AMAURY MACHADO RUEDA/LN
Causaron tragedia y dolor, repudio. Estos son los 11 hombres que este año en el departamento acabaron con la vida de igual número de mujeres de manera despiadada. En todos los casos, los victimarios tenían o habían tenido alguna relación sentimental con sus víctimas. ¿Qué los llevó a este nivel de violencia hacia la mujer?
Once feminicidios se han registrado en territorio del departamento del Huila en lo corrido del año 2017. Mujeres asesinadas “por su condición de ser mujer o por motivos de su identidad de género”, como lo define la ley 1761 de 2015, a manos de sus compañeros o ex compañeros sentimentales, esposos, ex esposos o personas con quien habían entablado una relación momentánea.
Los hechos lamentables iniciaron el 2 de enero con Marisol Velázquez Tumiña en el centro poblado de Bruselas del municipio de Pitalito, y los más reciente son los de Gina Paola Manrique el 18 de noviembre en Neiva y Deisy Yureli Pantoja Quilindo el día 20 de ese mismo mes en Belén, jurisdicción del municipio de La Plata.
De estos 11 feminicidios, 9 han logrado ser esclarecidos por la Seccional de Fiscalía Huila en conjunto con la Sijin y el Ejército Nacional, y se han capturado a los responsables que hoy tienen imputación y medida de aseguramiento carcelaria, incluso uno de los feminicidas ya recibió sentencia condenatoria. En los dos casos restantes, en uno el victimario terminó suicidándose, y el otro está en investigación sin haber aún captura del asesino.
Esto sin contar con los varios casos que se presentaron este año de huilenses víctimas de feminicidio en otras regiones fuera del departamento.
Aunque las autoridades dicen hacer un intento por fortalecer las políticas públicas en atención integral y prevención en el tema de eliminar la violencia de género, parece no ser suficiente ante las cifras que aumentan de manera preocupante, y ligadas a factores sociales y hasta económicos.
Para Justino Hernández, director de Fiscalia Seccional Huila, estos hechos dejan entrever que la comunidad necesita una intervención importante de políticas públicas dirigidas a la salud mental de las parejas que un día deciden tener una relación sentimental.
“Si bien la Fiscalía y la administración de justicia actúa desde el derecho penal sacando del tráfico social a estas personas que hacen tanto daño, el tema tiene que ver mucho con una primera infancia, hogares funcionales y sobre todo en enseñar al hoy compañero sentimental, esposo, novio que de ninguna manera su pareja es de su propiedad sino que es un ser humano con libre autodeterminación para poner fin a una relación. Si nosotros vemos estos últimos 11 feminicidios, la mayoría de ellos tienen que ver con algún proceso de rechazo a su compañero o de separación o divorcio donde la única manera de dar solución al conflicto es dar causar la muerte a esa persona con quien tuvo esa relación”, manifiesta de el Director.
Aquí traemos un recuento de estos asesinatos y sus perpetradores.
No resistió las agresiones
El de Marisol Velázquez Tumiña de 22 años, a manos de su compañero sentimental Jeison Samuel Fernández Imbachi, fue el primer caso de feminicidio que se registró este año en el Huila, el 2 de enero. Tuvo lugar en el barrio Centro del corregimiento de Bruselas, Pitalito. En medio de una discusión, el sujeto le propinó una herida en la parte izquierda de la cara, dos lesiones con arma blanca en la espalda, laceraciones en el dorso y cerca de la columna.
Después del brutal ataque Marisol fue trasladada al centro asistencial y hasta allí llegaron los efectivos de la Policía Huila y recibieron la denuncia en contra de Fernández Imbachi, quien fue capturado por el delito de lesiones personales. Pero las heridas fueron tan graves que le ocasionaron la muerte horas después, y acabaron con los sueños y anhelos de esta joven.
Las peleas entre la pareja y el maltrato al parecer venían presentándose de manera reiterada, hasta que ese día ocurrió la tragedia. El asesino continúa detenido en centro carcelario y el proceso judicial por feminicidio está en etapa preparatoria al juicio.
Mató a estilista con escopeta
El 9 de febrero, Luis Ángel Ramos Claros, o Anyela Patricia, como era más conocida la estilista de 35 años miembro de la comunidad LGTBI, fue asesinada en el municipio de Garzón por Davinson Stivenson Erazo Sánchez. El crimen está clasificado por la Fiscalía como un feminicidio dada la condición de género de la víctima y de otras características del caso.
