Por: Juan Pablo Puentes Vargas
Uno de los ámbitos en los que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están teniendo más impacto es el empresarial. El funcionamiento de cualquier empresa moderna requiere de las TIC. ¿Se imaginan hoy en día una empresa que no use por lo menos un computador y acceso a internet? Si bien infortunadamente siguen existiendo muchos ejemplos de ello, especialmente en ciertos sectores como el rural, lo cierto es que la propia realidad de los negocios obliga a las empresas a usar las TIC cada vez más activamente para poder mantenerse en el mercado.
Los beneficios que puede obtener una empresa de un buen uso de las TIC son significativos y en diferentes ámbitos, desde lo comercial hasta en la productividad. Su uso en el campo comercial suele ser el más conocido. Allí se busca el aumento de la demanda de los productos y/o servicios de la empresa mediante el uso de herramientas como sitios web, redes sociales, publicidad por correo electrónico, mercadotecnia en buscadores web o SEM (Search Engine Marketing), entre otras. La presencia en redes sociales suele ser hoy en día lo más común, muchos negocios incluso nacen y funcionan en torno a las redes sociales, por ejemplo, las tiendas virtuales. A pesar del gran potencial, la realidad es que todavía muchas empresas ni siquiera tienen presencia en redes y mucho menos un sitio web u otras herramientas.
Pero ojo, no caigamos tampoco en el error de tener redes porque sí, su creación y mantenimiento debe responder a una estrategia definida y preverse entre otras cosas la persona o personas que se encargarán de manejarlas a futuro. Similar se puede decir de herramientas como los sitios web. Infortunadamente, no es extraño encontrar webs o redes sociales de empresas con información desactualizada o sin una publicación desde hace más de un año. Esto es contraproducente y puede perjudicarnos, por ejemplo, los posibles clientes pueden pensar que la empresa no está en funcionamiento o ver una dirección antigua que ya no corresponde a nuestro negocio y ser incluso hasta de posibles competidores. Las TIC entonces brindan una oportunidad para captar nuevos clientes y consolidar los actuales, sin embargo, su uso debe darse de manera planificada e informada, idealmente, con la asesoría de un profesional.
Por otro lado, hay herramientas TIC que sirven para el aumento de la productividad. Para destacar son los sistemas de planificación de recursos empresariales o ERP (enterprise resource planning). Estos son básicamente software que permiten una mejor gestión de diferentes procesos internos de una empresa, desde áreas como producción hasta contabilidad. Pero si bien hay soluciones modulares con un módulo para cada área, hay productos independientes especializados en una sola, algunos de los más conocidos son los de contabilidad. El mercado ofrece una variedad de soluciones en materia de ERP: soluciones de software libre, de software privativo, ofertados por empresas locales, por multinacionales, con soporte extendido, etc. Cada negocio deberá ver qué solución es más adecuada a sus necesidades y presupuesto.
Se puede concluir señalando que, así como las TIC ofrecen herramientas muy útiles que permiten mejorar la comercialización, hacer más eficientes los procesos y en general mejorar la competitividad de las empresas, estas traen consigo una serie de riesgos y aspectos a considerar a la hora de su implementación y uso, tanto técnicos como jurídicos, por lo cual siempre es recomendable contar con asesoría profesional para una mejor adopción y mitigar riesgos.