Tras su paso por el Congreso de la República, el presidente Gustavo Petro ha procedido a sancionar la ley 2354 con la que se regula el uso y venta de vapeadores y cigarrillos electrónicos en el país y cuyo objetivo “es contribuir a garantizar los derechos a la salud de los habitantes del territorio nacional, especialmente la de los menores de 18 años y la población no fumadora”.
En ese sentido, se regulará el consumo, venta, publicidad y promoción de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (Sean), y Sistemas Similares Sin Nicotina (Sssn), los Productos de Tabaco Calentado (PTC) y Productos de Nicotina Oral (PNO), entre otros.
Por cuenta de esta ley, deberán desarrollarse en todo el país “programas y proyectos enfocados en la prevención y cesación del consumo de cigarrillos”, los cuales, deberán estar alineados con los requerimientos del Ministerio de Salud y Protección Social.
“El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Salud y Protección Social, diseñará y pondrá en marcha estrategias y campañas educativas sobre los potenciales efectos y riesgos para la salud del uso de cigarrillos electrónicos”, dice la nueva normativa.
Aunque muchos no lo crean, el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores es cada vez más frecuente en el país. Es una realidad inocultable. De acuerdo con cifras oficiales, en Colombia más de 200.000 menores de 18 años han consumido cigarrillos electrónicos.
Estos productos se han venido promocionando como de “menor riesgo” y como útiles para “dejar de fumar”. Sin embargo, el Ministerio de Salud ha indicado que ninguna de estas afirmaciones cuenta con evidencia suficiente. Por el contrario, está demostrado que el consumo de cigarrillos electrónicos triplica las probabilidades de fumar cigarrillos convencionales en adolescentes y jóvenes. Así mismo, el consumo de estos productos ha llevado a miles de adolescentes en el mundo a presentar graves enfermedades respiratorias que requieren tratamiento especializado.
Ante semejantes riesgos, ya era hora que se impusieran restricciones a la venta de cigarrillos electrónicos a menores de 18 años. El gran reto como toda ley que se expide en Colombia es lograr que no quede en letra muerta.