El ataque ocurrió al interior de un centro de estética en el barrio Las Mercedes en el que laboraba Anyela, a una cuadra de la estación de policía de Garzón. Hasta allí llegó Erazo Sánchez de 21 años con una escopeta, lanzando ofensas sobre la orientación sexual del estilista y posteriormente le disparó por la espalda dejándolo gravemente herido.
Luego el agresor salió a pie y fue capturado a pocos metros por los agentes de la Policía. Anyela alcanzó a ser llevada hasta el Hospital Departamental San Vicente de Paúl, donde los médicos tras intentar salvarle la vida, finalmente murió. En breves declaraciones a los medios de comunicación, mientras era conducido para imputarle cargos ante un juez de control de garantías, el asesino indicó que Ramos Claros merecía morir porque hacía mucho daño, y que él y toda su familia efectuaban prácticas satánicas y que lo habían obligado a participar en ellas.
Davinson Stivenson Erazo se encuentra detenido con medida de aseguramiento carcelario y su proceso judicial va en etapa preparatoria.
La mató, enterró y la denunció como desaparecida
El 2 de marzo de 2017, Lucy Ladino Parra una mujer campesina, fue asesinada con una escopeta y enterrada en una fosa por su propio compañero sentimental Edgar Urriago Urriago, de 49 años, hechos ocurridos en la vereda El Rosario del municipio de Garzón.
Según versiones oficiales, él mismo fue quien luego la reportó como desaparecida, pero tras varios días de seguimiento las autoridades pudieron establecer que Edgar Urriago, planeó con anticipación y ejecutó el atroz feminicidio al parecer para apoderarse de un seguro de vida.
El hombre, también dedicado a las labores del agro, luego de ser capturado por la policía, confesó el escalofriante crimen y reveló el sitio donde sepultó a su compañera sentimental, cerca de donde residían. El feminicida se encuentra en la cárcel y ya fue condenado a 33 años de prisión por aprobación de un acuerdo con la Fiscalía.
Asesinada y sepultada por el presunto amante
El 21 de mayo de 2017, Cindy Paola Galeano Gómez de 28 años fue asesinada en Pitalito por José Luis Calderón Hernández, con quien al parecer sostenía una relación extramarital. La mujer era oriunda de Villagarzón, Putumayo, y vivía con su esposo en el conjunto cerrado la Candelaria del municipio huilense, localidad que escogió para adelantar sus estudios superiores de Zootecnia en la UNAD. Era además egresada de sicología de la Universidad El Bosque, de Bogotá.
Sin embargo todo se vio interrumpido por su extraña desaparición. El caballista José Luis Calderón quien era también amigo del esposo de Cindy, en esa ocasión, aprovechando que éste se encontraba en la capital del país invitó a Cindy a reunirse con él. La última vez que la vieron con vida, fue cuando salió aquel día sobre las 9:30 de la mañana de su casa en un taxi.
Dos días después de desaparecida, el esposo de la mujer empezó a recibir llamadas intimidantes en la que le exigían una cantidad de dinero por entregar a Cindy. Investigadores del Gaula del Ejército y la fiscalía siguieron la investigación y lograron aclarar el caso.
El jueves 31 de agosto, 101 días después de su desaparición, con orden de captura en mano y con pruebas suficientes fue capturado en su residencia José Luis Calderón Hernández, quien al darse cuenta que las autoridades lo tenían como el principal sospechoso, confesó haber acabado con la vida de Cindy para después enterrarla en zona baldía de la pesebrera La Virginia de propiedad de su familia, muy distinguida en esa región del Huila.
Luego en testimonio a la fiscalía, indicó que él no la asesinó, que ella sufrió una sobre dosis por drogas y luego la enterró. El cuerpo fue encontrado el 2 de septiembre por los peritos especializados y el antropólogo forense que llegaron a Pitalito desde Bogotá. El cadáver estaba en ropa interior, en posición fetal, sus allegados la reconocieron por su larga y hermosa cabellera.
