Las casas gratis

Apenas pendiente de conciliación en Cámara y Senado y de sanción presidencial, quedó el proyecto de ley mediante el cual se aprueba la iniciativa de entregar 100 mil viviendas gratuitas, con una inversión aproximada a los 4,2 billones de pesos. Apenas pendiente de conciliación en Cámara y Senado y de sanción presidencial, quedó el proyecto de ley mediante el cual se aprueba la iniciativa de entregar 100 mil viviendas gratuitas, con una inversión aproximada a los 4,2 billones de pesos. De acuerdo con el principal impulsor del proyecto, el primer ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio, Germán Vargas Lleras, ha dicho que, tras el aval a la ley, el trabajo se centrará en la organización de la subasta nacional, el primero de julio próximo, que permitirá escoger a las firmas constructoras que participarán en el proceso. Sin embargo, como dice el adagio popular cristiano, de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Si bien se debe aplaudir la intención de darles casa propia, sin un peso a cambio, a 100 mil familias, integradas por unos 600 mil colombianos, la iniciativa puede terminar generando muchas más caras de frustración que de alegría. Baste decir que el déficit de vivienda en Colombia afecta al 31% de los hogares, y el mismo Gobierno reconoce que dicho déficit alcanza los 2,3 millones unidades habitacionales, es decir que apenas menos del 5% de los hogares sin casa recibirá una con este proyecto que ya casi es ley. Por supuesto, por algún lado habrá que comenzar y tiene sentido que las 100 mil viviendas se destinen  a los más pobres dentro de los pobres. Ahora bien, varias voces apuntan a señalar que no es buena idea regalar toda la vivienda, y que algún esfuerzo debería imponérseles a los beneficiarios, tales como aportar horas de mano de obra o alguna suma de dinero que permitiera, entonces, ampliar el número de soluciones habitacionales. Debe considerarse, en el panorama general que el crecimiento poblacional supera significativamente el crecimiento de la producción de vivienda nueva, que llega apenas a 2 unidades por cada 100.000 habitantes, lo que nos indica que las nuevas 100 mil viviendas apenas cubrirán el déficit previsto para los próximos cinco años y las actuales cifras quedarán inalterables. Y, además, tenemos carencias de vivienda muy complejas en las ciudades, donde se encuentra el 76% de la población, situación que es más preocupante ya que el Gobierno estima que para el año 2019 la presión demográfica incrementará la población de las cabeceras municipales en 10 millones de habitantes, según nos informa un reciente estudio de la Universidad del Rosario. Las dificultades de casa propia son tan altas que esta ley será apenas un paño de agua tibia. Y otro tema que deberá manejarse con toda seriedad será la calidad de las casas, generalmente convertidas en habitáculos de miseria y estrechez en cuanto programa de interés social se ha visto en el país. El ministro Vargas Lleras asegura que serán casas decentes, con precio de $40 millones, suma que en Paicol o Santa María, Huila, puede ser significativa pero en grandes ciudades apenas cubrirá una pequeña área construida. DESTACADO “Las dificultades de casa propia son tan altas que esta ley será apenas un paño de agua tibia”. Editorialito La marcha juvenil protestando por la violenta agresión a la que fue sometida la estudiante Laura Charry es una reacción positiva para condenar este tipo de comportamientos. La visibilización de estas horrorosas prácticas es el primer paso para contener este factor de violencia cotidiana. Ni una más, debe ser la consigna.