La primera hamburguesa producida enteramente en laboratorio a partir de células madre de res fue cocinada y degustada ayer en un concurrido acto celebrado en Londres, para promocionar este invento cuyos creadores esperan que revolucione la industria alimentaria.
Apodada ‘Frankenburger’ por la prensa, la hamburguesa in vitro es por ahora inasequible para la inmensa mayoría de la población mundial, puesto que su costo de fabricación ronda los 250.000 euros (330.000 dólares), pero sus defensores consideran que podría garantizar la sostenibilidad de la producción cárnica.
Dos voluntarios, la investigadora austríaca especializada en alimentos Hanni Rutzley y el periodista gastronómico estadounidense Josh Schonwald, fueron los encargados de probar el experimento ante la curiosa mirada de 200 periodistas en un plató de televisión decorado como un programa de cocina.
El trozo de carne, de 142 gramos, fue cocinado por un chef profesional británico con aceite de girasol y mantequilla, y servido en un plato acompañado de pan, lechuga y tomate.
Su creador, el científico neozelandés Mark Post, de la Universidad de Maastricht, señaló por su parte que el objetivo de la presentación era "mostrar que podíamos hacerlo, que la tecnología existe".
"Pero, para mejorarlo, necesitaremos probablemente unos 10-20 años para que llegue al supermercado", admitió.
El profesor invirtió junto con su equipo seis semanas en confeccionar su hamburguesa a partir de 20.000 minúsculas muestras de carne cultivada en laboratorio. Los investigadores le añadieron pan rallado, sal y huevo en polvo, así como jugo de remolacha y azufre para el color.