Calderón Hernández, no gozaba del aprecio de los caballistas de la región por algunos antecedentes de caballos robados en la ciudad de Cali y que habían sido encontrados en esa pesebrera, hecho que lo habría marcado como una persona no confiable para el gremio. Se conoció también que una de las grandes pasiones de este hombre, era participar en peleas de gallos. Actualmente se encuentra con medida de aseguramiento carcelaria intramural, y su proceso judicial continúa aún sin una condena.
A cuchillo, puso fin a su existencia
El 3 de junio de 2017, fue asesinada Miriam Céspedes Trujillo de 56 años de edad, por su compañero sentimental Wilson Salcedo Medina, de 52 años, en su casa en zona céntrica del municipio de Santa María. El agresor llegó a la vivienda sobre las 5:20 de la mañana bajo los efectos del alcohol y en medio de una acalorada discusión agredió en cuatro oportunidades con un cuchillo a Miriam a la altura del pecho y el cuello, causándole la muerte de manera inmediata.
Los gritos desesperados de la mujer, en su intento de pedir ayuda mientras la agredían, alertaron a los vecinos de que algo sucedida, uno de los hijos de la pareja intentó ayudar a su madre, pero desafortunadamente ya se encontraba sin vida.
Wilson Salcedo logró huir y salir del Huila, pero prontamente fue detenido en la población de Gaitania en el sur del Tolima, por agentes de Policía Nacional de Natagaima. Presuntamente la pareja discutía constantemente, pero nunca se recibió una denuncia formal, además al parecer, el hombre consumía estupefacientes.
El feminicida será condenado a 31 años y tres meses de prisión, tras firmar un preacuerdo, al confesar que la asesinó por celos.
La mató a ella y a su pequeña hija
El 14 de junio, fue asesinada Damys Isabel Carvajal de 28 años de edad quien tenía cinco meses de embarazo y su pequeña hija de 3 años Sofía Velásquez Carvajal, por su compañero sentimental y padre Jefferson Andrés Velásquez, de 18 años de edad. Ocurrió en una vivienda en el barrio Oasis, sur de Neiva, a la 1:15 de la madrugada. La mujer era además madre de otros dos niños de 8 y 11 años.
El joven, aduciendo que venía padeciendo de extraños episodios de “brujería” y voces que le hablaban, en un arranque violento tomó un cuchillo y asesinó a la niña mientras ésta dormía, y luego agredió a Damys dejándola malherida.
Jefferson, trastornado salió hacia la calle con el arma homicida en la mano, y a pocas cuadras fue detenido por agentes de la Policía. Y aunque reconocía después no merecer vivir por lo que hizo, en su rostro solo se manifestaba un halo de locura y sordidez. Para sus familiares, el hecho los tomó por sorpresa, pues manifestaron que la niña era la adoración de Jefferson. En el caso hay indicios de el joven viniera maltratando a Damys desde hace un tiempo, incluso ya existía una denuncia por una agresión física.
El autor del feminicidio agravado y homicidio agravado se encuentra en la cárcel enfrentando proceso judicial, y su condena sería de 500 a 600 meses de prisión.
Puñaladas mortales
El 3 de julio de 2017 fue asesinada Diana María Mendoza, de 34 años, en el municipio de Guadalupe, por su compañero sentimental Luis Eduardo Rodríguez Villalba de 23 años, quien le propinó dos puñaladas a nivel precordial.
Sobre las 4:30 de la madrugada, la pareja tuvo una discusión en vía pública, al término de las fiestas sampedrinas en la localidad. Luego de la pelea, el hombre con una navaja la hirió, y a pesar de haber sido llevada a un centro asistencial, Diana María perdió la vida durante el traslado.
En medio de la confusión de lo sucedido, Rodríguez tomó un bus intermunicipal con destino a Florencia, Caquetá, donde fue capturado cuando se encontraba en la terminal de transportes de esa ciudad, pero fue dejado en libertad horas después por no tener una orden de captura en su contra. Con las pruebas de su autoría, el Juzgado Primero Penal Municipal de Garantías de Garzón expidió una orden de captura en su contra. La detención del hombre se hizo efectiva a finales del mes de julio de este año, por unidades del Cuerpo Técnico de Investigación del Huila CTI, que fueron hasta el municipio de El Paujil, Caquetá, donde se escondía de la justicia. El operativo contó con el apoyo del Gaula Militar del Caquetá.
