“La situación de Pericongo está en manos de la ANLA”

El director de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM, Camilo Agudelo, negó que su entidad esté poniendo trabas a la solución del histórico riesgo vial en Pericongo, entre el centro y sur del Huila. “La licencia ambiental está en manos de la ANLA. Hoy nos dan la razón”, expresó el funcionario, en diálogo con LA NACIÓN.

Johan Eduardo Rojas López
johan.rojas@lanacion.com.co

El director de la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM, Camilo Augusto Agudelo Perdomo, le salió al paso a quienes responsabilizan a la corporación de frenar la solución del histórico riesgo vial en Pericongo, entre el centro y sur del Huila.

Mencionó que, aunque la ANLA en un principio dijo que no se requería licencia ambiental para las obras propuestas por la concesionaria Ruta al Sur, ahora cuando el trámite nuevamente está bajo su responsabilidad, cayó en cuenta de la necesidad de pedir los estudios correspondientes para definir la situación. Bajo esa lógica, según él, se ha brindado información que ha confundido a la ciudadanía.

Director, ¿cuál es la realidad de Pericongo en este momento?

Hoy en Pericongo, para poder desarrollar la intervención, se requieren básicamente dos elementos. El primero es el trámite de la sustracción de la reserva forestal porque recordemos que esta área de nuestro departamento está incorporada dentro de la reserva forestal de la Ley 2ª de 1959 y ese es un trámite que está desarrollando la Concesionaria Ruta al Sur ante el Ministerio. Es fundamental tener la sustracción de todo ese tramo de vía, incluyendo los viaductos que están contemplados actualmente. Ese trámite aún no ha resultado. Una vez eso esté listo, ya se procede al trámite de la licencia ambiental o de los permisos ambientales que, en este momento, está en manos de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, quien le solicitó a la concesionaria los estudios de Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgo, además de otros estudios ambientales con varios objetivos.

¿Cuáles?

Primero, establecer las condiciones en las que está la montaña en la que se soportaría ese tramo de vía nueva para saber si puede desarrollarse allí o no; no vaya a ser que ocasione un problema grande otra vez, al construir una vía sobre el otro tramo de la montaña, sin tener los estudios de riesgo pertinentes. Y segundo, también ver en qué condiciones y cuáles son las medidas que habría que tenerse en cuenta para que la vía, si se va a construir, pueda estar allí implantada sobre esa montaña. De igual manera, la zona donde se hace la intervención tiene áreas dentro de la ronda del río que baja en una condición hidráulica y especial y, pues también condiciones de riesgo que son normales y hacen parte de esa continua unidad geológica que está tanto a un costado como al otro. Ya se solicitaron esos estudios para tener esa claridad de los aspectos que acabo de mencionar y, de esa manera, proceder a tramitar la licencia o los permisos ambientales que sean necesarios.

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Pero, entonces, entiendo que es falso que el proceso haya escalado hasta el Consejo de Estado…

Yo quiero hacer esa claridad, Johan. La decisión en este momento está en manos de la ANLA, quienes ya solicitaron la información a Ruta al Sur para poder tramitar la licencia ambiental que le compete a la ANLA o los permisos ambientales que en ese caso los tramita la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena, CAM. La otra claridad que quiero hacer y que conversamos con la concesionaria, es que los recursos para la obra están garantizados, entonces, no es que se estén perdiendo o disminuyendo en valor.

Director, en múltiples ocasiones el gerente general de la Concesionaria Ruta al Sur, Juan Carlos María Castañeda, ha señalado que toda la parte técnica está y que no se ha podido avanzar es por la licencia ambiental. Hoy usted nos dice que los estudios no están, ¿realmente qué pasa?

Claro. Ese es un aspecto que le corresponde evaluar a ANLA, pero hoy ellos están solicitando los estudios y diseños a Ruta al Sur. Incluso hoy tenemos una reunión para analizar esos requerimientos y que el concesionario le quede claro qué es lo que se espera de esos estudios. Yo no los conozco, pero si los estudios están, entonces ellos los entregarán muy rápidamente y si no, tendrán que hacerlo. Yo no soy conocedor de que existan los estudios de Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgo, y los estudios ambientales que son necesarios para poder analizar los elementos que permitan, a su vez, dar las licencias o los permisos ambientales que son requeridos. O sea, para mí la señal de que aún no están es que la ANLA los está requiriendo.

¿Qué opina usted de la vocería que ha tomado el alcalde de Pitalito, Yider Luna Joven, en donde ha invitado a mandatarios de otros municipios del sur del Huila y el país a unirse en una gran movilización?

Yo creo que ese es el reflejo de la necesidad que tenemos todos los huilenses de la construcción de la vía. Es que se trata de un proyecto histórico que hemos esperado muchos años para que se pueda concretar y hoy la necesidad es muy grande y, siento que claramente es un resultado de esa impotencia que a todos nos genera que ese proyecto no se haya podido desarrollar en los tiempos y con la planeación que inicialmente se planteó. Ya desde el punto de vista de la movilización, no me pronuncio, pero lo que sí puedo decir es que el trámite está en las manos de quien corresponde que es la ANLA. Yo sí quiero dar la tranquilidad de que las instituciones estamos trabajando fuertemente para que esto se pueda agilizar.

