El país entero lamenta el fallecimiento de la ‘Gorda Fabiola’ quien en varias oportunidades y debido a su estado de salud, estuvo muy cerca de la muerte. Las carcajadas hoy se convierten en llanto por su partida, sin embargo, su legado retumbará con fuerza por muchos años más, pues ella se convirtió en uno de los ‘pesos pesados’ de la televisión colombiana y con su carisma difícilmente pasará al olvido.
Johan Eduardo Rojas López
La eterna rubia de talla grande que conquistó el corazón de los colombianos con sus ácidos chistes, en los que incluso se ‘burlaba’ de sí misma, falleció ayer en Bogotá, a sus 61 años de edad, tras estar hospitalizada durante varios días debido los problemas de salud que venía combatiendo desde tiempo atrás.
‘La Gorda Fabiola’ como la conocía el país, se dedicó por años a llenar de carcajadas a quienes disfrutaban de su humor inteligente, exquisito y de doble sentido. Sin embargo, fue mucho más que humorista, pues su histrionismo, talento y disciplina, la llevaron a desempeñarse como locutora, periodista, actriz de televisión, cine y teatro, y empresaria.
Detrás de ese “personaje” con el que empoderó a muchas personas con sobrepeso, se encontraba Fabiola Emilia Posada Pinedo, la madre de tres hijos, esposa del también artista Nelson Polanía ‘Polilla’ y responsable de ‘Benito’, ‘Hugo’ y ‘Natilla’, sus hijos peludos.
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Raíces
La celebridad nació en Santa Marta el 18 de septiembre de 1963. En esas tierras pasó su infancia y adolescencia, posteriormente, en busca de su sueño tomó la decisión de trasladarse a Bogotá para profesionalizarse como Comunicadora Social, carrera que realizó en la Universidad Externado de Colombia.
La multifacética mujer alcanzó a desempeñar su carrera por un corto tiempo, pero seguidamente de manera sorpresiva y debido a su su peso, comenzó su carrera en televisión como extra en el popular programa de humor Sábados Felices. Allí gracias a su carisma y habilidades, rápidamente se ganó un lugar fijo en el elenco, convirtiéndose en una de las figuras más aclamadas por el público.
Sin embargo, la vida le tenía preparado otro escenario que pisó fugazmente, dado que incursionó en la política como concejal de Bogotá, en donde fue vicepresidente, y desde ese asiento, entendió muchas dinámicas que la movían.
El plus: un ‘peso pesado’ de la televisión
Su éxito se debió a que logró plasmar en sus espectáculos, la vida cotidiana, sus ocurrencias y, además, se atrevió a ‘burlarse’ de su propio aspecto físico; eso generó que la ciudadanía la sintiera más cercana, al identificarse con sus historias.
Así fue como la también defensora de los animales y las causas justas, estuvo vigente por más de 30 años, a pesar de que a veces tuvo que “reír llorando”.
Fue una activista incansable que supo escuchar a la gente y a las distintas comunidades; no en vano se convirtió en uno de los seres más queridos por diversas generaciones, quienes hoy recuerdan sus contagiosas carcajadas con un llanto desmesurado.
El amor la movía
Detrás de la sonrisa que siempre mantenía, estaba un ser repleto de amor, generosidad y empatía, que desde las 4 de la mañana todos los días, se dedicaba a brindar afecto, en medio de tanto caos y dolor. Eso también lo entregó por medio de su empresa “Almacenes de ropa By la Gorda Fabiola”, en la que pensó en todas aquellas mujeres que como ella en algún momento sufrían por no encontrar prendas de vestir talla grande.
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Aunque fue una mujer con carácter, los contrastes hicieron parte de su trasegar y así entendió que la vida no es tan cuadriculada, sino que hay diversidad dentro de lo “estricto”. Todo eso lo descifró en medio de una escenario de pocas carencias económicas, pero quizás algunas ‘batallas’ internas que no están relacionadas con su peso, sino con “pruebas formadoras”.
Su mayor batalla
Fabiola Emilia desde niña batalló con el sobrepeso, y aunque en algún momento utilizó eso a favor de su carrera, el calvario lo llevó por dentro, debido a todos los problemas de salud que se le desarrollaron por su obesidad.
En varias oportunidades estuvo al borde de la muerte, pero gracias a su coraje y, claramente, los planes de Dios, ese que ella siempre puso por encima y sobre todas las cosas, salió invicta de más de cuatro infartos, una diabetes, hipertensión, dos baipás y un cuadro crónico de anemia y desnutrición. Es más, es que mientras casi todos sus órganos fallaban, la ‘Gorda Fabiola’ seguía en la lucha, a pesar de incluso adquirir una bacteria que se aprovechó de la vulnerabilidad de su sistema inmunológico.
Manifestó en varias oportunidades, luego de “visitar el inframundo” como ella lo definió, su intención de ser recordada de manera especial. “Siempre he soñado con que mi tumba tenga un epitafio que diga: ‘Descansa en paz, alma mía, solo querías reír’”, indicó en medio de una entrevista.