El abogado César Alberto Sierra Avellaneda es buscado por las autoridades por su presunta participación en el secuestro y asesinato del caballista Arbey Vargas Trilleras, en Pitalito. El profesional está siendo también procesado por el homicidio del abogado Luis Gerardo Ochoa y buscó ser ‘testigo estrella’ en otro crimen.
El abogado Cesar Alberto Sierra Avellaneda se ha convertido en un ‘oscuro’ personaje en los pasillos del Palacio de Justicia en el municipio de Pitalito. Dos asesinatos de personas reconocidas en la localidad lo rondan. Además buscaba ser testigo clave en el homicidio del empresario huilense Jhonny Orjuela, fundador de Surtifruver.
Y es que el nombre de Sierra Avellaneda volvió a sonar en los últimos días, luego de la captura de los cuatro hombres que estarían comprometidos en el secuestro y posterior asesinato del caballista y presidente de la Asociación de Caballistas Laboyanos ‘Asocala’ en Pitalito, Arbey Vargas Trilleras.
Uno de los implicados, Brayan Steven Rojas Macías, en las audiencias preliminares ante el juez de garantías en la ciudad de Neiva, contó detalles. “Lo han señalado como el determinador del secuestro y el homicidio”, dijo una fuente cercana al caso.
Sobre Sierra Avellaneda, representante de la firma constructora Soginco, un juez de garantías de la capital huilense ya expidió la orden de captura en su contra por los delitos de secuestro y homicidio agravado, por solicitud de la Fiscalía Sexta Especializada.
El abogado y empresario llegó al Valle de Laboyos a finales del 2016 y semanas después logró que le fueran cedidos los terrenos de la Fundación Coffer, organización creada por los miembros de la Iglesia Cristiana La Voz de Dios.
Abogado Ochoa
La primera vez que el nombre de César Alberto Sierra salió a relucir en los estrados judiciales, fue en la investigación por el asesinato del también abogado y expersonero de Pitalito, Luis Gerardo Ochoa Sánchez, cuando se encontraba en su oficina en la carrera Cuarta de Pitalito, el jueves 6 de abril de 2017.
El abogado y empresario, recobró su libertad por orden de un juez de garantías del municipio de Garzón, en mayo de 2019, por vencimiento de términos. Desde su detención el 8 de septiembre de 2017, Sierra Avellaneda permaneció con detención domiciliaria en su residencia en Bogotá. Llevaba 19 meses con la medida privativa y la Fiscalía no logró culminar la acusación ni iniciar el juicio oral.
Según la fiscal 28 Seccional, Martha Libia Lizcano, Sierra Avellaneda apareció en una llamada telefónica interceptada a Mauricio Parra, también investigado por el homicidio del abogado Ochoa, donde este último habría dicho “va pal hueco” en una presumible amenaza de muerte contra Ochoa Sánchez.
El hombre, quien fue vinculado al proceso penal en calidad de determinador, trató de conseguir el principio de oportunidad y rindió declaraciones contra Parra, ante funcionarios del Grupo Especializado para Investigar los Delitos de Homicidios de Alto Impacto (Gespol), luego ante fiscales de la Unidad de Vida y ante la Unidad de Lavado de Activos.
No obstante a un medio local de Pitalito, le señaló que no es cierta la supuesta colaboración con la Fiscalía. “Nunca solicité colaborar con la Justicia porque mi conciencia no es negociable. La Fiscalía utilizó las declaraciones para esclarecer algunos hechos”, señaló al portal svcnoticias.com.
Testigo clave
Sierra Avellaneda se iba a convertir además en testigo estrella de la Fiscalía en la investigación del asesinato del empresario huilense, Jhonny Orjuela, propietario de Surtifruver y del que fue llamado a juicio Mauricio Parra, socio de Sierra.
Según medios nacionales, Carlos Alberto habría dado dos declaraciones a la Fiscalía y no fueron anunciadas en la audiencia preparatoria para el juicio oral y quedaron por fuera del proceso penal.
