‘Las Farc se lo quieren llevar’

El senador Jorge Eduardo Géchem había sido advertido del secuestro, planeado durante un año por las Farc. El plagio, registrado hace diez años provocó la ruptura de las negociaciones de paz. El senador Jorge Eduardo Géchem había sido advertido del secuestro, planeado durante un año por las Farc. El plagio, registrado hace diez años provocó la ruptura de las negociaciones de paz. Ricardo Areiza LA NACIÓN, Neiva Un día antes del secuestro del jefe liberal Jorge Eduardo Géchem, el presidente Andrés Pastrana se preparaba para anunciarle al país una tregua con las Farc, como el comienzo de una negociación política, en medio del conflicto. secuestro Jorge Eduardo GechemEl ministro de Justicia, Rómulo González Trujillo confirmó que la tregua, con cese de hostilidades, comenzaría el 7 de abril de 2002, de acuerdo con las conversaciones que se venían desarrollando en San Vicente del Caguán, Caquetá. La tregua, como el preludio de las negociaciones, se advertía como un respiro en medio del escalamiento de la guerra que no se había detenido. En una entrevista radial, el ministro huilense, expresaba su optimismo frente al cese al fuego, como había ocurrido, años atrás, durante el gobierno del presidente Belisario Betancur.  El país lo escuchó con escepticismo. Once minutos después, a las 8:41 de la mañana, el avión comercial de la empresa Aires decolaba normalmente del aeropuerto “Benito Salas” de Neiva. La aeronave, un Desh the Havilland  8.300 de fabricación canadiense se dirigía a la capital colombiana, procedente de Florencia, Caquetá. Presagio En el pequeño avión, distinguido con la  matrícula HK3951X, se desplazaba el senador huilense Jorge Eduardo Géchem, quien ese miércoles se aprestaba a cumplir una apretada agenda de trabajo, en medio de las advertencias que había recibido. Como un mal presagio, cinco meses atrás, el 8 de septiembre de 2001, la misma aeronave había sido secuestrada por el guerrillero Arnobio Ramos. El dirigente liberal, presidente de la Comisión de Paz del Senado, había escuchado con simpatía el anuncio del presidente Pastrana sobre los mecanismos que se adoptarían para verificar el cumplimiento de la tregua. Géchem consideraba que el cese al fuego frenaría la escalada guerrillera que se había intensificado en las últimas semanas en varias regiones del país. En la Casa de Nariño, el comisionado de paz, Camilo Gómez, quien lideraba los diálogos de paz, también se preparaba para anunciar la verificación del cese de hostilidades. Sin saber que esa posibilidad quedaría en el aire, Géchem abordó el vuelo  8091, que horas antes había cambiado por razones de seguridad. Corazonada Como una corazonada, Géchem se reunió horas antes con su equipo de campaña. Siguiendo las pautas que le impartió el economista Miguel Hernández, grabó una cuña radial y dejó escritas todas las instrucciones. Durante algunos minutos conversó con Ramiro Charry Durán, a quien le expresó su solidaridad por la liberación de su madre, María Fernanda Durán. Luego se reunió con dirigentes del transporte y luego, partió hacia Rivera a otra reunión política. Consciente de los rumores, le pidió a su secretaria Luz Marina Rujana que le cambiara la reservación. Y le pidió que la hiciera a nombre de su conductor para que “nadie se enterara”. Días antes el alcalde de Tello Farid Gómez Rubiano lo había prevenido. “Jefe, cuidado. Las Farc se lo quieren llevar”, le dijo. Según el mandatario, un comandante de la guerrilla había anunciado que Géchem estaba en la lista. “Si es necesario, del cielo lo bajamos”, comentó el jefe subversivo.  No era la primera advertencia. En Bogotá también le habían comentado los rumores. “Cuídese que ‘Jerónimo’ se lo quiere llevar”, le advirtieron dos cercanas amigas, quienes habían sufrido en carne propia el secuestro de su progenitora. Hora crucial Géchem llegó al aeropuerto, para abordar el segundo vuelo. Cuatro guerrilleros, vestidos de civil, también cambiaron a última hora sus reservas. Entre ellos estaba Robinson Matiz Cubides y Sandra Milena Alsina Cañizares, alias ‘Yurani’, quien lo llamó por su nombre y lo saludó amigablemente. La mujer, quien lucía una falda negra, lo acompañó hasta el avión. El concejal Gorki Muñoz también se le aproximó a saludarlo. El dirigente liberal tomó una de las últimas sillas. El puesto lo compartió con el ex alcalde de Algeciras Álvaro Macías, quien se ubicó por sugerencia de Géchem al lado de la ventana. La mujer se ubicó en la silla trasera. Minutos después del decolaje, uno de los guerrilleros se dirigió hacia la cabina empuñando una pistola mientras el otro le apuntaba a los pasajeros. “Nadie se mueva. Somos de la Teófilo Forero, al que se mueva lo fumigamos”- ordenó-. “Los dos guerrilleros eran relativamente jóvenes, como las dos mujeres que los acompañaban. Los tipos tenían unas pistolas muy pequeñitas. Todos estaban nerviosos”, recordó Macías. El avión sobrevoló la represa de Betania y sorpresivamente cambió de rumbo. “En minutos llegamos a Hobo. Todos permanecíamos mudos. Los tipos, como nosotros, estaban supremamente nerviosos. Todos estábamos petrificados del miedo”, relató el ex alcalde de Algeciras. “Luego sentí el cimbronazo”, recordó Géchem. La capitana Dorian Ospina, había sido obligada a aterrizar en plena vía como había sido planeado un año atrás, según lo confesó un guerrillero desmovilizado. Ruptura Horas después, el presidente Pastrana no anunció la tregua, como estaba calculado, sino la ruptura del proceso de paz. “Manuel Marulanda. Yo le di mi palabra, siempre la cumplí, pero usted me ha asaltado en mi buena fe, y no sólo a mí sino a todos los colombianos. Desde el primer momento usted dejó vacía la silla del diálogo cuando yo estuve ahí, custodiado por sus propios hombres, listo para hablar”, declaró Pastrana en un mensaje por radio y televisión. “Usted ha convertido la zona de distensión en una guarida de secuestradores, en un laboratorio de drogas ilícitas, en un depósito de armas, dinamita y carros robados”, le espetó. “Se dijo que fui ingenuo, que estaba sordo, ciego, mudo ante la violencia. Pero no. Todo lo que hice fue con el único propósito de evitar que se siguiera derramando sangre”. Tres horas después, los aviones OV-10, con la última tecnología comenzaron  a sobrevolar la zona. Ocho mil hombres de las fuerzas especiales, con una treintena de aviones y una flotilla de helicópteros, partieron hacia el Caguán a bombardear 200 sitios estratégicos de la guerrilla que había frustrado una vez más, las posibilidades de negociar la paz. La ‘Operación Tánatos’, que significa muerte, había comenzado. La paz, fue la primera víctima. El presidente Andrés Pastrana con ‘Tirofijo’durante las frustradas negociaciones de paz. El secuestro del senador Géchem, provocó la ruptura.

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