¿Hay temor de que esa obra no se pueda realizar porque el Gerente General de la Concesionaria Ruta al Sur ha dicho que los tiempos no dan?

No, todos sabemos que la Ruta al Sur ha estado con problemas de cronograma desde que inició. Nosotros hablamos ayer con el doctor Juan Carlos María y él nos garantiza que los recursos efectivamente están garantizados. Aquí están los temas de tiempo de implementación que es lo que esperamos que se haga de la mejor manera. O sea, sí se va a hacer, pero claramente de aquí a junio ya no se va a obtener porque siempre se ha hablado de que la intervención puede durar alrededor de dos años.

Pero lo que se teme es que al terminar la unidad funcional 4 (Garzón – Pitalito – San Agustín), que será entregada en junio de 2025, pues ya ellos “se laven las manos” argumentando que no tuvieron permisos y, por tanto, no incumplieron el contrato, por eso pregunto si hay preocupación, director…

Lo que quiero decir es que sí se va a construir y eso lo reiteraba ayer. Claramente ya no de aquí a junio, pero sí están garantizados los recursos porque no nos podemos quedar sin Pericongo.  Necesitamos que se construya de la mejor manera.

Pero, hasta el momento, ¿se necesita o no licenciamiento ambiental?

Hay que mirar si es la mejor alternativa construir una vía en la seguramente inestable montaña que está en el margen izquierdo del río o hay otras posibilidades, además, si es la vía que hay que construir allí, ¿en qué condiciones debe hacerse? Esa respuesta tiene que generar la licencia ambiental, es decir, dependiendo de los estudios, allí se define.

Usted dice que todas las autoridades han estado pendientes, pero desde la concesionaria ha venido advirtiendo este tema hace bastante tiempo y lo que uno percibe es que no se ha hecho mucho y, por eso, no se tiene una respuesta aún. ¿Por qué tanta demora para solucionar ese asunto?

Pues digamos que el permiso se debió haber radicado hace mucho tiempo, o sea, estamos hablando de que el permiso debió haberse radicado creo que hace tres años o más que se hizo la cesión del contrato. Yo creo que esa pregunta habría que hacérsela a la ANLA, porque son los tiempos y la metodología de ellos.

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¿De quién, entonces, sería la responsabilidad porque lo que se ha manifestado es que la CAM y la ANLA se han venido ‘tirando la pelota’ y nadie responde?

Yo creo que aquí no se trata de adjudicar responsabilidades, sino que son los hechos de todo lo que ha sucedido en la vida del contrato, lo que habla por sí solo. Luego, por supuesto, la “demora” está en el trámite de los permisos con los tiempos que esto ha llevado; pero es una complejidad de múltiples actores. Desde la actuación de la corporación, lo que se ha procurado y logrado es que se tenga un mayor cuidado sobre la obra que se va a construir en Pericongo y que se ordenen los estudios que antes no estaban considerados. Sabemos que la obra es urgente, pero también debemos tener presente que tiene que construirse en buenas condiciones y ese fue el llamado de atención que hicimos porque no están los estudios suficientes para hacer este tramo de vida, en una zona geológicamente inestable. Hoy la ANLA nos da la razón y, por eso, le hizo la solicitud a la concesionaria. La idea es que se haga una buena obra y no vayamos a estar en unos pocos años lamentando haber construido en un terreno inestable.

Y si los estudios no se hacen o no responden a lo que se necesita para tener el licenciamiento ambiental, ¿qué pasaría?

No, Johan, el trámite hay que hacerlo y todos estamos en voluntad. Ya la concesionaria está empezando a hacer los estudios. Aquí no estamos hablando de cuestionar si se puede o no se puede hacer una obra; la obra sí se puede hacer, pero necesitamos los estudios.

Usted ha mencionado que, en general, la Ruta al Sur suscribió un contrato sin pensar en los permisos ambientales y que eso ha generado trabas, ¿cuál es la realidad?

Ha existido una muy buena relación con el concesionario y con todos los que intervenimos en este proceso de la ruta. Pero sí hubo un problema estructural y es que la obra fue diseñada ya hace varios años atrás, y la norma en el país evolucionó muy especialmente después de las consecuencias invernales que hemos tenido de los últimos fenómenos de La Niña. Y esa norma evoluciona para garantizar que las obras que se construyan tengan las condiciones suficientes para soportar esos fenómenos invernales; entonces, al cambiar la norma, pues claramente los diseños y las características de las obras también tienen que ajustarse. Antes de iniciar a ejecutar el proyecto hay que contar con los permisos ambientales y no esperar a iniciar sin ellos porque es posible que después no se puedan otorgar por temas técnicos y haya que modificar la obra.

Para aclarar, usted decía al principio que el trámite está en manos de la ANLA, pero ¿no estaría en manos de la concesionaria que es la que no ha entregado los estudios?

Sí, es decir, está en manos de la ANLA el trámite, pero cuando una entidad desarrolla un trámite hace requerimientos también, entonces, lo que está haciendo es un requerimiento a la concesionaria para que ellos hagan el estudio.

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