El presunto asesino se encuentra detenido en la cárcel y se le adelanta proceso judicial que va en etapa de formulación de acusación.
Soldado la asesinó
En menos de 72 horas, en ese municipio de Guadalupe, otro feminicidio consternó a sus pobladores, El 5 de julio de 2017. El sargento viceprimero Jaime Chala Pérez, adscrito a la Brigada Móvil No 6 del Ejército Nacional, asesinó a su ex compañera sentimental Erika Yireth Rodríguez Ramírez de 35 años. Al verla muerta en el piso, él tomó la decisión de suicidarse y se dio un disparo en la cabeza.
Según los amigos de Yireth, ella era una mujer luchadora, trabajadora, que se dedicaba a la venta de comidas rápida, había tenido dos hijos de 10 y 4 años de una relación anterior a los que ella sostenía y desde hace dos años tenía un noviazgo con el sargento aunque últimamente se habían distanciado. Incluso aseguran que había terminado con él días recientes a la tragedia.
El militar, de 40 años, laboraba en Cartagena del Chairá, Caquetá y por esos días visitaba a Érika en su casa del barrio Santa Lucía, en Guadalupe, donde se presentaron los hechos. El sargento le disparó en tres oportunidades con su arma de fuego y luego él se propinó un disparo en su humanidad. Al parecer, el militar habría visitado a la mujer para proponerle que no le terminara y que por el contrario contrajeran matrimonio. Pero hubo una discusión que terminó en una dolorosa tragedia.
No se suicidó, él la habría asesinado
El 18 de noviembre de 2017, en el barrio El Cedral de la ciudad de Neiva, la empresaria y comerciante Gina Paola Manrique, de 38 años de edad, fue encontrada sin vida al interior de su casa en horas de la madrugada. Las primeras pesquisas daban cuenta que la mujer, madre de dos hijos, se había autoeliminado por mecanismo de suspensión.
Edgar Alexander Calderón Algarra, fue quien se presentó ante las autoridades aduciendo que su esposa se había suicidado. Pero la inspección técnica a cadáver de Gina, las entrevistas que practicó la fiscalía en los momentos posteriores a encontrar el mismo, y el concepto de Medicina Legal generaron junto con indicios que al parecer había sido asesinada por estrangulamiento y su victimario es el esposo, con quien estaba en trámite de separación.
A los ocho días siguientes, con una orden judicial, se logró la captura del feminicida, materializada en el centro comercial Salitre Plaza en Bogotá. Calderón Algarra está siendo investigado y se encuentra con medida de aseguramiento en centro carcelario.
Sin piedad, le propinó 60 puñaladas
El más reciente caso, y se espera que sea el último en el Huila, es el de Deisy Yureli Pantoja Quilindo, la estudiante de 17 años ultimada de 60 puñaladas por su ex compañero sentimental de 21 años, Duvan Alexander Sánchez Guzmán. El feminicida, le dio muerte de manera cruel y despiadada a la jovencita saliendo del colegio, en el centro poblado de Belén, municipio de La Plata.
Eran ya reiteradas las agresiones de las que venía siendo víctima la humilde jovencita, por lo que ella decidió terminar con la relación y continuar viviendo en casa son sus padres y su bebé de 16 meses de nacida, fruto de esa unión. Pero Sánchez Guzmán, quien vivía a escasos metros de la vivienda, continuó persiguiéndola a todas partes, celándola, agrediéndola, pues no aceptada la ruptura de la relación.
Aunque Deisy quiso denunciar lo que venía padeciendo, al parecer no lo logró pues encontró según algunas versiones, trabas para hacerlo, sumado a su timidez para comentar a alguien que le ayudara con su situación. Finalmente, el agresor le dio muerte, a pleno mediodía, y ante la mirada atónita de los pobladores de Belén, que no pudieron hacer más que tratar de retener al asesino para que no huyera. Fueron soldados del Ejército, los que lo capturaron y hoy se encuentra con medida de aseguramiento en centro carcelario.
Duvan Alexander Sánchez Guzmán, según se conoció, creció en un hogar disfuncional, donde el maltrato y el castigo reinaban, por parte de sus padres. Lo que se cree lo hicieron un hombre violento, sin escrúpulos, sin un trabajo o proyecto de vida. Deisy, por el contrario, era una niña alegre, tranquila, con sueños de graduarse del colegio y seguir estudiando ingeniería ambiental, y ver crecer a su pequeña hijita. Sus compañeros del colegio, aun la adolecen y recuerdan con pesar aquel trágico fin.
