El columnista On Line de LA NACIÓN.com.co Camilo Montealegre nos desnuda un crudo panorama de lo que está ocurriendo en Gigante, Huila.
Con la incursión de la represa “El Quimbo” a la realidad del municipio de Gigante, han sido muchos los desaciertos en los que se ha visto envuelta la comunidad. Ya poco o nada queda del pueblo tranquilo al que se podía salir a la hora y en el día en que se quisiera.
Con lo sucedido del día sábado, quedó más que evidenciado el nivel de complejidad social con el que se vive. El hecho de que la juventud deambule desaforada en medio de grandes dosis de licor, mezclados con lo que puede ser un incipiente tráfico masivo de estupefacientes, en sí mismo ya es escandaloso; pero si a esto se le suma la actitud semi anarquista al oponerse al accionar de la autoridad, agrediendo, iniciando una batalla campal, exponiendo aún su vida, deja descrestado a cualquiera.
Según he conocido de la misma gente del municipio, la policía local ya no da abasto para manejar la situación. Es tanta la mano obrera foránea que va y viene, de tantas regiones, de tantos talantes, que es casi imposible tener referencias claras del problema. Ya se comienza a rumorar entre los mismos pobladores que a la Alcaldía municipal se le creció una bola de nieve que ahora ya, como ocurrió el sábado pasado, fácilmente se le sale de control.
La construcción de la Hidroeléctrica ha procreado consigo una cantidad de inconvenientes que a las autoridades locales y regionales se les “olvidó” prever.
Y si se piensa que los males culminan con la repetición paulatina de estos eventos, me parece a mí que el mal mayor llegará en un par de años. El caótico fenómeno inflacionario del municipio va a acabar por enterrar de peor manera la ya mal herida sostenibilidad financiera. Las personas han visto incrementar invasivamente los precios de todos los bienes y servicios ofrecidos, conllevando con esto a que una vez ida la masa voluptuosa de trabajadores, y por tanto, de flujo paulatino de dinero, las deudas adquiridas y el estilo de vida preconcebido durante todo este tiempo llevarán a un desplome profundo en la capitalización, quebrando en cuestión de días a más de uno.
El Alcalde debe estar mucho más atento, y quien llegue a la alcaldía en el 2016 sí que va a tener más trabajo. El fenómeno del Post-Quimbo va a necesitar urgentemente un plan de choque que reactive el comercio y la agricultura. La infraestructura que hasta hoy viene apareciendo como contraprestación a la construcción de la Hidroeléctrica, debe ser lo suficientemente bien ejecutada para que genere beneficios siquiera por los próximos diez años. La incursión de planes de estudio técnicos se hacen muy necesarios, sobre todo para determinar con suficiencia el índice de Giganteños que una vez terminada la obra van a quedar totalmente desempleados.
El Gigante de papel sigue siendo un sofisma que se inventó por nadie, pero que afecta a todo el mundo.