La primera declaración bajo juramente la rindió acompañado de su abogada Adriana Sánchez, el 23 de febrero de 2018 en el búnker de la Fiscalía en Bogotá, en la que habló genéricamente de Mauricio Parra y Cecilia Rueda, exesposa de Orjuela. “Parra empezó a hacer chistes que siempre solía hacer. Decía que había personas que muertas sirven más que vivas, a hacer señalamientos, se veía afectado por lo que le sucedía a Cecilia”, indicó el diario El Espectador en diciembre de 2019.
En la declaración juramentada, Sierra habló de lo tormentosa que, en su parecer, era la relación de Rueda y Parra; dijo que de un momento a otro, Mauricio Parra empezó a enfocarse en hacer un avalúo de la marca y de la empresa Surtifruver y proyectar su venta. Esa, palabras más, palabras menos, fue su declaración del 23 de febrero de 2018. Cuatro meses más tarde, el 20 de junio, Sierra hizo una segunda declaración a la Fiscalía, en la que señaló que Parra le había contado que su novia, Cecilia Rueda, le pidió “ayuda” para matar a Jhonny Orjuela. “‘Cecilia es la persona que me dice que matemos a ese hijueputa. Y considero que tiene razón, voy a darle solución a este tema, ese hijueputa se tiene que morir’. Para mí fue muy incómodo escucharlo (…) Parra me decía que la señora Cecilia ya no tenía entradas de dinero, que le habían bloqueado las visitas con sus hijos”.
Sierra Avellaneda señaló al Espectador que la presión a la que estuvo sometido mientras estaba tras las rejas se le hizo insoportable, especialmente cuando la investigadora Eliana Urbano Chacón, investigadora del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), le dijo que podían detener a sus hijos. Dice que Urbano nunca le dijo qué decir, pero que tenía sus maneras para lograr que él dijera lo que ella quería, lo que se iba acomodando en la hipótesis de la Fiscalía contra Mauricio Parra y Cecilia Rueda, quienes se han declarado inocentes del asesinato de Jhonny Orjuela.
Sierra denunció a la investigadora por constreñimiento ilegal. También había denunciado a la fiscal Martha Libia Lizcano, que adelanta la investigación por el homicidio del expersonero de Pitalito Luis Gerardo Ochoa.
Exhumaron el cuerpo de Arbey
El pasado sábado en la tarde el cuerpo sin vida del caballista Arbey Vargas Trilleras, fue exhumado por unidades especializadas en antropología forense de la Dijin de la Policía provenientes de Bogotá.
La comisión se desplazó hasta una finca en la vereda Terminalito en el Valle de Laboyos vía al municipio de Acevedo y encuentran la fosa donde había sido sepultada la víctima, según la información que les entregó Cristian Camilo Rojas Macías, alias ‘Camilo’.
En la fosa hallaron el cuerpo envuelto en una cobija hasta donde le llevaron en un caballo. “Lo depositan en una fosa, utilizando diferentes químicos en la tierra, con el motivo de imposibilitar la detección de equipos de rastreo y localización de restos”, dijo una fuente oficial.
El cadáver fue trasladado cuidadosamente hasta la morgue en Pitalito desde donde fue remitido el domingo en la tarde al Instituto de Medicina Legal en Neiva, donde expertos forenses adelantan los trabajos técnicos para establecer la plena identidad y las heridas que le causaron para llevarlo a la muerte.
La fuente señaló que la muerte de Arbey tenía un fin, y era “el de desaparecer por completo el cuerpo, con el fin de nunca más saber de este”.
Agregó que los delincuentes cuando tienen a Vargas Trilleras oculto en la casa de la finca, le exigen un dinero para devolverlo a la libertad, y le permiten realizar llamadas con el fin de entregar un dinero, dinero que fue recogido por unos de los delincuentes en su negocio. “Lo golpearon brutalmente, lo torturaron, para doblegarlo”.
Con el dinero en su poder, el jefe de la banda delincuencial, ordena que lo maten.