La paz sin participación política

Juan Manuel Galán P.

Tensa calma es la que sentimos los colombianos ad portas de terminar el 2017. La implementación de los acuerdos de paz con las Farc, ha dejado un sabor agridulce. Luego de un año de vigencia del procedimiento legislativo especial “fast track”, el balance que encontramos es que de 67 iniciativas legislativas que necesitaban trámite, el Gobierno Nacional solo presentó 24 y el Congreso aprobó solo cinco actos legislativos y cinco leyes ordinarias, quedando pendientes temas claves para la paz. Del paquete de proyectos necesarios para cumplir el acuerdo de paz, solo se abarcó y a medias, lo relacionado con la participación política y la reintegración de miembros de las Farc, la creación de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), el blindaje jurídico de los acuerdos y la modificación al Sistema General de Regalías. Así, temas fundamentales para las víctimas como los proyectos relacionados con la política de desarrollo agrario integral y la solución al problema de las drogas ilícitas, quedaron pendientes y sin certeza de cuál será el paso a seguir para su aprobación. El Gobierno no da luces de cuál será el procedimiento para la ejecución de los proyectos pendientes. Ni que decir de los proyectos sobre espacios de toma de decisiones que merecían las víctimas. Con la más cínica actitud, este Congreso les negó absurdamente la posibilidad de participar en política a través de las circunscripciones transitorias de paz  y hoy, ellas están casi peor que al comienzo, sin reparación y sin ser tenidas en cuenta en la elaboración de leyes y políticas públicas. Por su parte, los casi 5.000 ex guerrilleros que se encuentran en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (antes Zonas Veredales Transitorias de Normalización) están en medio de la nada. No tienen definida su situación jurídica (deberán esperar a que la JEP entre en funcionamiento), y tampoco cuentan con apoyo económico para sus proyectos productivos (porque no se ha aprobado ningún proyecto que reglamente y viabilice la asignación presupuestal). Es decir, les estamos proponiendo que se reincorporen a la vida civil, pero sin brindarles las garantías necesarias para lograrlo. Así las cosas, nos encontramos ante un panorama poco alentador, de cara a un nuevo año electoral. Con el país dividido, polarizado y con los partidos políticos tradicionales fragmentados, los acuerdos de paz tienen muy pocas garantías para cumplirse y permitir la reinserción de los miembros de las FARC y la reparación de las más de 8 millones de víctimas. Esperemos que el 2018 traiga nuevos y mejores vientos, para consolidar esta paz tan anhelada.

¡LA NACIÓN en esta Navidad, llegó con regalos y diversión para los niños!

Con el apoyo del Centro Comercial Único Outlet y Royal Films, el periódico LA NACIÓN llevó a cabo una...

“La burocracia en el país ha aumentado sustancialmente”

Sobre la insípida ejecución en el presupuesto de inversión y falta de experiencia en el Gobierno Nacional, así como...

En la Audiencia Pública de Rendición de Cuentas, la gerente general de INFIHUILA, Adriana Marcela Valencia Cardona, presentó un balance positivo de la gestión...

Resultados financieros destacados El INFIHUILA reporta utilidades de $3.939 millones al cierre de noviembre de 2024, con un patrimonio consolidado...

Síguenos en:

Artículo Relacionado

Ojo con el Fondo del Café

En 2021, el gobierno de Iván Duque enfrentó un año muy difícil (post pandemia y “estallido criminal”) con...

Navidad: Momento de unión y solidaridad económica

Diciembre es un mes lleno de alegría, de significado espiritual y religioso, acompañado de novenas, luces, celebraciones familiares...

Balance de año agrio

A punto de terminar el año es oportuno hacer un apretado balance, por el poco espacio ante tantas...

Demografía en declive: los efectos de la baja natalidad

Esta semana, el DANE reveló cifras alarmantes sobre el descenso de la natalidad en Colombia. Entre enero y...