Que no quede impune
Este caso de posible feminicidio que aún las autoridades no han podido esclarecer, es el de Adela Cabrera León, quien fue encontrada sin vida el 7 de mayo de 2017, en un paraje solitario del barrio Altico, cerca al sitio La Azufrada, en la cabecera urbana del municipio de La Plata. Su cuerpo semidesnudo en medio de un pastizal, presentaba signos de tortura y aparente abuso sexual. Son varios los sospechosos, pero aún no se han reportado capturas.
Oriunda del municipio de La Plata, Adela tenía la edad de 51 años, era madre soltera de tres hijos varones y se destacaba en las labores del campo, permanecía de lunes a viernes trabajando en las fincas cerca del pueblo recolectando café y regresaba los sábados a su casa en el barrio Diego de Ospina. Fue en una salida a departir, que le ocurrió la tragedia. Al parecer varios hombre con los que se encontró en horas de la noche, la llevaron a aquel sitio y tras abusarla, la ultimaron cruelmente.
De este caso, las autoridades, aún no han dado con los responsables, y sus familiares exigen justicia para que no quede en la impunidad.
Municipios donde ocurrieron los feminicidios 2017
- Pitalito 2 casos
- Garzón 2 casos
- Santa María 1 caso
- Neiva 2 casos
- Guadalupe 2 casos
- La Plata 2 casos
Perfil del agresor en la violencia de genero
Cuando se habla del agresor en la violencia de género, es necesario resaltar que la mayoría de las ocasiones es una persona a quien la víctima tiene bastante afecto, puede ser su pareja sentimental; sin embargo, puede presentarse tipos de agresiones por parte del progenitor, parientes, entre otros. Por otra parte, es importante tener claridad qué tipo de comportamientos puede tener el agresor, y que muy probablemente se han ido normalizando en el diario vivir.
Como primera medida, se debe analizar que situaciones tanto actuales como en el pasado se han presentado comportamientos de violencia, es decir si esa persona consume alcohol en exceso, o también sustancia psicoactivantes; tiene conductas relacionadas con los celos, como lo es seguir o vigilar constantemente a su pareja, ya sea por las redes sociales, revisar el celular, correo sin su consentimiento, mandarla a espiar. Tiene una actitud sexista y siempre justificará sus comportamientos de violencia sean pasivos (indiferencia, obstruccionismo, sarcasmo, ineficiencia intencionada) o agresivos (maltrato físico y verbal), o violencia económica (el abusador tiene control total del patrimonio familiar común).
En diferentes ocasiones los abusadores tienden a justificar sus comportamientos como una enfermedad mental de la cual no pueden escapar. Esto es un mito, del cual se debe hacer frente, puede que en casos muy específicos el abusador tenga algún trastorno mental, pero en la mayoría de situaciones son personas totalmente sanas que tratan de buscar una justificación social para sus actos inadecuados.
Ante estas situaciones de violencia, lo primero que se debe buscar según Vargas y Coria (2017) es un establecimiento de colaboración: buscar ayudas de instituciones especializadas en violencia de género. Segundo, Identificación de situaciones de riesgo: Se identifica el patrón conductual del agresor y como se puede proteger la víctima del agresor. Tercero, Establecer conductas de autocuidado: Se identifica junto a la víctima que situaciones son de vital importancia en las cuales debe evitar confrontaciones de agresión verbal y física, situarse en lugares que le permita protegerse o retirarse del lugar. Cuarto, Abandono de la situación de riesgo: (se debe tener un plan de contingencia de como salir del lugar, en este caso el agresor no debe tener conocimiento). Quinto, Reincorporación hacia una vida valiosa: La víctima sale de la situación de riesgo, ha llevado un proceso legal. Hay cese de contacto con el agresor, se brinda ayuda médica y psicosocial, hay una mejora de la calidad de vida y prevención de futuras situaciones.
Diana Mercedes Andrade Oviedo
Psicóloga – Universidad Surcolombiana
Magister Psicología Clínica – Universidad Javeriana
Docente Universitaria
Miembro Junta de Gestión Capitular
Capítulo Huila y Amazonía- Colpsic
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