todos son muy queridos, pero resulta que me ha pasado con muchos que cuando he necesitado que me hagan un servicio me salen corriendo, hay unos que arrancan (se van) ahí mismo”, relata Gabriel con un tono de frustración. Su relato es un eco de la experiencia de muchas personas con discapacidad en la ciudad. “Al verme con la silla de ruedas, dicen: ‘Ay, no, con silla de ruedas, no’. Hace unos días, salía de la Universidad Surcolombiana y el primer taxi que estaba en una de las entradas, frente a la clínica Mediláser, apenas me vio, arrancó de inmediato” dijo Gabriel.
Luego de ese primer incidente, Gabriel se vio en la necesidad de esperar a que algún taxista decidiera llevarlo. “Los de adelante arrancaron de inmediato, otros estaban desocupados y a quienes se acercaban a preguntar si me podían llevar, siempre respondían que, por la silla de ruedas, no. Solo el último en la fila me hizo el favor; dio la vuelta y fue hasta el frente para recogerme”, recuerda. Esta situación se ha vuelto un patrón recurrente en la vida de Gabriel, quien no puede evitar preguntarse: “¿Qué pasa con las personas que nos movilizamos en silla de ruedas?”.
En diciembre pasado, una experiencia similar le reafirmó que es una problemática recurrente. Al pedir un taxi para regresar a casa tras unos rezos de la novena en casa de unos amigos, el taxista, al verlo en su silla de ruedas, repitió la negativa: “Ay, no, con silla de ruedas, no”. Gabriel menciona que su silla es plegable y compacta, lo que debería facilitar su transporte. “¿Qué problema tenemos las personas con discapacidad respecto a ciertos taxistas? Hay algunos muy amables, pero también hay otros que le sacan el cuerpo a uno”, cuestiona Gabriel.
“Disculpas”
José Luis Chacón, representante del gremio de taxistas y presidente de la Asociación de Propietarios de Taxis en Neiva, expresó: “De antemano, queremos pedir disculpas a este señor por lo que le sucedió. Sin embargo, queremos decirles que hemos capacitado a muchos de los taxistas para que presten ese servicio a personas discapacitadas”, afirmó.
No obstante, Chacón también reconoce que los problemas persisten. “Sabemos que no son todos los que actúan así; es solo uno que otro. A veces, no es por no querer prestar el servicio, sino que algunos vehículos pequeños no tienen la capacidad para colocar la silla en la parte trasera. Soy testigo de que muchos taxistas colocan la silla en la parte de atrás, aunque les quede la tapa del baúl abierta”, señala Chacón.
El líder del gremio también expresó que es importante fijarse en aquellos vehículos, con mayor capacidad, para que les puedan prestar estos servicios de la mejor manera. “Como recomendación a los usuarios, es que traten de buscar un vehículo de mayor capacidad. Hoy en día hay muchos vehículos grandes en los que el baúl es apto para llevar la silla sin ningún problema”, argumenta Chacón.
Pedagogía
Chacón enfatiza que no todos los taxistas se niegan a prestar el servicio. “Se trata de que muchos se ofrezcan y presten el servicio, incluso si el vehículo es pequeño”, asegura. Sin embargo, la implementación de una capacitación efectiva respecto al transporte adecuado de personas en condición de discapacidad es vital para cambiar esta percepción.
“En la asociación de propietarios, contamos con diferentes grupos que suman aproximadamente 300 taxistas, tanto propietarios como conductores. Generalmente, estamos realizando pedagogía y capacitaciones, indicándoles cómo prestar el servicio adecuadamente, así como la buena presentación del vehículo y del conductor, además de cómo atender al usuario, tratando de ofrecer el mejor servicio posible. En la Asociación de Propietarios, también organizamos reuniones con los propietarios y, desde ahí, invitamos a los conductores para llevar a cabo estas capacitaciones”, concluyó Chacón.