La Nación
COLUMNISTAS

Lo que inicia mal termina mal. Por Luis Humberto Tovar Trujillo

Así inicio y así terminó el proceso de la elección de la Fiscal. Un proceso con antecedentes realmente vergonzosos, donde en el acto supremo de la politiquería más ramplona, la Corte de Casación, ante la negativa de la elección del fiscal con maniobras habidas y por haber, durante más de un año, mientras organizaba todo el escenario de venganza política contra el Presidente Uribe, eligió Fiscal, en un procedimiento poco jurídico, llegando hasta reformar el reglamento de la corporación para “cuadrar” mayorías, ante su incapacidad de llenar las vacantes, en una pelea política interna descomunal, resolvieron, maniobrar el reglamento y satisfacer sus mezquinos intereses, eligiendo a  quien mejor garantizaba sus apetitos. Lo único que lamento de lo sucedido, fue la derrota de la ponencia del Dr. Yepes, anunciada con bombos y platillos por los medios, me imaginaba el sentido, dadas las coincidencias en la cátedra universitaria con la interesada, por compartir academia en la Universidad del Rosario, pero debo decir que el Consejo de Estado, con la decisión adoptada, salvó los muebles como se dice en el argot popular. Y tenía que terminar mal este proceso para los intereses de la Fiscal, porque pese a los áulicos de siempre, no fue una gestión que generara confianza, tuvo expresiones que denotaban estar haciendo un mandado, cuando creyendo su mayor logro, después de la audiencia de Arias, y ante los medios expresó: “le hemos cumplido al país”; pareciera que su misión se hubiera cumplido, y posteriormente, en el proceso reciente del Doctor Luis Carlos Restrepo, a quienes respetables juristas consideran legítimo haber acudido a su protección internacional, por sentirse sin garantías por haber denunciado a su esposo, el arcángel Lucio, y otras situaciones denunciadas en El Colombiano de Medellín. Está bien que los esposos se sientan orgullosos entre si, pero lo que no hay derecho es al cinismo de la Fiscal, donde pese a todas las denuncias públicas de las supuestas participaciones de este señor en situaciones que la misma fiscalía investiga, hubiera aparecido con ese trofeo ante los funcionarios y el país, repartiendo moral y transparencia. Incluir a la Fiscal en una eventual nueva terna, da por descontada su nueva elección, con unos efectos absolutamente nocivos para las instituciones, ya que se estaría legitimando el perdón, por la acción prevaricadora, que por expresiones ante los medios de algunos de quienes actuaron en este vergonzoso episodio de la vida nacional, hubo voces de advertencia ante semejante procedimiento de reforma. Lástima que el odio, la venganza, las maniobras para dar rienda suelta a pasiones humanas de baja estopa, se haya apoderado de quienes se creían eran el soporte moral de Colombia.